Cada vez que se le toma protesta a algún funcionario o a algún político que ha ganado un espacio de representación popular, se refiere a la encomienda como una “alta responsabilidad”, esté o no capacitado para ella, tiene razón, es un honor y una alta responsabilidad servir a la gente. Dicen que el primer acto de deshonestidad y de corrupción que se comete, es el aceptar un cargo para el que no se está preparado, a menudo vemos a candidatos a la administración, en cualquiera de sus tres niveles hacer promesas que solo los legisladores pueden cumplir, y a legisladores (estos casos son los más comunes) hacer promesas que son propias del ejecutivo. Así que si al momento de vender su proyecto político, le mintieron a la gente o por ignorancia se comprometieron a realizar obras fuera de su competencia, es muy probable que, durante su encargo, sigan mintiendo ahora para encubrir su negligente actuar.
Hay promesas que significan mucho, pero mucho más que otras. Por ejemplo, ahora con la pandemia encima, los números de los muertos superándose a diario y la inconciencia de la gente a la orden del día, hay la promesa de que la vacuna para combatir el covid19, será el remedio para tal enfermedad. No lo es así, por lo menos, no lo es todo. La propia OMS ha hecho un llamado enérgico a México por relajar medidas y dejar todo en manos de la vacuna. La OMS argumenta que la vacuna es solo la última de las fases de un modelo de salud bien llevado, donde la corresponsabilidad de Gobierno-Ciudadanos es la vía para salir del atolladero, pero pareciera que en nuestro país lo único que es corresponsable es la apatía y la negligencia: apatía por la ignorancia de la gente sobre los efectos del virus y su malestar a las medidas preventivas y negligencia por parte de los gobiernos por el miedo a tomar medidas drásticas en la antesala del proceso electoral…viéndolo bien, en este país se siguen tomando decisiones con base a los procesos electorales, mal.
Pero, ni la estrategia para contener los contagios es buena, ya lo dice la OMS, ni es buena tampoco, la estrategia diseñada para llevar a cabo la jornada nacional de vacunación:
1.-Trabajadores de salud
2.-Personas de 80 y más años
3.-Personas de 70 a 79
4.-Personas de 60 a 69
5.-Personas de 50 a 59
6.-Personas de 40 a 49
7.-Población menor de 40 años
La primera etapa contemplada para el 22 de diciembre, cuenta con 200 mil dosis, lo que representa sólo el 15% del total del personal médico. Incluso el personal médico tardará semanas en estar cubierto.
En una de las conferencias de prensa de López Gatell, él mencionaba que al ritmo de 8 mil vacunas diarias, después de terminar con el personal médico, sería como se implementaría el plan:
“Para cumplir esta meta en promedio de 6 mil a 8 mil dosis. Lo cual no es excepcional. Hoy estuve viendo algunos comentarios en redes sociales de algunas personas que ya empezaban a ver la parte negativa. El volumen de operaciones es relativamente convencional en términos de las operaciones que suele hacer el Sistema Nacional de Salud y el Programa de Vacunación”.
Si la estrategia se desarrolla como lo menciona Gatell, esto quiere decir que en un año se aplicarían 2 millones 900 mil vacunas, por lo tanto, para que el total de la población de México, estimada en 120 millones de habitantes estuviese cubierto, tendrían que pasar 40 años.
Ojalá me equivoque, ojalá que los números que tengo estén mal, de lo contrario, es prácticamente un hecho que la vacuna es un placebo y una herramienta política de control de masas que, por lo pronto, muy poco ayudará.
Es importante entonces, participar en una propuesta que pueda acelerar el proceso de vacunación de una manera responsable, y si bien, como dice el presidente, el tema se presta para propuestas encaminadas a la “politiquería”, una vez pasando el proceso electoral del 2021, es necesario que se analice la viabilidad de que los estados, los que puedan, coadyuben en la adquisición, distribución y aplicación de la vacuna. Son vidas, miles y tal vez para aquel entonces millones de seres humanos lo que puede costar un mal diseño y una desatención a quienes quisieran participar del proceso para abreviarlo.
Los gobernadores del frente que han levantado la mano para ayudar, no en todos sus planteamientos están equivocados, así como el ejecutivo federal no en todas sus acciones es asistido por la razón, es necesario que, por el bien del todos, primero la vida.
