La mayoría de las reuniones a las que he podido asistir en estos últimos días tienen un problema en común, el Presupuesto Base Cero.
¿Qué es esto?
En palabras llanas el Presupuesto Base Cero exige a las dependencias del Gobierno Federal detallar la totalidad de sus peticiones presupuestarias así como justificar la necesidad de cada importe a gastar.
El Presupuesto Base Cero tendrá lugar en el Gobierno Federal para el presupuesto 2016, debido principalmente a los ingresos que esperan tener las arcas públicas derivados del precio del petróleo.
Existen puntos de vista de que este ejercicio permitirá redistribuir el gasto público y evitar los paquetes presupuestales que son inerciales y que año con año se aprueban. Muchas de las dependencias ya están trabajando para poder obtener un presupuesto lo más cercano posible al que recibieron en este 2015.
Para el sector industrial del país hablamos de que más allá de una estrategia de ajuste, puede ser la gran oportunidad para redimensionar el ejercicio del gasto y llevar a cabo la revolución de las conciencias en la toma de decisiones que impacta en el quehacer público.
Sin embargo, habrá que ver cuáles son las posturas de las bancadas para conocer hacia donde darán el giro de timón y revisar si seguiremos derrochando dinero en un sistema que poco abona al combate a la pobreza y que nada ayuda a mejorar la competitividad del sector económico de México.
Sin duda, se debe trabajar para que las dependencias y funcionarios eliminen los bonos trimestrales, que no son más que un “apoyo económico” disfrazado que permite incrementar el ingreso de los mandos altos en las dependencias; buscar que los secretarios de Estado implementen un ajuste en los gastos personales, en el uso de la telefonía móvil, automóviles, chóferes, uso de aeronaves privadas y, como bien dijo el maestro Alfonso Zarate, es lo mismo que tengan la discusión de algún tema de trascendencia para el país en una sala con café y galletas que reservar una comida en un privado del mejor restaurante de Santa Fe y acompañar su comida con una botella de vino de 8 mil pesos.
La clase política sólo recuerda que necesita a la población en las campañas políticas (desafortunadamente ya inició la contaminación electoral). La gran mayoría de los diputados o senadores creen que tomarse una foto con un niño o una foto en donde se muestre la entrega de algún tipo de despensa o ayuda significa realizar un quehacer en beneficio de México.
Los mexicanos debemos crear una conciencia social, que permita cuantificar la totalidad de necesidades que tiene este gran país.
Debemos generar una Conciencia Social Base Cero que permita determinar de manera detallada las actividades para cambiar el rumbo de México.
Ojalá y que en esta crisis podamos influir en la creación de un presupuesto más transparente, mejor diseñado y, más aún, bien distribuido.
El presupuesto 2016 será un indicador importante para conocer si México seguirá sumido en la crisis o podremos ver un pequeño haz de luz a la mitad de un sexenio opaco, federalista, sin mensaje y de un nepotismo que no se había visto desde hace ya algunos años.
En este caso tenemos en las manos decidir en las próximas elecciones a los responsables de definir este presupuesto.
Ojalá y tengamos la oportunidad de señalar a los chapulines, a los corruptos y a los que prometen y no cumplen. Pero, también, que podamos confiar en los pocos que en la medida de lo posible tratan por lo menos de hacer su trabajo y legislar a favor de este gran país que paga con creces el esfuerzo y trabajo de cada uno de las y los congresistas.
Ojalá y la sociedad participe, exija, demande, proponga y actúe en consecuencia.
Es tiempo de encausar a buen puerto los sentimientos de impotencia y enojo con acciones que beneficien a los mexicanos.
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