■ El signo de su administración va a ser la desaparición de normalistas de Ayotzinapa, señaló
■ A dos años de su mandato persiste un grave problema social y político, la corrupción, dijo
Apenas con dos años al frente del Gobierno Federal, Enrique Peña Nieto será condenado por la historia, debido a la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, al igual que Gustavo Díaz Ordaz por la masacre de estudiantes en 1968, afirmó Mariana Terán Fuentes, docente investigadora de la Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
En 1968, recordó, el gobierno mexicano pasó a la historia, por un suceso lamentable y aun es juzgado por la sociedad como “un gobierno perverso que atacó a los estudiantes”. “Eso fue hace 46 años, pero toda mi vida he escuchado que México está en crisis por devaluaciones, inflaciones, corrupción, extrema pobreza y migración. Que Zacatecas es uno de los seis estados más pobres, que el país está entre los primeros lugares de corrupción a nivel mundial, que nueve mexicanos están en la lista de los 300 hombres más ricos del mundo”.
En ese sentido, dijo que Enrique Peña Nieto pretendió establecer, como sello distintivo de su administración, la idea de un cambio político, perfeccionamiento de las instituciones públicas, ello a través de un Pacto por México cuestionado y cada vez más fracturado, y por una serie de reformas que ha impulsado para reconfigurar las relaciones internacionales del país en materia financiera.
Sin embargo, el 26 de septiembre pasado “todo eso se viene abajo”, y pese a las reformas y a la intención de crear pactos políticos, “el signo del periodo de Peña Nieto va a ser Ayotzinapa. Esa es una complicación que no se va a poder quitar de sus manos. La historia, como dijo Fidel Castro, ‘me absorberá’, pero a él no lo va a absolver y será condenado al igual que Díaz Ordaz”.
Terán Fuentes indicó que después de dos años del actual gobierno, se observa la acumulación de un canon sociológico, que es también uno de los problemas culturales, políticos y sociales más importantes en México: la corrupción.
Como muestra de ello, es que pocas semanas después de la desaparición de los 43 normalistas, se dio a conocer una casa multimillonaria propiedad de la esposa del presidente, quien aseguró que la adquisición de ese inmueble de casi 90 millones de pesos fue por su trabajo, mientras que la gran mayoría de la sociedad enfrenta una situación de pobreza.
Se refirió al libro “¿No habrá manera de arreglarnos? Corrupción y cultura en México”, autoría de Genaro Zalpa Ramírez, en el que se explican los mecanismos por los cuales la corrupción se reproduce y se acrecenta.
En ese sentido, indicó que “el asunto de Ayotzinapa es el caso más elocuente de la manifestación de la corrupción en México, a una escala exponencial, porque estamos hablando de casos monstruosos de corrupción en México”.
Hizo mención a un apartado de ese libro dedicado a Miguel Angel Granados Chapa, quien antes de morir escribió un testimonio en el que afirma que el problema no tiene que ver con los presidentes y la corrupción en la que incurren constantemente, sino la cultura misma que la ha reproducido en todos los aspectos de la cotidianeidad.
La reflexión del periodista fenecido apuntaba, indicó Terán Fuentes, a que toda su vida esperó un mesías y no llegó, por lo que propuso poner velitas a cada uno de los mexicanos y que cada uno de ellos se constituyera como un mecías capaz de detener la corrupción.
Añadió que las constantes noticias sobre actos de violencia no solamente generan tristeza en los mexicanos, sino también un sentimiento de anomia que no obedece a la falta de reglas, sino a la pérdida del sentido de la legalidad.
“Con tanta corrupción en México se pierde el rumbo. Hay tristeza, injusticia y desigualdad todos los días. También hay acumulada una memoria de agravios a la cultura mexicana, pero este atentado del 26 de septiembre creo que será el sello que caracterizará el sexenio de Peña Nieto, por más que se busque la reconstrucción del tejido social y darle rostro de legitimidad a esta clase política”, concluyó la historiadora.
