Hace algunos años tuve la oportunidad de leer Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen Covey, un gran texto de liderazgo y valores organizacionales, ampliamente recomendado, que si es bien aplicado, ayuda a mejorar la disciplina personal y cambiar la vida de las personas y organizaciones.
Nos habla de que no importa cuántos individuos estén bajo su influencia o supervisión, hay una sola persona a la cual puedes cambiar: a uno mismo, la mejor inversión que se puede hacer, es mejorarse a sí mismo desarrollando hábitos que nos harán mejor persona y mejor gente. A grandes rasgos, nos menciona – no esperes resultados distintos haciéndolo de la misma manera, para cambiar el comportamiento primero se deben modificar paradigmas-, la forma de interpretar el mundo.
Un hábito es la conjunción de tres componentes: el conocimiento, las habilidades y el deseo. El conocimiento nos indica que hacer y por qué, las habilidades nos enseñan cómo hacer las cosas, y el deseo es la motivación, las ganas para hacerlo. Estos siete hábitos son: ser proactivo, comenzar con un fin en mente, poner primero lo primero, ganar/ganar, busque primero entender, luego ser entendido, sinergice y por último afilar la sierra.
En Zacatecas estamos por estrenar gobiernos, la mayoría están preocupados por ¿quiénes integrarán el nuevo gabinete estatal?, ¿qué pasará con la elección de la capital?, ¿los presidentes tendrán oportunidad de realizar una gestión eficaz que les permita reelegirse?, ¿los diputados estarán a la altura de las circunstancias y ahora sí serán consientes y ajustarán sus percepciones a la realidad de una austeridad republicana? Preocupaciones legítimas, pero más allá del gobernador electo, veo poca preocupación sobre la orientación que deben tener las políticas públicas en la entidad, y ¿cuál debe ser el rostro del nuevo gobierno?, se ha hablado más de personas que de proyectos estratégicos que mejoren la realidad zacatecana.
Ahora, el gobierno es una organización muy grande y el eje conductor de la sociedad, que si pretende instrumentar políticas que transformen la realidad de los zacatecanos, debe aprovechar el bono legitimador de inicio de gobierno y comenzar por transformar la realidad al interior de la administración, como sugiere Covey, primero mejorar así mismo, modificar paradigmas para interpretar mejor el mundo, y así, eliminar la corrupción, conectar con el ciudadano, eficientar el funcionamiento del gobierno, hacer más eficaces las actuaciones en generación de empleos, seguridad pública y bienestar sostenido de la población.
El gobierno del Lic. Miguel Alonso orientó sus acciones en consolidar el desarrollo humano de las personas en el territorio, se obtuvieron importantes avances en el combate a la pobreza, mejoró el ingreso, el rezago educativo disminuyó y la esperanza de vida aumentó sin precedentes, pero aun así, insuficientes, siguen los pendientes.
Hace unos días, tuve la fortuna de compartir con amigos y académicos de la Unidad de Estudios para el Desarrollo de la UAZ, una tertulia en donde se asomó un concepto más amplio que el de desarrollo humano, que vale la pena analizar y socializar, Seguridad Humana.
Un concepto que de entrada es agradable por que adquiere un enfoque integral y utiliza las nuevas oportunidades para hacer frente a las nuevas amenazas de la realidad cambiante, abarca desde la pobreza crónica y persistente, hasta la violencia étnica, seguridad pública, el tráfico de personas, el cambio climático, las enfermedades y el empeoramiento repentino de la situación económica y financiera, va íntimamente ligado a los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Es un enfoque que vincula desarrollo, derechos humanos y seguridad, se basa en la fortaleza y las aspiraciones de las personas, fundamentado en la supervivencia, el sustento y la dignidad. Dirige su mirada a la seguridad de las personas, su protección y empoderamiento, conlleva atender de manera amplia la seguridad económica, alimentaria, salud, medioambiente, seguridad personal, comunitaria y política.
Es un enfoque que puede ayudar a orientar, coordinar e integrar las acciones de los gobiernos que están por arrancar, porque al final de cuentas todos en sus discursos, aseguran poner en el centro de cada acción a las personas y sus comunidades, independientemente de sus siglas partidarias, buscan lo mismo, algunos más orientados, otros más populistas.
Si adoptamos los hábitos de la gente altamente efectiva que propone Covey, nos permitirá: Ser proactivos y tomar la responsabilidad que le atañe a cada quien de manera coordinada y anticipada; comenzar con un fin en mente, que nos indique la necesidad de un claro entendimiento de la dirección y destino deseados (antes de construir una casa debes tener primero un plan); poner primero lo primero, hacer prioridades y administrar el tiempo para hacer lo más importante lo primero, primeros los pobres, el empleo, la educación, etc., y después las fiestas; ganar/ganar, colaboración conjunta y compartida que mejore las condiciones de la población, si gana el gobierno estatal en efectividad de sus acciones, gana el gobierno municipal y ganamos todos; busque primero entender, luego ser entendido, la mayoría de los gobiernos tratan de comunicar acciones a sus ciudadanos, pero tienen poco entrenamiento en escuchar sus necesidades más sentidas, falta comunicación efectiva; sinergice, hacer cooperación creativa, trabajar en equipo para alcanzar el objetivo que todos pretenden lograr, el bienestar de los zacatecanos; por último, afilar la sierra, es el mantenimiento básico necesario, la retroalimentación para corregir donde se requiera y medir el impacto social de las acciones.
Son hábitos muy claros, empezando por uno, después el gobierno, para que al final sea una conducta de vida en la sociedad, bien aplicados podrían llevarnos a mejores estadíos de bienestar, Japón lo hizo después de la Segunda Guerra Mundial, y ahora su población tiene un PIB per cápita envidiable. Vale la pena hacerlo. Es por todos, Ganar/ganar. Todos buscamos la seguridad humana. ■
*Presidente de Educar e Innovar para Progresar AC
