30.8 C
Zacatecas
viernes, 10 mayo, 2024
spot_img

De las dificultades de los contrapesos

Más Leídas

- Publicidad -

Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Nadie en su sano juicio podría negarlo. No les falta razón a las voces que claman la urgencia de contrapesos.

- Publicidad -

Tampoco les falta ocasión, son vastas las oportunidades que ha dado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para encontrar a los actores que integren la fuerza política que sirva de contrapeso a corto plazo, y al largo pueda construir un liderazgo capaz de enderezar el timón de este barco que desde la perspectiva de estos grupos, gira demasiado a la izquierda.

Se ven ya algunos intentos, hace unas semanas Reforma publicó nombres de políticos e intelectuales que presuntamente conformaban ese grupo: pero más pronto que tarde muchos de los aludidos salieron a desmentir su participación, eliminando así cualquier resto de seriedad y credibilidad a la información.

Algo similar ocurrió con la marcha de este domingo, cuyo irrisorio número deja más debilitado a los convocantes que si no se hubiera hecho nada.

Por muy alta que sea la aprobación y por muy bien que se gobierne, en una actividad así necesariamente se pisan callos y se afectan intereses que casi por naturaleza tendría que agruparse para inercialmente formar el contrapeso que tanto se reclama y que evidentemente tendría que salir de esas filas, y no de quien se acusa de hegemónico. ¿Qué ha faltado para que esto suceda?

Realismo en la crítica sería lo primero. Las innegables fallas del gobierno federal se han exagerado de tal manera, que la crítica se desdibuja y termina por generar el efecto contrario al buscado.

Por ejemplo, la justa irritación por el desabasto de combustible de inicio del año se magnificó a tal grado que se anunció el apocalipsis y se generaron compras de pánico que acrecentaron el problema inicialmente, pero a la postre hicieron sentir que en esa actitud estaba la causa de aquellos días difíciles que nos dijeron que nunca terminarían y hoy ya nos quedan lejanos.

Falta también congruencia. No tendría que tratarse de ser oposición sólo por serlo, y en una sociedad madura no debería haber problema para admitir los aciertos que el adversario logra, ni reconocer las fallas que el aliado comete. Pero ahora se critica alguna medida por ser “demasiado neoliberal” a aquel que nos decía que era el neoliberalismo la solución.

Esa incongruencia anula por sí misma la crítica, porque no puede reclamársele a alguien ser demasiado dócil con Donald Trump y al otro reprocharle ser aliado de Nicolás Maduro y pretender ser tomado en serio en una u otra cosa.

Falta también valor, arrojo, la disposición de enfrentar el costo de ser oposición; de disentir, de pensar distinto de la posición mayoritaria. No se ve mucho de esto cuando ni siquiera los gobernadores se atreven siquiera a compartir templete con el presidente por el temor a ser abucheados.

Por el otro lado sobra soberbia en algunos actores que asumen que la afectación de sus intereses particulares es sentida como un daño generalizado al pueblo. ¿De veras creen Cque la gente está muy enojada porque ya no se patrocine la Fórmula 1, el Cirque du Soleil o a la selección mexicana de futbol?

Tal parece que sí, y en esa creencia pasan por alto que para la base social de López Obrador, entre más quejas haya en ese sector que no se sabe privilegiado, mejor señal será de se están haciendo bien las cosas.

En la opinocracia sucede algo similar. Muchos de los más feroces críticos se asumían a sí mismos como líderes de opinión y hoy se sorprenden de recoger repudio y de la falta de credibilidad de los medios de comunicación que los acogen.

No han comprendido que López Obrador es un sobreviviente del veto y la propaganda negra, por lo que tanto él como sus simpatizantes aprendieron a prescindir de los medios de comunicación tradicionales, y a buscar en las redes sociales sus formas interconexión.

No lo notan porque poco conocen al México que votó por López Obrador para el cual no hay regresión, sino progreso; no hay populismo sino popularidad. Un México que ha esperado tantos años por justicia social, que no le importa esperar tres años más como les ha pedido el único político que ha visitado cada rincón del país.

Sin comprender esto no les será fácil ser el contrapeso, y no lo será si no entienden por principio que no es a López Obrador a quien le toca crearlo, sino a quien se quiera sumar de ese lado porque encuentre sus ideas ahí representadas.

No podrán hacerlo además sino caen en cuenta que son ellos mismos los que mitifican al gobierno federal creyendo que se trata de un solo hombre con filias y fobias, y no un grupo amplio, plural que tiene sus propios contrapesos internos, sus propios desencuentros y discordancias.

Basta ver las posiciones de la senadora de Morena Lily Tellez y la de la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero para entenderlo.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -