■ Los procedimientos van a ser más socializados, se va a politizar más el asunto, explica
■ Importante, conservar el semidesierto porque alberga 162 especies vegetales y animales
La declaratoria de Área Natural Protegida (ANP) del semidesierto zacatecano, con categoría de Reserva de la Biósfera, no va en contra de la actividad minera ni implica que “nadie se meta” en las hectáreas que sean identificadas con este nombramiento, aseguró el docente investigador de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Manuel Macías Patiño.
Por el contrario, agregó que lo que provocará este hecho es que haya“más restricciones, los procedimientos van a ser más socializados, se va a politizar más el asunto, pero está bien porque el tema de la minería está en el sentir de la sociedad en general, entonces esto les puede dar legitimidad a ellos y a los dueños de la tierra donde están las concesiones”.
Concluyó, tras enumerar estas disposiciones en materia de normatividad de las mineras, que “eso es a lo que están recelosas”. Y en este sentido, recordó que, “desde que salió la Ley General del Equilibrio Ecológico en 1988, ellos también estaban en esa misma circunstancia, en esa misma posición”.
No obstante, recalcó que la reglamentación en materia ambiental y de sustentabilidad de la actividad minera ya existe, y se va a seguir aplicando como se ha hecho hasta el momento.
Macías Patiño explicó que la etapa que se abre en estos momentos en el proceso de obtención de la declaratoria consiste en diseñar el plan de manejo ambiental de la zona, pero a través de una acción conjunta entre autoridades y sector productivo, en el que se incluirían tanto las mineras como los ganaderos y agricultores, entre otros rubros.
De esta forma, el docente investigador sostuvo que “tenemos que armar un plan de manejo donde todos quepan” y que permita que todas actividades del desarrollo económico de la región continúen realizándose. “Ese es el gran reto, ojalá todos sean capaces de aportar su granito de arena para construir un gran proyecto”, concluyó.
Añadió que el propio reglamento de Áreas Naturales Protegidas establece que, una vez que se nombra un espacio de estas características, se crea un consejo de administración de la Reserva de la Biósfera y ahí los representantes de las diversas actividades productivas, como la extractiva, “van a tener lugares para que estén velando por los intereses del sector minero”.
El académico destacó que la importancia de conservar el semidesierto zacatecano radica en la variedad de flora y fauna que hay en la región ya que, en concreto, existen “cerca de 162 especies tanto vegetales como animales que están en estatus, unos, en la categoría de riesgo; otros en la categoría de peligro de extinción; otros que están haciendo servicios ambientales importantes y que debemos preservar”.
En este sentido, expuso que en la actualidad se calcula que del total de territorio que ocupa la zona en cuestión, sólo 2 por ciento ha sufrido alguna afectación, ya sea por la población que habita en el lugar, las vías de comunicación, la actividad minera, los desarrollos agrícolas, las líneas de conducción de electricidad, entre otros aspectos.
Por ello, concluyó que estas condiciones hacen que el semidesierto sea un área propicia para ser conservada. “Ahora de lo que se trata es de abrir las reglas del juego, de abrir los intereses, para que sean compatibles con el medio ambiente”, subrayó Macías Patiño.
