El otro día tuve fiebre ya en la noche, en las noticias escuchaba a lo lejos a Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, señalando en el marco de la Cumbre Mundial de Comunicación Política celebrada en la Ciudad de México, que el aprecio por la democracia en México ha disminuído significativamente, según los resultados 2016-2017 expuestos por la organización Latinobarómetro en los que disminuye un 10% el número de nacionales que consideran a la democracia preferible a cualquier otra forma de gobierno. Al respecto, voy pensando en que la democracia constituye un agravio para los mexicanos y su calidad de vida, reflexiono además, en lo muerto que está el concepto constitucional de demos kratos ideado como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. Hasta hoy, es un detrimento para el pueblo y un incremento en los beneficios para la clase en el poder, para los partidos políticos y sus divinidades como Carlos Salinas de Gortari cuyas próximas 6 generaciones están garantizadas y, salvo que cayera algún meteorito antes, será a la postre el único mexicano que ha vivido sosteniblemente pues sus presentes y futuras generaciones, están aseguradas con posiciones políticas, emporios y múltiples riquezas terrenales gracias a los mexicanos. El sueño me vence y llegan a mi subconsciente imágenes coloridas, estoy sentado junto a los políticos del momento, el Presidente de la República está borrado de la cara, no puedo distinguirlo pero usa una especie de shapka ushanka. Hay una preocupación generalizada pues los estados libres y soberanos, llegaron al límite, el desprecio a la política y a la democracia se desbordó junto con la inseguridad, la corrupción, la pobreza y la marginación y, la población decidió hacer un ejercicio civilizado antes de otra revolución: romper el Pacto Federal, los estados se decretan como nuevos países, la ONU se opone y por fin levanta la voz cuando siempre calló mientras los derechos humanos eran pisoteados; algunos estados se unen por bloques y nacen como independientes; el ejercito como siempre, es superado y no puede someter a todos los estados. En mi sueño, me veo de regreso en Zacatecas que ahora se ha transformado, sus fronteras están cerradas y se cobra un peaje simbólico, hay personal especializado que hace una minuciosa investigación para entrar y salir; el gasoducto deja de funcionar y es sacado de la mancha urbana al igual que las industrias mineras; se dan por concluidas todas las concesiones que mañosamente se autorizaron para promover el saqueo de la riqueza de la incipiente República Zacatl, se acuña en plata una nueva moneda denominada tatewari, se instituye un Consejo Ciudadano seleccionado escrupulosamente entre la población, cuidando que no existiera un solo vínculo con los antiguos partidos políticos; hay huicholes y representantes de otras étnias, ancianos, profesionistas destacados y buenos vecinos, los poderes públicos desaparecen y se instituye el sistema de desiciones colectivas, ya no queda a la voluntad de una sola persona, los destinos de Zacatl; las ratas y sus cuñados, familiares, nalguitas y demás prolé, son expulsados del territorio bajo pena de fusilamiento si regresan, sus propiedades son expropiadas por Decreto Ciudadano y son convertidas en escuelas, hospitales, bibliotecas. Se crea la nueva Universidad denominada Liceo de Ciencias Autónomo, de donde también se han escabullido los viejos grillos que tenían secuestrada a la antigua UAZ, tenían tanto apuro en irse que ni la jubilación esperaron, así, el LCA y el Consejo Ciudadano, mantienen el orden y el progreso de la reciente nación independiente. En mi sueño, la República de Zacatl toma las riendas de la explotación minera y la riqueza se distribuye en cada lugar donde se genera, se contratan gringos especialmente racistas, para que vengan a trabajar en las minas y les pagamos en plata; se van contentos pues se les paga lo justo ya que por vocación, los de esta tierra no somos culebras. Hay mucho progreso y se fortalece el trueque como mecanismo comercial con otros países independientes, así, llegan a Zacatl entre otras muchas cosas, mariscos y pescado fresco que se paga con tunas y nopales, se regala el producto en las colonias y los chamacos comen hasta hartarse; la riqueza de las exportaciones se distribuye entre cada ciudadano en forma igualitaria y se eleva la calidad de vida parejo; todos tenemos casa no madrigueras, agua manejada sosteniblemente y, por las tardes, los ciudadanos llevan clases de autodefensa y manejo de armas, todos defendemos ahora, lo que en un momento no supieron atender ni los partidos políticos, ni el poder, ni la desaparecida democracia.
*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
