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viernes, 26 abril, 2024
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El valor pedagógico de la televisión en educación

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

La televisión pública
“se sacó la lotería” con
Aprende en Casa II:
Luis Hernández Navarro
La Jornada. México, 18/08/20. P.18

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El actual gobierno sigue alentando la política neoliberal, la vemos reflejada en el millonario contrato que las televisoras comerciales realizaron con la Secretaría de Educación Pública, con un titular que ha hecho y seguirá haciendo convenios innecesarios con empresas lucrativas –de ese tamaño es la mentalidad neoliberal del susodicho secretario-, el titular de esta gran dependencia no tiene claridad en cuanto a lo que es justicia social, misma que discursivamente proclama a grito abierto el Presidente de la República con su cuarta transformación. La crisis sanitaria –Covid-19- alteró notoriamente la dinámica educativa, con el nuevo gobierno se ha ratificado el centralismo, el autoritarismo y la falta de consciencia social; nuestras autoridades educativas no han llegado a comprender que prácticas pedagógicas iguales, a desiguales –maestros, alumnos y contexto-, propician desigualdades. Si tan solo se interesaran en dimensionar los aspectos psicopedagógicos de la docencia, los sociopedagógicos, los tecnopedagógicos y los filosóficos, se establecerían proyectos educativos mejor encausados, construidos por docentes y avalados por el magisterio combativo.

Ante la crisis provocada por el Covid-19, las alternativas que se institucionalicen para seguir prestando el servicio educativo, deben ser bien pensadas y consensadas para que se pueda garantizar así el menor daño posible al sistema educativo, sabemos que ninguna de las opciones por las que se decidan, sustituirán al docente, lo que es cierto es que en algo ayudan estas a paliar el problema –tal es el caso de la recién decisión que tomaron de manera unilateral las autoridades para imponer la televisión como medio para “educar” a los alumnos-; triste imagen la del Presidente de la República rodeado de los magnates de las televisoras, estos, históricamente han sido enemigos del magisterio, han apoyado a las autoridades educativas en turno para demeritar la labor de los docentes, incluso han participado en acciones de represión a los maestros que se organizan para combatir las injusticias no tan solo magisteriales, sino sociales.

Con todas estas agravantes hacia el magisterio de parte de las autoridades que se coluden con los medios de comunicación, pregunto, ¿qué valor pedagógico podría tener la educación vía televisión?, en lo personal le atribuyo poco valor puesto que todavía con el nuevo gobierno se siguen replicando las actitudes verticales y autoritarias, se ve claramente la actitud unidireccional en la relación sindicato-maestros; si bien es cierto, tanto el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) así como otras organizaciones magisteriales, ya no se pueden considerar como apéndices del actual sistema de gobierno, siguen siendo unos títeres de dicho sistema. Una de las mejores alternativas es que se organicen los maestros para que vayan en sentido contrario a la verticalidad y unidireccionalidad educativa, se requiere además, que los cuerpos colegiados de cada centro educativo asuman su responsabilidad pedagógica –no se requiere de las televisoras-, lo que se requiere es que maestros, alumnos y padres de familia planteen las necesidades educativas de los estudiantes, que selecciones los contenidos disciplinares pertinentes y adecuados al contexto, que diseñen sus propias estrategias didácticas y que sean así promotores de una sociedad más justa.

¡Existe una marcada tendencia por desestimar el potencial cognitivo de los docentes!, sin embargo, ellos son los que conocen a sus alumnos, su contexto, sus usos y costumbres, y, lo que es mejor, conocen el verdadero valor de la educación –y de educar-. En términos de Fernando Savater, argumenta este que con verdadero pesimismo muchos maestros pueden hablar mal de la educación, sin embargo, dice, se necesita el optimismo para hablar bien de ella, y lo mejor, para ejercerla; dice además que los pesimistas pueden ser buenos domadores, no así buenos educadores. Parte de la sociedad en cierta medida es injusta dado que culpa a los maestros de los males que esta padece, en consecuencia, los responsabiliza para que estos sean los correctores de estos males.

No dudo que la televisión sea necesaria para estos tiempos difíciles por los que la sociedad está pasando, sin embargo, como medio de comunicación dentro del ámbito educativo, no le atribuyo mucho valor pedagógico, resaltaré algunas razones ante tal aseveración:

No todos los educandos y educadores tienen acceso a la tecnología, quienes sí pueden acceder a ella, no todos aprenden al mismo ritmo que les marque este medio –la estructura cognitiva del sujeto, es única e irrepetible-

A la fecha, no se ha sacado provecho de esta crisis ocasionada por la pandemia, esto se refleja en la falta de interés por evaluar los procesos

No se ha podido romper con la postura centralista y autoritaria de las autoridades gubernamentales y educativas

La televisión maneja los contenidos curriculares para enajenar a los educandos y manipular a los maestros, esto es un agravio para el sistema educativo ya que solo provoca entretenimiento y/o aburrimiento –no hay compromiso social-

Ahondando sobre este respecto, el poco valor pedagógico de la televisión en educación, puede deberse a lo siguiente: a) El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), informa que 17 de cada 100 hogares con cuenta con televisor, b) se advierten serios fracasos en la educación a distancia dado que esta modalidad utiliza métodos didácticos iguales para desiguales y, c) reitero, el monopolio televisivo es el que históricamente ha destruido –o por lo menos no lo deja crecer- al sistema educativo.

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