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viernes, 26 abril, 2024
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Urge preparar un proyecto alternativo para en caso que TRUMP dinamite el libre comercio

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

En la introducción a su reciente “El malestar en la globalización REVISITADO” Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía 2001, escribió: “A comienzos de este siglo escribí ‘El malestar en la globalización’ con el fin de explicar el descontento que la globalización estaba produciendo en muchos paises del mundo en desarrollo y que habia podido observar desde mi puesto como economista jefe del Banco Mundial. Un párrafo más adelante denuncia: “Ahora, a los opositores a la globalización en los mercados emergentes y los países en desarrollo se han unido miembros de las clases medias y bajas de los países industriales avanzados. Trump aprovechó ese malestar, lo cristalizó y lo amplificó. Aseguró sin ambages que la culpa de los problemas de los trabajadores del cinturon industrial de Estados Unidos (EU) era la globalización, de la firma de los peores acuerdos comerciales de la historia.”

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Es oportuno recordar que EU impulsó por décadas el libre comercio para abrirse mercados y crecer a costa del resto de los países. Sin embargo, dicha estrategia no le resultó como esperaba, debido a que otras economías han resultado más exitosas. Desde que China ingresó a la Organización Mundial de Comercio, a fines de 2001, ha venido incrementando su presencia en el comercio mundial a costa de reducir más la participación de los productos de EU en el ámbito global y en el propio mercado estadunidense.

El gobierno de Trump está fijando aranceles a diversos productos que considera de seguridad nacional para el impulso de su industria y de su economía, y está negociando con varias economías para que sus productos no sean sujetos de fuertes aranceles y barreras para dinamizar sus exportaciones. Ello está dirigido a reducir su déficit de comercio exterior y favorecer su producción y empleo.

En cambio, el gobierno mexicano sigue defendiendo la ratificación del T-MEC, sin tomar en cuenta que no hay nada que festejar, dado que hemos sido perdedores en dicho proceso. El libre comercio nos ha llevado a tener menos industria, menos empleo productivo, menores salarios, altos niveles de endeudamiento, bajo crecimiento, alta dependencia de la entrada de capitales y alta vulnerabilidad.

El equipo económico de AMLO sigue sin darse cuenta de que el proteccionismo lo plantearon también los demócratas en la pasada campaña electoral en EU, pues comparten la preocupación de la pérdida de hegemonía que han venido teniendo a escala mundial, y de ahí su preocupación por retomar el desarrollo industrial para evitar ser desplazados por China.

Hay que tomar en cuenta que los sectores opositores al proteccionismo en EU son los que responden a los intereses de las empresas trasnacionales, que son las únicas ganadoras con dichas políticas. Los estrategas progresistas velan por los intereses nacionales, y de ahí que tanto el senador demócrata Bernie Sanders, como la candidata de dicho partido en 2016, Hillary Clinton, junto con Donald Trump, en sus discursos también criticaban la globalización neoliberal como causante de los problemas de desindustrialización, desempleo, bajos salarios y bajo crecimiento de dicha economía.

Los actuales responsables de la política económica deberían tener un proyecto alternativo para el caso de que el presidente Donald Trump decida denunciar el T_MEC. No deben olvidar que 25 años de TLCAN no lograron que la economía nacional creciera, al igual que el empleo y los salarios, y que se redujeran el déficit de comercio exterior y los niveles de endeudamiento interno y externo. Es cierto que muchos empleos se deben al sector exportador, pero también lo es que se han perdido más empleos debido al rompimiento de cadenas productivas que ha originado el gran crecimiento de importaciones derivadas del libre comercio. Hay que asumir nuestra cruda realidad: México no cuenta con la capacidad productiva y competitiva para salir airosos en el libre comercio, lo que se ha evidenciado desde los años 90 cuando esa política logró la hegemonía.

La globalización neoliberal deberá modificarse, so pena de que sigan ahondandose los rezagos productivos, como el déficit de comercio exterior. Ello por un lado frena el crecimiento económico y la generación de empleo y, por otro, plantea un problema de financiamiento del déficit comercial externo difícil de resolver. Hay que recordar que las políticas económicas son mundiales. No podrá seguir el libre comercio, si la principal economía del mundo avanza hacia el proteccionismo. Por ello hay que elaborar el proyecto alternativo.

Los graves problemas políticos internos que hoy enfrenta el presidente del país vecino del norte y la posibilidad de que impácten negativamente sus posibilidades de reelección, son las causas de fondo que explican su decisión de retomar su discurso anti México que utilizó en su campaña de 2016, agregando el asunto de las caravanas de migrantes centroamericános y actualizando sus críticas al tratado comercial (T-MEC antes TLCAN) que estába a punto de iniciar su fase ratificatoria en los congresos de los tres países. Como peleador callejero, el jueves pasado lanzó un descontón en forma de amenaza de imponer un arancel de 5% a todas las importaciones desde México, a partir del 10 de junio, que crecería en igual cantidad cada cierto lapzo de tiempo.

Muchos analistas sostienen que el presidente Trump no quiere una guerra, pero necesita una victoria. Es decir, necesita subir al ring a alguien que esté dispuesto a ceder de antemano. Y desde luego, el candidato que queda más a mano es México, por su dependencia comercial, financiera, energética y alimentaria. De modo que amenazará con el muro, con la expulsión de migrantes, con denunciar el T-MEC. Y no aceptará nada menos que nuestro gobierno juegue el papel de tercer país seguro para los refugiados expulsados por el gobierno de Trump. Pronto lo veremos.

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