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viernes, 3 mayo, 2024
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Desayuno en Tiffany’s, mon ku. México fue el invitado de honor en el Festival de Cine de Zúrich

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 265 / Cine

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Hace dos semanas (23 septiembre al dos de octubre) nos invitaron a asistir al 12 Zúrich Film Festival celebrado, como el nombre dice, en la ciudad de Zúrich. Nos quedamos sorprendidos, primero, por la invitación -tenemos pocos enlaces en Suiza- y, segundo, porque al ver el programa nos topamos con una sección dedicada a la cinematografía mexicana. De ahí vino seguramente el interés en nosotros: México fue el invitado de honor.

Pero vamos por partes. El Festival de Cine de Zúrich es un evento relativamente joven, con un presupuesto –según fuentes extraoficiales- cercano a los siete millones de francos (unos 8 millones de dólares) y que tiene lugar en una de las ciudades más caras de Europa. Los organizadores se han esforzado por combinar cine de estrellas con cintas comprometidas social y políticamente –la mayoría de ellas centrada en los problemas por la unión europea y el desarrollo en los tercermundistas-. El trofeo se llama el Ojo de Oro y se otorga al filme reconocido por los diversos jurados en las categorías de Competición de Largometraje y Documental Internacional, Proyectores sobre Suiza, Austria y Alemania, además de los premios del Público, de la Crítica, para cinta de Niños y Ánimo Profesional.

Para entender cómo se monta y por qué México estaba en el festival hablamos con Georg Bütler, uno de los cinco programadores de películas del festival. A la pregunta central –por qué México- la repuesta parece evidente: desde hace casi una década la producción cinematográfica mexicana sobrepasa los 100 filmes de calidad y es la industria más fuerte de América Latina. Para el año 2015 en México se produjeron 140 filmes de buena calidad. A esto se le agrega que el Festival de Guadalajara y el de Zúrich tienen una estrecha relación y se facilitan y dedican espacios para proyectar sus mutuas cinematografías: en marzo Guadalajara hizo un focus sobre el cine Suizo.

Así, que en enero de este año, Georg Bütler apoyó y motivó la propuesta de dedicar este 12 ZFF a México. En años pasados ya se habían traído películas como Sin nombre (Cary Joji Fukunaga, 2009), La Jaula de oro (Diego Quemada-Díez, 2013), Güeros (Alonso Ruizpalacios, 2014), Las horas muertas (Aarón Fernández Lesur, 2013), y se dedicó a Alejandro Iñárritu un pase de todos sus filmes y su asistencia para presentar alguno. Además, este año se ha reafirmado el pacto para coproducciones México-Suiza, cuyos respectivos gobiernos se mostraron animosos en apoyar proyectos.

Bütler describió el cine mexicano como rico por su gran variedad, con un amplio panorama de filmes. Con directores que se ve se sienten libres y son osados. Tienen libertad para trabajar, y que no por tener un presupuesto pequeño dejan de lado la calidad ni dejan de expresarse. Son poderosos, hablan de todo en sus filmes, sin miedo.

De las 250 cintas mexicanas propuestas quedaron seleccionadas y fueron proyectadas las siguientes: en la Competencia Tamara y la Catarina (Lucía Carreras, 2016); en la presentación de Gala, Me estás matando Susana (Roberto Sneider, 2016); en el focus México, Plaza de la Soledad (Maya Goded, 2016), 600 millas (Gabriel Ripstein, 2015), Almacenados (Jack Zagha, 2015), Chronic (Michel Franco, 2015), Club Sandwich (Fernando Eimbcke, 2013), El charro de Toluquilla (José Villalobos Romero, 2016), El placer es mío (Elisa Miller, 2015), Heli (Amat Escalante, 2013), La delgada línea Amarilla (Celso García, 2015), Maquinaria Panamericana (Joaquín del Paso, 2016), Sabrás qué hacer conmigo (Katina Medina Mora, 2015), Salt and Fire (Werner Herzog, 2016, coproducción Francia, Alemania, Estados Unidos y México), Tempestad (Tatiana Huezo, 2016), Un monstruo de mil cabezas (Rodrigo Plá, 2015), X500 (Juan Andrés Arango, 2016) y los cortometrajes de Juliana Orea, Esteban Arrangoiz, Tess Anastasia Fernández, Emiliano Rocha Minter, Tatiana Huezo.

Lo importante en estos filmes fue mostrar algo que no había sido visto antes aquí en Suiza y de tener un panorama de lo que se piensa es lo mejor.

Por otra parte, el Ojo de Oro en Largometraje fue para The happiest day in the life of Olli Maki, de Juho Kuosmanen (Finlandia); y el Documental para Madame B. Histoire d’une nord-coréenne, de Jero Yun (Francia); el de Proyectores sobre Suiza, Alemania y Austria fue para Stille Reserven, de Valentin Hitz.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-265

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