El son del corazón

En la era del México Independiente, a partir de la etapa abierta en 1982, cuando el presidenteMiguel de la Madrid y su talismán Salinas de Gortari nos ataron al cabús del neoliberalismo, inició entre nosotros un proceso de cambios intenso y profundo, capaz de crear rostros de insatisfacción y cuerpos pasivos, donde ya nadie recuerda las ideas, principios y programas del gran ciclo de guerras libertarias, efectuadas en el territorio nacional.

Los mexicanos olvidamos rápidamente nuestra historia y el país fue tomado por asalto, paraofrecerlo a la depredación industrial, comercial y financiera. Perdió sus señales másrepresentativas, la inteligencia, su verdad y patriotismo. Vivimos un país diferente. Los cambios son apresurados, se generan con la violencia desenfrenada de la rapiña empresarial y caminan bajo la égida de la esquizofrenia monopolista.

La década de los ochenta, puerta de entrada del capital financiero, presentó al país comovíctima benévola del despojo.  Nos incautaron empresas, bancos, campos y minas; intervinieron nuestra educación, se filtraron en la cultura, reinventan un nuevo mundo de imágenes y símbolos, y hasta nuestro lenguaje es escrutado diariamente para explorar palabras, fonemas y sonidos que sirvan para dinamizar la actividad financiera y comercial.

Sin obviar sus atributos, prodigiosos pero cada vez menos revolucionarios, y sin incursionar todavía en una crítica formal de las redes sociales, se asegura que éstas acotan ladevoción por la lectura.

Leíamos poco, pero ahora mucho menos. El crecimiento diario de la realidad virtual,encamina a los entusiastas hacia un nuevo vasallaje. Toda invención revolucionaria ymodernizadora, en un mundo fetichizado por la permanente explosión comercial y la búsqueda de ganancias extraordinarias, se vuelve ajena al hombre y se transforma en asunto de enajenación y embrutecimiento.

Los cambios son intensos. Se palpan. Lo considerado socialmente aceptable ypolíticamente correcto en los caóticos días de hoy, todavía ayer era censurable, causal de delito y motivo de escándalo. La vida privada y la impunidad de los políticos corruptos, empresarios venales y narcotraficantes, cubre la esfera del debate público y la agenda informativa. Son la hegemonía predilecta, los agentes consentidos del poder financiero internacional.

Sin ciudadanía organizada, sin programa, nada puede hacerse ante el saqueo, laostentación y la agresión criminal, avivado por las pandillas burocráticas que usufructúan el poder, del brazo de los grandes caciques regionales y los poderes bancarios trasnacionales. La vida de los mexicanos es sofocante, espectro de tonos grises; se advierte un sentimiento áspero y pesimista.