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viernes, 3 mayo, 2024
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Mágica tarde de narradores mexicanos, en el FINO 2015

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Por: REDACCIÓN •

Cuentos de gatitos, magos e historias cotidianas fueron parte del repertorio narrativo que se ofreció en el Teatro Fernando Calderón, en el marco del XI Festival Internacional de Narración Oral (FINO), que organiza el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, informan en un comunicado.

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Inicio la tarde la cuenta cuentos Guita, quien compartió una historia de la plaza de su natal Toluca; narró la historia de un gato que se creía palomo y continuó con un cuento de amor en el que contó cómo dos mininos: “uno blanco como la luna y otro oscuro como la noche”,  se enamorar.

Guita, caracterizada de gatita, narró estas historias que entrelazó de manera peculiar y que concluyó con una canción dedicada a los felinos.

Luego, José Mauricio Salas de Reinosa, de Tamaulipas, arribó al escenario para invadir la sala principal de teatro de humor y risas al narrar e interactuar con los escuchas sobre su cuento de Crescencito, el hijo del Rey Crescencio, que más que un rey era un mago que enseñó a su hijo a que todo era posible.

Risas, humor, un buen manejo del público y del escenario fue lo que destacó en la participación de este orador tamaulipeco, quien dejó un mensaje con su cuento que narra la relación filial.

La presentación de este día la cerró Cesarón, narrador oriundo del Distrito Federal, quien dijo que él rescata historias cotidianas de la ciudad de México, que va presenciando a lo largo de su recorrido de casa al trabajo en el metro, y que comparte en la misma capital pero en lugares como plazas, calles o mercados.

Narró a los zacatecanos y visitantes una historia sobre la promesa que le hizo Manuel a su esposa, antes de fallecer: que iría a bailar, como cada sábado por la noche lo hacía, desde antes de conocerla.

Hizo de esta historia una descripción detallada de los espacios de la gran ciudad, hasta la particularidad más sencilla del departamento de Manuel, su vestimenta, el ritual y cómo pasaba los sábados por la noche en los salones de baile, que estaba de moda en los años veinte.

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