La libertad de expresión es un derecho humano consagrado en el artículo sexto constitucional, que para el oficio periodístico, va de la mano con el derecho a la libertad de prensa que se resguarda en el numeral inmediato de la carta magna.
Si bien la discusión no es propiamente el reconocimiento jurídico de dichas prerrogativas, no está de más recordar las implicaciones históricas que este tema ha tenido: la lucha por la libertad de prensa se estudia desde los Flores Magón hasta la controversial postura actual de las televisoras en México. Es un hecho que la prensa juega un papel indispensable en el día a día de las familias y del propio Estado.
Los pasados procesos electorales en México fueron denunciados por estar coadyuvados con las principales televisoras de alcance nacional: la alienación de la voluntad del electorado con una cultura de consumo poco o nada crítica, la partidización de la información, y las posturas destructivas hacia los líderes de la oposición política por parte de los periodistas más vistos en México fueron temas que se debatieron en la agenda pública.
Más allá del contraste de opiniones, lo cierto es que México ni es, ni ha sido un referente de apertura mediática, pero de la mano con la represión, también hemos sido gestores de movimientos que han marcado la historia del mundo: la constante lucha contra el autoritarismo ha dado pie a expresiones artísticas y a la pluralidad de pensamiento.
Aunado a ello, la reciente descentralización de la información de la televisión a los medios digitales, ha representado para los informantes un área de oportunidad para la pluralidad de ideas, sin embargo la cobertura cibernética sigue siendo una necesidad en el país. Y será indispensable para el proceso electoral actual, elevar el debate a otros espacios; atacar el monopolio informativo y detener el exceso de lucro mediático es una responsabilidad compartida entre los poseedores de los medios y los que consumen la información.
Paradójicamente, la escritora Elena Poniatowska en una colaboración para Noticieros Televisa en 2012 expresaba que “mientras los medios de comunicación permanezcan en pocas manos, la democracia no será posible en México.” En aras de exhortar a la audiencia a asumir la obligación de investigar y contrastar puntos de vista emitidos por los informantes, porque si de algo nos sirve el legado histórico de la prensa mexicana, es que la verdad incomoda para el que tiene mucho qué perder, pero que sólo un país informado puede emitir un voto de la misma calidad y exigir un desarrollo regional y nacional en el mismo sentido.
