Para el mes de septiembre, el gobernador del estado aparecía ufano en espectaculares teniendo como escenografía a trabajadores de Delphi cableados y anunciando la creación de 25 mil empleos. No se puede ser más elocuente.
Creación de empleo es una de las demandas más sentidas de la población, y con toda razón, hace treinta y dos años que se genera un número muy inferior de empleos de los requeridos a partir del crecimiento poblacional.
Consecuentemente, el empleo es una de las promesas más recurrentes en campañas. Para algunos es incluso su carta de presentación personal, “soy empresario y creo X empleos” dicen algunos, esperando que en ello se les reconozca un acto de heroicidad, como si “dar” empleo fuera un acto de bondad y no el intercambio de un salario por un servicio en la que ambas partes se benefician.
En Zacatecas específicamente el Plan Estatal de Desarrollo plantea la creación de 8 mil empleos anuales, deberían alcanzarse 40 mil el próximo mes de septiembre, pero la última cifra de la que se tuvo noticia lo tazaba en apenas 25 mil.
La estrategia de creación de empleos ha tenido dos vertientes principales: por un lado en la explotación minera, y por el otro, con la instalación de grandes empresas trasnacionales a quienes se les ofrecen muchas facilidades, como exención de pago de impuestos u obsequiarles los terrenos para construir sus fábricas.
Ambas estrategias tienen en común las pobres remuneraciones, contratación de personal poco calificado, y pésimas condiciones laborales.
En la mina El Coronel vimos ya que Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, era de los que peor pagaba a sus empleados.
Recientemente los empleados de Triumph Group México denunciaron que carecen de servicio médico cuando laboran por la noche, y que tienen accidentes laborales frecuentes, luego de los cuales se les niegue atención médica. Denunciaron incluso el caso de un compañero que luego de machucarse los dedos, permaneció en las instalaciones de la empresa más de una hora sin que se le permitiera recibir atención médica, hasta que la pérdida de sangre le causó convulsiones que asustaron al personal de guardia.
Por otro lado, la empresa procura que las víctimas de estos accidentes sean atendidos en servicios particulares, y no en el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) porque así no hay obligación de incapacitarlos, y porque no quedan malos registros por constantes accidentes. Esta circunstancia obliga a algunos trabajadores a solicitar vacaciones no ya para disfrutar, como es su derecho, sino para recuperarse de esas lesiones.
Dicho sea de paso, los trabajadores denunciaron que se les otorgaba solamente 3 días de asueto, cuando la ley federal establece que tienen derecho a seis días.
Es frecuente el hostigamiento laboral, y los despidos injustificados. Se hacen además en condiciones infrahumanas, pues según narraban los trabajadores, en ocasiones, los despedidos son obligados a caminar descalzos por cerca de tres kilómetros en asfalto para tomar el autobús a su casa, con tal de que dejen en la empresa los zapatos que les prestan para su seguridad e higiene.
Los obreros de Triumph Group repudiaron también que continuamente les aumentan el trabajo, pero no así el salario. Hace un tiempo tenían metas de producción por 250 mil dólares, y a la fecha es de 600 mil dólares, es decir, se trata de producir más del doble pero con el mismo número de personal, y por el mismo sueldo.
Finalmente los trabajadores aseguran que sus pares en Estados Unidos ganan 40 dólares la hora por hacer la misma labor por la que a ellos les pagan mil 200 pesos por semana.
A las estrategias de empleo ya citadas, habrá que sumar una tercera: la apertura de cadenas comerciales, lo cual tiene el aplauso frecuente de algunos empresarios locales que pareciera que piensan que cuando se habla de “grandes capitales” se habla de ellos. O quizá están demasiado ocupados con los comerciantes ambulantes, y los artesanos organizados, a quienes combaten con toda su fuerza política, mientras asisten orgullos a las inauguraciones de cadenas de hoteles, ferreterías y cafeterías que también les harán la competencia, pero a las que hay que agradecerles su presencia en Zacatecas porque, consideran, eso nos coloca en el primer mundo.
Mientras todo esto sucede, muy poco se destina para los comerciantes del Centro Histórico de Zacatecas, para los productores del campo, los artesanos, las tienditas de la esquina, e incluso para los pequeños fabricantes de distintos bienes a lo largo del estado.
En su más reciente visita a Zacatecas, Julio Boltvinik dio la clave: ¿qué es mejor, que Bill Gates se gane un millón de pesos, o que mil obreros ganen mil pesos cada uno? Evidentemente lo segundo, decía Boltvinik que con ello podrían quizá, comprarse un celular cada uno. Gates obviamente no se compraría mil celulares. ¿Qué aumentaría más el consumo interno?
Si a eso agregamos dónde pagan impuestos y qué proveedores contratan, queda claro que andar vendiendo a los paisanos como esclavos baratos, no es el camino.■
