En el suplemento cultural del diario Color ABC del Paraguay, apareció este primero de marzo un artículo de Alberto Alderete sobre las causas de la guerra de la triple alianza contra el Paraguay. Ahí aparece el siguiente comentario: “El 1° de mayo de 1865, al caer la tarde, en la casa particular de Bartolomé Mitre se firma el pacto acordado en Puntas del Rosario, denominándolo Tratado Secreto de la Triple Alianza. El Tratado establece que «la guerra no es contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno». En realidad, con lo que los aliados querían acabar era con el gobierno independiente y soberano del Paraguay, fuese quien fuese el hombre que lo desempeñase, y no sólo con el de su entonces presidente, Francisco Solano López.”. Para Alderete la guerra de la triple alianza –Brasil, Argentina y Uruguay en contra del Paraguay- es la raíz del atraso de ese país, porque fue un desastre económico y demográfico que lo volvió un país dependiente. No tenemos acceso a los tratados secretos que determinaron que la UAZ se volviese un desastre económico y moral. Económico porque vive en medio de la crisis producida por la insuficiencia de recursos para pagar las obligaciones contraídas, y moral porque esa insuficiencia ha llevado a los diferentes rectores a incurrir en delitos que van desde el cese del pago de impuestos hasta el robo descarado del dinero de los docentes.
Pero hay elementos que nos pueden dar un atisbo de esa complicada historia. El primero de estos elementos es la firma del contrato colectivo de trabajo UAZ-Spauaz durante los años setenta. Años en los que se logró establecer en el contrato un sistema de seguridad social propio de la UAZ, que garantizaba a los agremiados excelentes condiciones de retiro. Pero tenía el defecto de carecer de fondos, por lo que terminó siendo fuente de pasivos laborales sin sustento en el presupuesto universitario y por tanto desapareció en 1988. Al día de hoy ese problema permanece insoluble. ¿Es entonces el contrato el origen de los problemas actuales? De ninguna manera, porque la responsabilidad de fondear las prestaciones correspondía tanto al patrón como a los sindicalizados, y ninguno cumplió su parte. Fueron factores asociados a la dinámica política interna de la UAZ los que distrajeron la atención de los universitarios de hacer viable económicamente su futuro. Pero la contribución a la deuda no viene únicamente de los pasivos laborales, también hay una componente que se origina en los ciclos electorales de la Universidad y que consisten en la persistente aparición de incremento en las contrataciones previa y posteriormente a los procesos electorales. Y en esta dinámica están involucrados tanto los sindicatos como la Rectoría. En ciertos momentos el Spauaz funcionó como elemento amortiguador de la política de contrataciones de la Rectoría, sobre todo cuando la Rectoría y el sindicato estaban dominados por grupos antagonistas, pero cuando tanto la Rectoría como el sindicato cayeron bajo el control del mismo grupo existió una inmediata subordinación del sindicato ante la Rectoría, lo facilitó la contratación de personal para fines electorales. Esto es lo que aconteció durante el rectorado 2008-2012 que fue el tiempo durante el que creció el personal en más de 900 personas y se generó un adeudo al ISSSTE por alrededor de 600 millones. Así que una visión únicausal que encuentra el origen de todos los males en un rector determinado ofrece una perspectiva parcial de la situación que raya en el embuste. Si el escenario es complejo, nuestras explicaciones deben enfatizar la interacción de los elementos en juego y no uno de esos elementos, y en el caso de la UAZ la contratación involucra al menos dos actores: la Rectoría y el sindicato.
Si el sindicato se subordina a la Rectoría el crecimiento se acelera y no en respuesta a las necesidades sociales, sino como resultado de los movimientos internos. Lo mismo acontece con las huelgas: durante el período que va de 2005 a 2013 no hubo movimientos huelguísticos debido a la subordinación del Spauaz a la Rectoría aunque había los mismos motivos que ocasionaron las huelgas de 2014 y 2015: falta de pago de la seguridad social, no apertura de cuentas individuales, salarios abultados de los funcionarios, frivolidad de los directores en el manejo de las cargas de trabajo. Y debemos notar que durante las huelgas de 2014 y 2015 apareció el espectro de la lucha por el poder, y no contra el poder, al mencionarse que el rector debía irse debido a que no tenía capacidad de gestión y su visión era chata. No por casualidad la suposición de que el rector mostraba alarmantes signos de ineptitud había sido frase de campaña del grupo que perdió las elecciones en 2012. Por supuesto la soterrada petición del Spauaz de que el rector renuncie no tiene bases jurídicas, ni se fundamenta en necesidades laborales, es una de esas proposiciones que rebasan el ámbito desde el que se enuncian y que delatan la utilización del sindicato con fines de grupo y no de gremio. Francisco Solano López murió un primero de marzo de 1870, iba al mando de un ejército de 200 hombres macilentos, armados con sable y lanza. ■
