El presupuesto para este año es inercial respecto al ciclo pasado, de 1650 millones que se ejercieron en el 2016, a 1750 millones que se piensan ejercer para el 2017. Sin contar los diferentes rubros del déficit en el terreno laboral, que pasan de los mil millones de pesos. Pero con la propuesta de Peña de llevar recortes en un 12 % del presupuesto educativo, la situación se pone muy complicada. Desde la Anuies hay algo de organización para resistir la pretensión de recortar, pero no sabemos qué puedan lograr. A los legisladores zacatecanos no les vemos mucho interés de meter las manos con determinación a favor de la UAZ. Así, que la gestión será o deberá ser directamente con las comisiones de Educación (que implica a la subsecretaria de Educación Superior) y Hacienda de san Lázaro. Para eso se necesita llevar proyectos y argumentos que hagan fuerte la negociación, además de conseguir la voluntad de los presidentes de ambas comisiones. No conocemos la propuesta con la cual el rector irá a negociar con las autoridades educativas y hacendarias para conseguir los recursos adicionales o, mínimo, que no afecten los recortes ya anunciados a la Universidad. En el Consejo Universitario aprobaron el presupuesto para el ciclo siguiente, pero no se discutió algún documento de estrategia general para la gestión financiera.
Tenemos hipótesis sobre lo que puede plantear, por algunas medidas que se han visto en ejercicio. Uno es mostrar que hay una política de austeridad, lo cual significa apretarse el cinturón en las posibilidades de crecer y en el manejo operativo de la institución. Esto último, puede dar muestras de voluntad de actuar, pero no resolverá el problema. Disminuir los ingresos de funcionarios y personal de confianza consigue autoridad moral para pedir, pero ahorra un máximo del 2% del presupuesto. Así que no es la solución de fondo. La única solución de fondo es conseguir el aumento del subsidio federal y estatal en un 70%. Sin embargo, eso no va a ocurrir en el corto plazo. El otro argumento que pueden usar es el contraste entre el crecimiento de la matricula respecto al exiguo aumento de los subsidios: en la década de 2005 al 2015 la UAZ subió su matrícula en 10 mil estudiantes más. Además de que el costo por alumno la convierte en una de las universidades estatales más baratas del país: anda en 53 mil pesos por alumno; mientras universidades como Tamaulipas (con un número parecido a la UAZ) cuesta 90 mil por alumno. Ni a la media llegamos, estamos a 107 millones de pesos anuales por debajo de la media nacional del costo por estudiante universitario.
Sin embargo, parecen argumentos bastante convencionales, que podríamos caracterizar de ‘razones inerciales’ para gestionar presupuestos. La situación necesita de innovación en las estrategias y, tal vez, llegar a la audacia. La clave está en la uso del conocimiento para el desarrollo de la entidad, que se logra con una política sinérgica de vinculación. Es decir, no es lo mismo ‘pedir’ que ‘negociar’. Si no hay un proyecto atrevido e innovador, las únicas posibilidades de ‘negociación’ (donde la UAZ da algo a cambio) es ofrecer la disminución del costo de la nómina y de los contratos; lo cual traerá como consecuencia quitarle capacidades institucionales a la universidad. En otras palabras, ante la política de recortes del gobierno federal, la UAZ propone un programa de recortes internos, en algunos de sus aspectos. Ya se cortaron derechos contractuales, con los cuales la institución logró ahorros por más de 30 mil millones de pesos (según los estudios actuariales); se trató de la modificación para los académicos que ingresaron después de agosto de 1991, los cuales se jubilarán sólo con los ingresos del ISSSTE, el cambio de la edad laboral de 25 a 30 años, y el aumento de la cotización al monto de seguridad social al 2013. Sin embargo, parece que es insuficiente, y querrán bajar aún más los costos del Contrato Colectivo, como las primas de antigüedad y los costos de la seguridad social de todos los trabajadores universitarios. El tema de las jubilaciones es estratégico, al 2017 habrá un acumulado de 1,568 jubilados.
Si los salarios y prestaciones de los académicos universitarios zacatecanos son de los más bajos de toda América Latina, con las proyecciones que anuncian algunos estudios actuariales, serán aún menores. Con las 1,290 plazas de tiempo completo autorizadas (en modelo SEP) se pagan más de 1 600, lo cual significa que las plazas de la UAZ son mucho más baratas que las plazas SEP. Además de que con esas diferencias también se pagan las 27 mil horas-clase que la UAZ tiene en déficit.
El déficit de la Universidad seguirá creciendo. Ahora mismo el total de pasivos de la UAZ es de 1,800 millones de pesos, y no se ve cómo eso pueda pagarse con la actual política educativa del gobierno federal. Por ello, es tiempo de ir más allá de las ‘razones inerciales’ para conseguir aumento presupuestal consolidado. Ojalá los universitarios nos pongamos a elaborar estrategias con rasgos innovadores, pero lo cual pasa por que las autoridades tomen en cuenta al conjunto de universitarios para delinear las decisiones, y no sólo imponga las disposiciones tomadas. Y también pasa por que el sindicato haga lo propio, que realmente se preocupe por el nivel de vida de los profesores y salir de la actual modorra en la que está sumido. La mayoría de las carteras del comité ejecutivo parecen zonas de beca por tres años. Es tiempo de acción. ■
