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sábado, 18 mayo, 2024
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Nuno Júdice: Premio Iberoamericano López Velarde 2023

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

La Gualdra 578 / Literatura / Premio Iberoamericano Ramón López Velarde

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Nuno Júdice nació en Mexilhoeira Grande, Algarve, Portugal, en 1949; es poeta, narrador, ensayista, dramaturgo, editor, crítico literario, profesor universitario y diplomático. Ha publicado poesía, ficción, ensayo y ha incursionado también en la dramaturgia; sus libros se han traducido en España, Italia, Venezuela, Inglaterra, Holanda, Dinamarca, Bulgaria, Checoslovaquia y Francia; fue director de la revista Tabacaria de la Casa Fernando Pessoa; y fue comisario para el área de Literatura portuguesa en la 49ª feria del libro de Frankfurt, entre otras actividades realizadas. Por su extraordinaria labor en el mundo de la literatura ha recibido diversos premios como el Pablo Neruda, 1975; el Premio Pen Club, 1985; el de la Asociación Portuguesa de Escritores, 1994; el Premio Bordalo de la Casa da Imprensa, en 1999; Premio Review 2000, de la Asociación Internacional de Críticos Literarios; Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2013; y el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval, 2014; entre otros.

Este 2023, el jurado conformado por Juan Villoro, Alfonso García Morales, Vicente Quirarte, Sofía Ramírez, Fernando Fernández, Marco Antonio Campos y Zoar Román, decidió que el Premio Iberoamericano López Velarde sea para Nuno Júdice por su contribución a la internacionalización de la obra de Ramón López Velarde. El premio será entregado en el marco de las Jornadas Lopezvelardeanas el jueves 15 de junio, en el Teatro Hinojosa, de Jerez, Zacatecas.

 

Jánea Estrada Lazarín: Gracias, doctor, por concedernos esta entrevista, en Zacatecas estamos muy contentos con la noticia de su premio. En 2021, se presentó en Portugal A estrofe que dança (La estrofa que danza), una antología de la obra de Ramón López Velarde con selección, traducción y prólogo suyos. ¿Podría hablarnos de libro y contarnos un poco de cómo fue que entró en contacto con la obra de López Velarde? ¿Cómo ha sido recibida la publicación en su país por parte de los lectores?

Nuno Júdice: Conocí la poesía de López Velarde a través de poemas en antologías que despertaron mi curiosidad por buscar la obra del poeta. Sólo lo encontré cuando fui a un festival de poesía en la Ciudad de México y, después de pasar por varias librerías donde me dijeron que estaba agotado, encontré el volumen con la obra completa en la edición de la UNAM. Inmediatamente me atrajo su poesía; en ella encontré cierta familiaridad con uno de los grandes poetas portugueses de la segunda mitad del siglo XIX, Cesário Verde, por sus imágenes de la sociedad entre rural y urbana y algunos retratos de figuras femeninas muy cercanas a las que tenemos en la poesía de Ramón López Velarde. Al leer estos poemas, también me sentí cercano al mundo que describe López Velarde y que en muchos aspectos se parecía al de mi provincia en la niñez y la adolescencia, con los salones de gusto burgués de fines de siglo, las damas inaccesibles, los campesinos y terratenientes con sus diferencias de clase, y la misma relación con la Iglesia y sus rituales que dominaron la vida de esta sociedad que, debido al conservadurismo que gobernó Portugal desde los años 30 a los 70 del siglo pasado, poco se diferenciaba de la que López Velarde conocía. Creo que estos aspectos fueron importantes para que el libro tuviera un buen seguimiento en Portugal; la editorial lo considera prácticamente agotado, lo que es una buena señal para un libro de poesía en nuestro país.

 

 

JEL: Existe una grata coincidencia entre los poetas Fernando Pessoa y Ramón López Velarde, ambos nacieron en 1888; el primero en Lisboa; el segundo, en Jerez, Zacatecas. Ambos escribieron sobre temas coincidentes también como el desasosiego y la zozobra. Nos encontramos ante dos escritores cuya melancolía y pasión por el retorno a la casa primera permean su obra… ¿es así? ¿Qué más podría decirnos al respecto?

NJ: También noté esta similitud entre los dos poetas, especialmente cuando se trata de la primera fase de la obra de Pessoa, que todavía tiene mucha influencia del simbolismo francés. Hay en Pessoa la misma melancolía nacida de una educación en Sudáfrica, donde hizo sus estudios secundarios, y podemos encontrar la necesidad de transformar esta melancolía en imágenes de un mundo decadente. La diferencia es que Pessoa supo desdoblarse en heterónimos, cada uno viviendo una cultura diferente, y esa decadencia o melancolía de Pessoa cuando firma en su nombre se transformará en el futurista Álvaro de Campos, el clasicismo de Ricardo Reis, o la naturaleza bucólica de Alberto Caeiro. Esto no quiere decir que López Velarde no sea tan moderno como Pessoa cuando subvierte el ritmo y las formas tradicionales en su expresión, con un lenguaje que se acerca a esa fase inicial de Pessoa; pero, donde ambos coinciden completamente es en la necesidad de dar voz al sentimiento nacional: López Velarde en “La suave patria” y Pessoa en “Mensaje”, este último escrito al final de su vida, en 1934. En ambas obras tenemos una imagen de la nación y del pueblo, y de sus héroes, que sin ellos no tendrían la misma capacidad de ponernos frente a nuestras propias identidades, que son la base de lo que une a cada uno de los pueblos con su pasado.

