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domingo, 19 mayo, 2024
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Acoso, hostigamiento y falta de transparencia en diagnóstico a proceso de evaluación docente

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

  • Las manifestaciones también impactaron en la logística del procedimiento, según informe
  • Maestros cuestionan desorganización y poca planificación desde el momento de la notificación

Acoso y hostigamiento de las autoridades educativas y directores de centros escolares, trato hostil de los evaluadores y falta de transparencia, desorganización e injusticia en el proceso,  fue el resultado que arrojó el Diagnóstico de los Procesos de Evaluación del Desempeño Profesional Docente que dio a conocer el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE).

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El informe señala también que un aspecto que impactó en la logística, la organización, el desarrollo e incluso el inicio de las aplicaciones lo constituyeron las manifestaciones, ya que sólo 2 de los 32 estados estuvieron exentos de expresiones públicas de ese tipo: Baja California y Guanajuato.

“De las 30 entidades restantes, 12 presentaron manifestaciones con algún grado de violencia en alguna sede: Chiapas, Chihuahua, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. La presencia de la fuerza pública —muy intensa en algunas entidades, particularmente en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, generó incertidumbre e incrementó el estrés en los sustentantes. Sin embargo, de acuerdo con los análisis efectuados por el INEE en los que se asocian los resultados de los exámenes por sede y los dispositivos de seguridad por las presiones de las protestas, no parece demostrarse ninguna influencia negativa de los segundos sobre los primeros”.

De acuerdo con el INEE, se reportaron 454 problemas operativos en 16 fechas de aplicación, la mayoría concentrados en las primeras fechas; cerca de la quinta parte del total (82) ocurrió el 28 de noviembre en 21 de las 29 entidades federativas en las que se aplicó la Evaluación del Desempeño.

El diagnóstico incluye una consulta realizada a los docentes que participaron en el proceso en la que señalaron que la información a la que tuvieron acceso sobre la evaluación se caracterizó por tener poca claridad, ser escasa e incompleta, suministrarse de manera pausada a lo largo de los meses, y difundirse por diversos canales de comunicación, lo cual alimentó una serie de rumores sobre la Evaluación del desempeño y sus consecuencias. Los docentes refirieron que no contaron con instancias identificadas claramente a las que pudieran acudir para resolver las dudas y los problemas que fueron enfrentando.

Asimismo, los profesores cuestionaron la desorganización y la poca planificación que observaron desde el momento de la notificación hasta la presentación de las últimas etapas (examen de conocimientos y competencias, y planeación argumentada), así como en aspectos relacionados con el desconocimiento de los mecanismos de selección de los docentes que serían evaluados, y el retraso en estas notificaciones y en el envío de las claves de acceso, con lo cual se complicó la recopilación de las evidencias de aprendizaje de los estudiantes. Se señala también falta de apoyo o acompañamiento por parte de las autoridades educativas.

Otro aspecto negativo en el pasado proceso de evaluación, según el informe, se refiere a las condiciones en las que se presentaron las últimas dos etapas del proceso. Entre las dificultades más relevantes se mencionan la aplicación de ambas etapas el mismo día, una duración extensa, un trato poco pertinente e incluso hostil de los aplicadores, problemas con el funcionamiento de los equipos de cómputo o con el sistema, dificultades por falta de habilidades digitales, la cantidad de preguntas en el examen de conocimientos y la poca pertinencia de muchas de ellas, la falta de apoyo para la elaboración de la planeación argumentada, la presencia de la fuerza pública en algunas sedes de aplicación y en sus alrededores, e inclusive la presión de compañeros que les reprocharon haberse presentado a la evaluación.

Otro problema es que “los docentes refieren que hubo acoso por parte de las autoridades educativas y las de sus centros escolares: llamadas telefónicas constantes para que aceptaran ser evaluados y para convencerlos de que participaran en el proceso, o para ver si ya habían completado la etapa de las evidencias. Incluso, hubo testimonios sobre amenazas de ser despedidos o en relación con haber recibido algún tipo de incentivo económico o en especie por participar en la evaluación”.

Por otra parte, el proceso de Evaluación del Desempeño fue considerado por muchos como poco transparente, desorganizado e injusto, además de que puso en peligro su fuente de trabajo. Los docentes señalaron que se trató de un proceso realizado en un contexto de desvalorización de la labor docente y en condiciones poco favorables para desarrollarla, elementos no considerados en la propia evaluación y que no corresponden con las exigencias que desde varios frentes se realizan hacia ellos.

Respecto a la pertinencia de la evaluación, hay posturas distintas entre los docentes para valorar su labor cotidiana como docentes. Hay quienes opinan que, no obstante las complicaciones del proceso, las etapas de la evaluación sí recuperan aspectos de su actividad cotidiana en las aulas.

En el otro extremo, hay docentes que piensan que el propósito de evaluar su desempeño como maestros no se cumplió, porque los mecanismos puestos en marcha y los instrumentos empleados en cada etapa tuvieron una serie de problemas, incoherencias e inconsistencias que impidieron realizar una valoración adecuada del trabajo cotidiano en las aulas y en las escuelas. Desde esta perspectiva, algunos docentes incluso cuestionaron los resultados de la evaluación, los cuales se ponen en duda porque, además de no reflejar lo que es un maestro, no permiten identificar quién es un buen docente y quién no.

El diagnóstico arroja que una proporción importante de docentes mostró baja satisfacción con la guía y la bibliografía de apoyo (69 por ciento), con los mecanismos de comunicación (56 por ciento) y con los procesos de notificación (51 por ciento). Sin embargo, destaca una mejor percepción en la utilidad de los documentos de referencia de la evaluación (etapas, aspectos, métodos e instrumentos), y perfiles, parámetros e indicadores y de la página del Sistema Nacional de Registro del Servicio Profesional Docente, con 42 y 40 por ciento, respectivamente, de docentes que señalaron no estar satisfechos.

Destaca además que, la mayoría de ellos, en porcentajes superiores a 70 por ciento, consideró inadecuados los exámenes. Cuestionaron su diseño, su claridad, su duración y los aspectos que evalúan.

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