■ Muestra que la oposición está subordinada a los intereses de la clase política: Rubén Ibarra
■ Principio de no reelección era un valor fundamental en una democracia representativa, expone
La Reforma Política validada por la 61 Legislatura es un retroceso a los avances que se tenían en el modelo político y electoral mexicano, y muestra además que la oposición está subordinada a los intereses que impone la clase política, afirmó Rubén Ibarra Reyes, director de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
“Es una pena lo que el Poder Legislativo está haciendo con nuestra democracia. Los pocos avances que se tenían en términos de alternancia partidista y los esfuerzos para incorporar al ciudadano en la participación electoral, ahora es un retroceso que raya en lo grosero”, expresó.
Asimismo, dijo que la reforma destruye el precepto revolucionario de “Sufragio efectivo, no reelección”, puesto que ahora los legisladores y presidentes municipales podrán reelegirse durante tres años más.
Expuso que el principio de no reelección era un principio fundamental en una democracia representativa, porque había la posibilidad de que los ciudadanos fueran postulados para procesos electorales, pero por el contrario, la reforma fortalece el sistema de partidos y en consecuencia el ciudadano ya no tendrá esa posibilidad de participar.
Ibarra Reyes aseguró que los partidos políticos seguirán postulando candidatos y serán sus dirigentes quienes definan si el diputado o presidente en turno se postula para reelegirse o no, considerando que será posible competir con presupuesto disponible.
“Habrá funcionarios en los diferentes niveles que, después de ganar una elección, empezarán una nueva campaña. Aunque la justificación es que el ciudadano podrá calificar al gobernante, esto no funciona así, porque no es una reforma integral”, indicó.
Por ejemplo, comentó que la reforma no mejora las dinámicas de rendición de cuentas ni contribuye a implementar un ejercicio de transparencia, por lo cual se trata de una política que pretende mantener el poder de un partido que intenta ser hegemónico nuevamente.
Es decir, se consolidará un régimen de democracia representativa, pero con una característica cupular, mientras que otros aspectos importantes quedaron fuera, como la revocación de mandato y mecanismos para la rendición de cuentas.
Desde su punto de vista, los legisladores de oposición votaron a favor de esa reforma debido a que los partidos políticos operan con pequeños feudos en cada entidad y aunque los dirigentes se pronuncien de cierta manera, sus integrantes dicen otra.
Aunque las dirigencias y legisladores federales se opusieron a la reforma, Ibarra Reyes agregó que los diputados zacatecanos se sometieron rápidamente, incluyendo aquellos que pertenecen a partidos de izquierda.