 

JEL: Usted ha dicho en otras ocasiones que “la poesía nos hace ver el espacio negro y el poema ilumina lo que no vemos”, volviendo a López Velarde, ¿qué es lo que su poesía ilumina hasta la fecha? ¿A qué le atribuye que permanezcan vigentes sus palabras?

NJ: Leyendo la poesía de López Velarde me encuentro con un mundo inquieto y que por momentos parece no tener salida, pero que, de pronto, nos sitúa ante una memoria que, siendo la del propio poeta, es universal: esa memoria en la que encontramos nuestros encuentros y desencuentros, dudas y respuestas, el amor y sus decepciones. Hay en él lo que hace que una poesía personal cobre vida: la sinceridad y la verdad de la expresión, por muy elaborada que parezca en uno u otro poema. Pero es precisamente esta verdad la que nos hace superar estas dificultades de lectura y sentir esta inquietud, lo que Pessoa designó como desasosiego, propia del ser humano, que conduce a la belleza de la expresión poética y que nos hace ver las cosas en su profundidad.

 

JEL: “Mejor será no regresar al pueblo, / al edén subvertido que se calla, en la mutilación de la metralla”, esta primera estrofa del poema “El retorno maléfico”, de López Velarde, es una estrofa que “nos danza” constantemente en la cabeza en México, sobre todo en épocas recientes debido a los problemas de inseguridad que padecemos. López Velarde escribió este poema hace poco más de un siglo, sorprende su capacidad de construir imágenes tan poderosas… ¿existe un poema de él que sea de sus predilectos? Si es así, ¿nos podría decir cuál es y por qué?

NJ: Quizás porque tengo en mi casa de pueblo que heredé de mis bisabuelos, y a la que vuelvo siempre que puedo, un viejo pozo en el patio, éste es mi poema favorito. Como en el pozo de López Velarde, por aquel pozo pasaron generaciones, y a su lado sucedieron varias historias, se vivieron tragedias y alegrías, y en él resonaron confesiones, risas y llantos.

El pozo me quería senilmente; aquel pozo
abundaba en lecciones de fortaleza, de alta
discreción, y de plenitud…
Pero hoy, que su enseñanza de otros tiempos me falta,
comprendo que fui apenas un alumno vulgar
con aquel taciturno catedrático,
porque en mi diario empeño no he podido lograr
hacerme abismo y que la estrella amada,
al asomarse a mí, pierda pisada.

 

Pero podría citar muchos otros, creo que en cada uno de sus poemas hay algo que me toca y habla a cualquier lector, aunque no haya pasado por experiencias como las que describe, en particular en uno de los poemas más hermosos de cualquier tipo de literatura: “El sueño de los guantes negros”.

Al sujetarme con tus guantes negros
me atrajiste al océano de tu seno,
y nuestras cuatro manos se reunieron
en medio de tu pecho y de mi pecho,
como si fueran los cuatro cimientos
de la fábrica de los universos.

 

JEL: ¿Por qué recomienda usted leer poesía? De acuerdo con su experiencia como profesor y, sobre todo como lector, ¿qué podríamos hacer para fomentar la lectura en esta época en la que la Inteligencia Artificial tiene muy ocupadas a las nuevas generaciones?

NJ: La importancia de la poesía proviene del hecho de que vivimos en una época en la que el lenguaje está cada vez más empobrecido y banalizado por los medios tecnológicos a nuestro alcance. No cabe duda de que ayudan en lo cotidiano y constituyen una forma de ahorrar tiempo en consultas y comunicación. El problema es que el lenguaje se reduce a lo esencial. La literatura, y la poesía en particular, es lo que podríamos llamar una reserva natural de nuestras lenguas donde se resguardan y mantienen vivos el vocabulario, las imágenes, las metáforas.

 

JEL: Por último, ¿recomendaría usted algo a los jóvenes que recién empiezan su carrera como escritores?

NJ: Lo peor que puedes hacer es dar consejos. Cuando comencé mi carrera como escritor no me gustaba escucharlos, y por eso también evito hacerlo. Pero cuando la gente me pregunta qué se puede hacer para ganar un lenguaje personal y dominar las técnicas de escritura, digo que sólo hay una forma de lograrlo: leyendo poesía. Es con esta lectura, que no es necesariamente la de los poetas con los que nos identificamos, sino la de todos los grandes poetas, que adquirimos ese dominio de nuestro propio mundo creativo.

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra578

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