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domingo, 19 mayo, 2024
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Solventar la crisis: pensar un salto cuántico en la UAZ

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Por: MARCO ANTONIO TORRES INGUANZO •

Ahora mismo la Universidad Autónoma de Zacatecas se encuentra ante una política federal con la educación superior ciega, y al mismo tiempo, una administración universitaria incapaz de organizar la respuesta que dicho reto necesita. Podemos decir sin gran temor al error, que la UAZ tiene la peor rectoría de toda su historia, contando desde su más lejano antecedente en el colegio jesuita de san Luis Gonzaga. La tosquedad e ineptitud ya alcanzó carácter histórico. Sin embargo, como toda crisis, tiene la doble dimensión de derrumbe y oportunidad. Me gustaría comentar la segunda dimensión, dado que la primera ya ha sido ilustrada hasta la saturación.

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Es ahora la oportunidad de que la UAZ se decida a dar un salto cuántico: de la inercia mediocre de la sola obediencia a los dictados federales, a un modelo académico propio basado en una noción de calidad endógena. Es decir, deberemos partir de definir lo que es la Calidad Educativa para la UAZ y, sobre esta, reestructurar a la institución. Si tomamos la idea de que la calidad de una universidad estatal (como es la nuestra) es cumplir con los parámetros de pertinencia educativa que exige el estado al que pertenece, la idea de calidad se desenvolverá generando una universidad auténtica, que ha rescatado lo propio de sí o apropiándose de su misión. Es decir, la pregunta por la calidad es la cuestión de la identidad institucional. Así las cosas, lo primero que deberemos entender bien es la idea de pertinencia, la adecuación de las actividades de la universidad con el proceso de desarrollo de la entidad, pero sobre una idea específica de desarrollo, no así en el abstracto vacío. Comprometerse con el desarrollo del territorio propio, debe hacerse poniendo en forma expresa lo que eso significa. No es lo mismo entender la pertinencia desde las políticas neoliberales que desde el enfoque del Desarrollo Humano. Pero hay más. La idea de pertinencia desde el desarrollo humano significa también generar una universidad abierta a la sociedad: sus decisiones más importantes como la elección de nueva oferta educativa y la planeación de las líneas de investigación deberá hacerse en contacto directo con los actores sociales del territorio estatal. La exigencia de bajar a concretos esta última idea, nos obliga a pensar en mecanismos y estructuras institucionales que la UAZ puede emprender; por ejemplo, la propuesta de crear (dentro de las instancias de planeación) un Consejo Socio-Universitario de Innovación, donde los sectores público, social y privado, revisen las necesidades que tiene el estado en la formación de recursos humanos en la producción de alimentos, la industria, los servicios, la cultura y la educación, lo que da lugar a la elaboración de perfiles profesionales, que a su vez, sirvan de punto de partida para pensar en la creación de nueva oferta educativa. De igual manera, la creación de un Observatorio Universitario de Políticas Públicas, generaría los mapas de problemas públicos del estado que, con ello, constituirían el instrumento metódico para planear las líneas institucionales de investigación. Es decir, los universitarios debemos pensar en los mecanismos institucionales para hacer de la UAZ una universidad comprometida con el Desarrollo Humano de Zacatecas y abierta a las necesidades educativas de la entidad; lo que a su vez, constituyen los criterios mismos de la calidad educativa. Esta idea de ligar la universidad al desarrollo humano, ofrece la base sobre la cual levantar un nuevo modelo académico para la institución. Un concepto endógeno de calidad segrega necesariamente los indicadores que permiten medirla. Y estos indicadores propios de calidad hacen posible  la construcción de un programa de evaluación continua que garantiza las recomendaciones de mejora permanente del modelo; y además, hace también posible la creación de un sistema de puntaje, escalafón y estímulos que SI desemboque en la gestión de la calidad.

En el diagnóstico que hizo una comisión nombrada por el Consejo Universitario, concluyó que el problema central de toda la crisis es la ausencia de planeación, la cual se refleja en la manera caótica de construir su presupuesto, y esto último provoca la persistencia y crecimiento de la complicación financiera. Esta situación se acompaña de la desactivación que esta administración ha hecho de los órganos colegiados de decisión, fundamentalmente del Consejo Universitario. Así las cosas, una tarea estratégica es reactivar los órganos colegiados junto con la creación de un reglamento de planeación y presupuestación universitaria. Para el caso específico del Consejo Universitario habrá que repensar su composición, la actual es actualmente inoperante porque la mayoría de sus miembros son los directores de las unidades académicas, los cuales (la mayoría) responden de manera mecánica al rector. Por tanto, la función de que el Consejo sea una instancia colegiada, de representación de los dos sectores esenciales de la institución (docentes y estudiantes) y de contrapeso a la propia Rectoría, está nulificada. Los procesos de planeación desde órganos constituidos democráticamente, permiten superar esa torpeza olímpica de pensar que la solución a la crisis es hundirse más en la crisis: proponer el congelamiento de la institución. Congelar así un órgano vivo es matarlo. La UAZ debe seguir creciendo y retomando vitalidad. Las fuerzas obscuras querrán llevarla a la inanición, las fuerzas democráticas a una mayor vitalidad.

En este contexto será muy importante reformar al Stuaz. Ahora mismo actúa como instrumento de las fuerzas obscuras, incluso a su interior no hay  respeto a los derechos humanos de libertad de opinión y asociación. Y esa prepotencia que ahoga las libertades políticas esenciales, es  la misma con la que las fuerzas obscuras encadenan el desarrollo de la universidad. Será sustancial democratizar el sindicato de los trabajadores, y convertirlo en un lugar de libertades y motivo de la justa promoción de los derechos de sus agremiados. En suma, los universitarios deberán conglomerarse en una gran mayoría que lleve a cabo el más necesario de los actos político-académicos: un soberbio salto cuántico. ■

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