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sábado, 18 mayo, 2024
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Mi Judea con los Coras, encuentros y desencuentros (segunda parte)

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Detalla las características de mi celular, anota mi nombre y coloca el número dos al aparato; salgo de la casa del profe Casimiro y me preguntan mis captores: ¿listo? al contestarles en sentido afirmativo, me vuelven a tomar por la espalda y, el mismo grupo me lleva corriendo a paso veloz al lugar en donde me habían detenido, al citado comando se agregó otro integrante más violento, me empuja más fuerte y me obliga a correr con más acelere, por fortuna y para mi orgullo, aguanté el paso y no me rajé; sentí que ellos disfrutaron mucho su estatus de poder derivado del Acta de Acuerdo de la Comunidad Indígena de Jesús María del día 29 de marzo, tomada en la Casa Real del Barrio Centro del Gobierno Tradicional y su cuerpo de ancianos entre otras autoridades y, del cual se derivan importantes elementos:

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A) Del lunes 30 de marzo al sábado 4 de abril, la máxima autoridad son los judíos (todos y cada uno de los cientos de danzantes que han sido borrados en su identidad y que son ataviados por máscaras y pelucas de las cuáles no se desprenden durante toda la semana) lo cual significa que la autoridad municipal es inexistente en dichas fechas por lo que en ejercicio de los usos y costumbres, el poder estatal es suplantado por la autoridad tradicional;

B) Durante los días citados, no se puede transitar con vehículos ni de día ni de noche por las calles principales con excepción de ambulancias, seguridad municipal y Comisión Federal de Electricidad; c) Los comerciantes deben cerrar sus negocios por la mañana del día Jueves y Viernes Santo, hasta las 12 hrs., se les prohíbe vender máscaras de hule y pelucas bajo pena de decomiso y multa;

C) A los habitantes y visitantes estrictamente se les prohíbe tomar fotografías (LA IGNORANCIA DE LA LEY A NADIE BENEFICIA) filmar películas, grabar o tomar notas etc.

D) Queda estrictamente prohibido bañarse en el río, lavar ropa, cortar fruta de los árboles los días jueves y viernes santo.

E) Estrictamente prohibido vender bebidas embriagantes y andar alcoholizado así como realizar actos íntimos en las calles.

Bajo los citados argumentos entendí que estaba inmerso en la aplicación de disposiciones aprobadas y aceptadas de manera reiterada por los integrantes de la comunidad, por lo que, no me quedaba más que acatar las normas establecidas y retener mentalmente todo lo que experimenté. Todos los días los judíos se pintaron de distintos colores, con calzón, boxer o taparabos y pintados de blanco, luego de negro, la mezcla de ambos y finalmente colores llamativos. El Viernes Santo, se hacen ofendas al Santo Entierro que se traduce en una urna de madera en la que se encuentra una alcancía y a la que se insertan una buena cantidad de dinero con el fin de cubrir la judea del año siguiente; el Santo Entierro visita el templo católico con la finalidad de que las familias lleven sus ofrendas que van desde veladoras, comida y sobre todo, dinero.

El patriarca llega acompañado de todos los integrantes de su familia que pudieron acompañarlo y se colocan junto a la pila de agua bendita, acto seguido, el patriarca humedece una flor en el agua y con ella, rocía a todos y cada uno de sus familiares, posteriormente, acuden a depositar su ofrenda. El Santo Entierro es sacado del templo católico junto con la imagen de Jesús y en silencio, son conducidos cerca de las tres de la tarde por las calles principales en cortejo fúnebre encabezado por un jinete vestido de negro montado sobre un caballo negro que cabalga lentamente, precedido por el sonido de flautas y tambores que hacen todavía más triste el recorrido. Ya en la noche, las cosas se relajan y se inician los bailes con música diversa, en donde los judíos bailan entre sí, mientras que otros, comienzán a pedir en las puertas de los negocios alguna aportación en dinero o especie. El Sábado de Gloria, finalmente me entregan mi celular a cambio de una multa de 100 pesos y concluyen los festejos de la judea; ya sin máscaras, los poderos judíos vuelven a su realidad y advierto cierto desánimo entre ellos como cuando los diputados dejan su curul. Sin duda, mi Judea con los Coras fue una experiencia muy rica en conocimiento y, contrario a sentirme afectado, finalmente aprecio y agradezco al universo por el acercamiento a mis raíces. ■

 

*Representante de Zacatecas ante el

Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable

 

[email protected]

 

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