■ Ha estado presente en algunos de los momentos más importantes de ciudadanos zacatecanos
■ Durante el tiempo de su ejercicio ha unido en matrimonio a más de 20 mil parejas, afirma
Rafael Pedroza Hornedo ha sido juez municipal del Registro Civil de Zacatecas durante 28 años y ha estado presente en algunos de los momentos más importantes de la vida de muchos zacatecanos. Como responsable de la oficina supervisa desde el registro de un nacimiento, la celebración de una boda e incluso, en el momento de una muerte, efectúa el asentamiento del acta de defunción.
Originario del municipio de Ojocaliente, Pedroza se ha convertido en uno de los personajes más conocidos de la sociedad, y no faltará algún zacatecano que guarde un retrato como recuerdo de un acontecimiento importante como una boda o un registro de nacimiento en donde aparezca el juez.
Recuerda que en su pueblo natal cursó la primaria en colegios jadilopistas; sin embargo, tuvo que cursar el sexto año en una escuela pública, pues los colegios aún no contaban con el registro de la Secretaría de Educación.
Dice orgulloso haber sido uno de los fundadores de la primera escuela secundaria del pueblo, llamada Adolfo López Mateos, junto con el profesor Antonio Esparza y un grupo de cerca de 17 jóvenes, quienes tomaban clases en un pequeño cuarto de la casa del docente.
Entre los maestros que acudieron a esa escuela a dar clases recuerda a Marcelino González, quien le impartió la asignatura de educación física, así como al docente Francisco Berumen, quien le dio clases de matemáticas.
Después de concluir sus estudios básicos partió a la Ciudad de México, donde consiguió trabajo en el Banco Internacional gracias a la ayuda de otro zacatecano que laboraba en la empresa y así pudo cursar el bachillerato.
Posteriormente ingresó a una armadora de automóviles, donde se le permitió seguir su preparación académica. Gracias a ello pudo seguir estudiando hasta el cuarto semestre de la licenciatura en Derecho, en aquella ciudad.
“No concluí mis estudios porque me casé con una muchacha de Cuernavaca, y luego me invitó el gobernador del estado de aquel entonces, José Isabel Rodríguez Elías, para trabajar en su secretaría particular después de haber vivido 11 años en el Distrito Federal”, menciona Pedroza.
En abril de 1987 recibió la invitación del entonces presidente municipal, Raúl Rodríguez Santoyo, para elaborar su informe de gobierno. Ese día se le ofreció que escogiera la oficina que más le gustara para elaborar el documento.
Después de entregar su trabajo el alcalde le insistió para que continuara en su administración, pues en aquel entonces Pedroza se encontraba sin trabajo, y se le contrató como secretario adjunto del presidente municipal.
Fue entonces que el oficial de Registro Civil estuvo enfermo y tuvo que dejar la oficina, cargo que se le ofreció a Pedroza para ocupar de forma temporal; al inicio se le dijo que sólo estaría ahí por cuatro semanas.
Sin embargo, la salud del ex oficial empeoró y se amplió el lapso para permanecer en el cargo, hasta que el mismo alcalde le propuso que permaneciera como juez del Registro Civil, ya que al anterior lo jubilaron recuerda Pedroza.
A sus 79 años, con 28 dedicados al servicio público, reconoce que el llegar a ser juez del Registro Civil fue una casualidad y estima que durante este tiempo ha logrado unir en matrimonio a más de 20 mil parejas.
“Es una bella experiencia participar en esos eventos tan importantes para las familias, reencontrarse con amigos y sumar más. Es satisfactorio que se nos recuerde con afecto; considero mi trabajo apasionante y me gusta lo que hago”, menciona el juez.
Entre sus anécdotas recuerda haber tenido la oportunidad de unir en matrimonio a tres generaciones de una misma familia, pues casó tanto a los abuelos, a los hijos y a los nietos. Aún ahora algunos le envían correos electrónicos o le llaman por teléfono para saludarlo.
Sin embargo, indicó que en comparación con años anteriores han disminuido los registros de matrimonio debido a la falta de valores que existe en la sociedad, pues actualmente muchas parejas deciden convivir en unión libre sin dar certeza jurídica a su relación.
Señaló también que participó en el matrimonio de una de las hijas de los propietarios del equipo de futbol de los Tecos de Guadalajara, además de presidir el enlace matrimonial de hijos de gobernadores, como el caso de los tres hijos del ex gobernador Arturo Romo Gutiérrez.
Y uno de los lugares fuera de lo común donde unió a diferentes parejas fue el interior del atractivo turístico de la Mina del Edén, aunque también fue invitado a realizar bodas de funcionarios del estado de Aguascalientes.
Reconoce que no siempre hay satisfacciones en su trabajo, pues lamentablemente ha tenido que firmar las actas de defunción de varios de sus amigos, incluso de la persona que hizo que llegara a la presidencia municipal, que fue Raúl Rodríguez Santoyo.
Además de dedicar su vida al servicio público, una de sus aficiones es el canto. Incluso llegó a ganar algunos concursos en la Ciudad de México en la estación XEW, donde conoció a grandes personalidades de la música como Jorge Valente, Álvaro Zermeño y al compositor Juan Garrido, autor de la canción Pelea de Gallos.
“A mi esposa le gustaba que le cantara. Cuando estoy aquí haciendo algún trabajo tomo un receso, pongo un par de pistas y me pongo a cantar, y me aplaudo yo solo”, dice mientras suelta una carcajada el apreciado juez zacatecano.
