El voto por elector es caro, al dividir 252 millones que se destinaron al proceso electoral entre la lista nominal, el costo por ciudadano serían 210 pesos, sin embargo al dividirse entre quienes votaron el pasado 7 de julio, es de 398 pesos.
Estas cifras sólo representan el financiamiento público, resta agregar otros elementos para determinar el costo real, expuso la consejera del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ), Adelaida Avalos.
Durante su participación en Synergia, programa de análisis de la política, la sociedad y la cultura conducido por Marco Torres Inguanzo, en el que se realizó una evaluación del proceso electoral del domingo pasado, la consejera del Instituto Electoral expuso que en esta ocasión se destinaron 124 millones 293 mil pesos para gasto electoral.
A esta cifra deben sumarse 128 millones 544 mil pesos como prerrogativas de gasto electoral a partidos políticos, así como los recursos que estos institutos reciben para sus actividades ordinarias “que posiblemente una cantidad considerable de estos recursos se destine también a financiar sus campañas”, agregó la consejera.
Aunado a ello, los institutos políticos pueden recibir “otro tanto” de recurso por la vía privada debe ser siempre menor financiamiento al público, es decir, que se destinaron más de 252 millones 837 mil pesos para este proceso electoral, concluyó.
Estos altos costos aunados son aún más marcados si se toman en cuenta las deficiencias que presenta el padrón electoral, apuntó el coordinador del Laboratorio de Estadística y Matemática Aplicada (LEMA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Leopoldo Trueba Vázquez.
De acuerdo con un estudio realizado en 2012 en Zacatecas, Fresnillo y Guadalupe, principalmente, el tema del abstencionismo debe tratarse con cuidado, pues de un padrón de un millón de ciudadanos, cerca de 300 mil son personas que ya no viven en el estado, detalló.
Además, expuso, gran número de ciudadanos se inscriben al padrón con el interés de contar con una identificación, más que con el objetivo de ejercer su derecho al voto, por lo que el abstencionismo es aparente, apuntó.
En su participación el docente de la Unidad Académica de Ciencias Sociales, Juan Francisco Valerio Quintero, destacó que la democracia no es cara en sí misma, sino a partir de la comparación de los costos financieros en que se incurre para llevar esos procesos con los resultados en términos de administraciones sanas, eficientes y de calidad que atiendan los problemas de la sociedad.
“Un candidato, el del PRI concretamente, en sus visitas a las colonias llevaba brincolines, paquetes de tortillas, convocó a ver una telenovela e invitó palomitas y cierra campaña con un conjunto de grupos cuyo costo es sumamente elevado, con lo que prácticamente se acababan los recursos para la campaña”, agregó.
Ante esta situación, expuso, es necesario que el Instituto Electoral sea más proactivo para fiscalizar los recursos de las campañas y que, de encontrar anomalías, la sanción se traduzca en un correctivo efectivo.
“Son 60 días para presentar el informe de gastos por parte del partido, más otros 60 para que el IEEZ los revise. Cuando dictamine el funcionario ya está en ejercicio del poder, así que ya no se puede quitar. El tema de la fiscalización, reiteró, debe ser más rápido y efectivo para que el candidato y partido que transgrede el gasto de campaña sea automáticamente eliminado.
En este sentido, agregó el sociólogo Ricardo Bermeo Padilla, quien también estuvo invitado al programa, se requiere una participación ciudadana no sólo en las urnas, sino en procesos de contraloría social, rendición de cuentas y aplicación de políticas públicas.
Campañas, más mediáticas
que informativas
Respecto a las campañas públicas, la consejera del IEEZ mencionó que a pesar de que la reforma electoral pasada sacó del mercado la posibilidad de que los partidos adquieran espacios en los medios de comunicación, los espots de 30 segundos son utilizados más como elementos mediáticos que como parte de campañas informativas sobre sus propuestas.
La tendencia generalizada, coincidió Valerio Quintero, es la aproximación del proceso político al mercado de la oferta. “El dinero se vuelve factor determinante, incluso capaz de hacer que un candidato técnicamente bueno se vuelva malo en ausencia de recursos y viceversa.
Las campañas deberían ser un foro de deliberación que permita a los ciudadanos estar informados sobre la diferencia entre los diferentes proyectos políticos de los candidatos, así como para la incorporación de las demandas de la sociedad, apuntó Bermeo Padilla.
Sin embargo, durante esta elección intermedia en el estado sólo 57 por ciento del padrón electoral integrado por un millón 109 mil ciudadanos emitió su voto, es decir, 635 mil personas, aunado a un registro de 4.53 por ciento de votos nulos que tanto pueden leerse como resultado de algún error por parte del elector al momento de votar, como a la manifestación de su inconformidad hacia las opciones que se presentan, expuso Adelaida Avalos.
Ese tema, agregó, debe analizarse detenidamente, pues mientras en municipios como Zacatecas, Guadalupe, Jerez se registró una participación ciudadana menor, en Enrique Estrada y Melchor Ocampo, entidades pequeñas, se presentaron altos niveles de participación con 71 y 80 por ciento, respectivamente.
En el caso de Zacatecas, agregó Leopoldo Trueba, a pesar de que la sociedad califica “muy mal” al actual alcalde, esa evaluación no se vio reflejada en la votación, ya que ningún candidato con partido o sin él recibió ese malestar de la sociedad, lo cual podría significar que los esquemas políticos no motivan al electorado a votar.
“En la capital estatal 51 por ciento de los inscritos en el padrón no salió a emitir su voto a pesar del descontento, es decir, estamos bajo esquemas de política tradicional que no motivan al electorado. El Partido Verde comenzó a captar ese malestar pero al ver los resultados no fue suficiente, estamos ante un electorado clientelar”, detalló.
El abstencionismo, expuso Valerio Quintero, ex consejero presidente del IEEZ, tiene dos formas fundamentales, una de ellas es la reserva del ciudadano para emitir su voto, mientras que la segunda es la indiferencia que éste muestra por atender e informarse sobre la vida pública, aspecto que a su parecer no está registrado.
Durante esta elección, dijo, cerca de 30 mil zacatecanos anularon su voto por convicción o ignorancia, con esta cifra, agregó, se pudo haber elegido a por lo menos tres diputados.
“De ese tamaño es el problema de la nulificación de los votos, por lo que no es necesario que se llegue a la mitad de los ciudadanos inscritos en el padrón para que este tema sea preocupante”, expuso.
Mientras el proceso electoral de 2010 en Zacatecas reflejó un hartazgo por parte de la ciudadanía, en esta ocasión se denota competitividad electoral en varios municipios, entre ellos Fresnillo y Jerez, expuso Trueba Vázquez, lo que significa que en próximos escenarios la sociedad se expresará más por una opción política menos mediatizada “que se resuelvan en bailes”.
Será cuestión, agregó, de que la decepción que se percibe en la sociedad pero que aún no encuentra el conducto para expresarla ni es sintonizada con el resto de la ciudadanía, encuentre un detonante como ocurrió en Brasil, con el excesivo gasto para la organización de los campeonatos de futbol.
