Fue en la ciudad de México donde se llevó a cabo la fundación del PRD. Encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez (integrantes de la Corriente Democrática que rompía con el PRI), esta organización pudo conseguir su reconocimiento como partidoen 1989, gracias a que el PMS le cedió su registro legal y su patrimonio.
El mismo año de la caída del Muro de Berlín, el PRD inició su trayectoria con un programa fundacional diferente al de la izquierda que se integraba a sus filas. Los militantes y corrientes de la vieja izquierda socialista, hicieron a un lado sus antiguas aspiraciones para abrazar el nuevo programa de “la revolución democrática”.
Ese hecho significó en la práctica, subordinar o abandonar la lucha por la transformación social, para sustituirla por la de “la alternancia democrática en el gobierno”, por el respeto al voto y la obtención de más cargos de elección popular. 25 años después, puede verse cómo ese proyecto fue absorbido por el mismo aparato estatal que la vieja izquierda socialista pretendió alguna vez sustituir.
El PRD se convirtió así en una organización funcional al sistema. Centró su perspectiva en la alternancia y en una pretendida transición a la democracia pactada con el viejo régimen. Dijo querer ser una nueva izquierda moderna, de tercera vía y hasta socialdemócrata; abrevó de esa influencia neoliberal que insiste en el individualismo frente a los proyectos colectivos,es decir, que priorizó la figura de los candidatos sobre programa y partido y,por ende, la aceptación de cualquier candidatura. Fuentes dudosas de financiamiento y connotados casos de corrupción como el de Carlos Ahumada (en el que dirigentes jugaron el papel indigno de la traición para intentar frenar la campaña de López Obrador en 2006), quedaron grabados en el lado más obscuro de su historia.
¿Cómo olvidar que mientras millones de mexicanos rechazaban en las calles la usurpación de la Presidencia de la República, los gobiernos estatales encabezados por el PRD en Zacatecas, Guerrero, Baja California Sur, Michoacán y Chiapas se apresuraban a reconocer al gobierno espurio de Felipe Calderón?
En descargo, pudiera decirse que el momento más destacado en la historia del PRD se remonta a la movilización encabezada por López Obrador contra el fraude de julio de 2006, en la lucha contra “la usurpación” y en la instalación de la CND con su “gobierno legítimo”, accionestodas ellas populares, que encendieron la histórica frase de “al diablo con sus instituciones”.
Pero la dinámica popular de ruptura fue interrumpida. Al interior del Sol Azteca dominó la posición que planteaba que habiendo obtenido AMLO y el PRD la mayor cantidad de votos en su historia, era desatinado “dilapidarla” en la movilización y confrontación con el gobierno; que habría que aprovecharla para negociar posiciones con “el usurpador”,a fin de posicionar mejor al PRD. Un agradecido gobierno calderonista daría más tarde reconocimiento legal “al triunfo” de Jesús Ortega como Presidente Nacional del PRD en 2008. Alejandro Encinas (candidato claramente lopezobradorista), atribuiría su derrota a las “chucherías” de su contrincante, pero los propios militantes catalogaron el proceso de “cochinero”.
Con estos hechos vergonzantes, se cerró un ciclo en el PRD. Habiendo nacido como un partido de oposición electoral al viejo partido de Estado, se convirtió en un partido palero del régimen que permitía la intromisión del gobierno en su vida interna. A la fecha, la corriente “Nueva Izquierda” -que proviene de la vieja izquierda representada por el lombardismo y el talamantismo-continúa dirigiendo esta organización, está consolidada y es hegemónica en el PRD.
La ausencia de AMLO y el descrédito por la firma del “Pacto por México”, han hecho que militantes y analistas describan públicamente la debacle partidaria: “el Partido de la Revolución Democrática está desfigurado, sin identidad ni rumbo, dirigido por mercaderes” (Álvaro Delgado, Proceso).Cuauhtémoc Cárdenas en el Teatro de la Ciudad (DF): “hay vientos de fractura”; el partido se encuentra “más lejos que cerca de lo que nos propusimos…” “de nada sirve al país una izquierda dócil y dizque a la moda…”.Miguel Ángel Velázquez (La Jornada): “el PRD nació hace un cuarto de siglo para combatir, entre otros males, al neoliberalismo que apenas se estaba apoderando del país, pero ahora la militancia parece haberle perdido el asco a los corruptos…”Ricardo Rocha en El Universal: “Amenazado de muerte prematura, silenciosa y absurda…”
Sin duda que estos 25 años del PRD representan para la izquierda una oportunidad de reflexión; la ocasión para preguntarse cómo fue que una camarilla oportunista pudo estrangular a un partido de oposicióny transformarlo en una caricatura.
Habrá que debatirlo, pero su degeneración como izquierda institucionalizada, confirma la idea de muchos de que “otra Izquierda es necesaria”.De otra izquierda “que no se limite a tener más miembros, más recursos, más propaganda o más diputados. Todo eso es necesario, pero solo es un medio”. El país requiere de un instrumento político que tenga por objetivo la total liberación -material y espiritual-de los trabajadores y los explotados por el capitalismo y su gobierno. ■
Fuente Informativa: Partido Revolucionario de los Trabajadores / [email protected]
