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domingo, 19 mayo, 2024
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“¿Dónde están? ¿Qué les pasó?”

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Por: RENÉ LARA RAMOS • admin-zenda • Admin •

Día pletórico, pleno por lo singular y lo diverso, 2 de octubre, luto nacional, a recordar, no a recrear, siempre y cada año, sin perdón para los estrategas, ni los asesinos. Fecha de un largo martirologio de mexicanos, quienes, de cuando en cuando, mueren masacrados como multitud, varios o solos, por motivos políticos. Política que debiera ser practicada para enfrentar y resolver a diario problemas precisamente políticos, sociales, económicos y culturales, sin necesidad de golpear, herir a masacrar o privar de la libertad o vida a mexicanos, cualquiera sea su condición, por motivos políticos. Nuestra diversidad política – nacional se debería expresar, procesar, vivir y promover, toda, con institucionalidad y respeto a la humanidad de las personas. Aunque eso conlleve la atención debida y adecuada a sus problemas, con la oportunidad requerida para que la institucionalidad política local y nacional no sufra, ni se deteriore o desgasten las personas por ello.

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No fue la mejor decisión política ordenar la matanza del 2 de octubre del 68, perpetrada en Tlaltelolco, por militares; ni la de San Cosme, el 10 de junio de 1971, por los Halcones, ¿“paramilitares” encubiertos de “civil”? En general, ¿por qué no preferir mejor convocar a procesar los problemas, las aspiraciones o diferencias políticas, mediante la dilucidación cívica, el diálogo y la elaboración de acuerdos a cumplir, junto con los implicados, de modo sistemático?  ¿Por qué no intentarlo o hacerlo? Aunque la ruta democrática sea más compleja y difícil, por su carácter convocante y concurrente es preferible o debería serlo para procesar social o colectivamente las diferencias y estar en condiciones, cívicas y políticas, hasta de ponerse por encima de ellas, antes que matar, torturar, encarcelar, etc.

Como sea, después de aquél mágico mitin dominical, en el cual, mexicanos y defeños acompañaron a AMLO, con un ejemplar comportamiento político, el empeño pro democrático de los mexicanos brotó de nuevo en domingo, en forma masiva, y se concretó al irrumpir, concurrir como multitud al Zócalo, con motivo del concierto ofrecido por Pink Floyd. La revelación, demostración del carácter político de semejante concentración cultural, social – popular, fueron los gritos de ¡Fuera, Peña!” y “¡Renuncia ya!”. ¿Qué hizo el “Pink”, además de tocar con fuerza y consistencia, artística, musical y política, como debía ser, en ese magno escenario? Sencillo, hasta sin quererlo, asumió la voz con una justa advertencia, intuición o interpretación, síntesis, conclusión y mensaje político, con presente y  futuro: “México está listo para un nuevo comienzo”, remató el bajista de 73 años.

Con esos años de “rock” encima, su lucidez y sensibilidad, se involucraron con los temas actuales-históricos-irresueltos de los mexicanos, no sólo por desidia de la autoridad, sino también por la negativa ESTATAL para (incluso, convocar a) resolverlos, pues eso descansa en motivos políticos, luego nada prodemocráticos, sino más bien, hasta autoritarios: sujetos obedientes a esos motivos, hasta por necesidad, al “modelito” neoliberal que hace agua por todos lados. Al grado, por ejemplo, de haber visto, cómo huyó del barco oficial (NON) VIDEgaray a EUA y dejó embarcado a Peña Nieto, con consecuencias y perspectivas, cuya gravedad política, económica y cultural, inicia a manifestarse en la confección (selectiva) y (la escasa) magnitud de los presupuestos nacionales y estatales para el año entrante, ya pasados a tijeras, aunque se trate de mostrar, a esa racionalidad restrictiva, como la base (?) para mejorar, y la oficialidad sepa perfectamente bien que eso no tiene remedio, ni potencia para la mejora y ni siquiera podrá impedir el deterioro, al final de la cadena, del nivel de vida de la gran mayoría de mexicanos: de la gente, pues oficialmente los recortes lo impulsan  a caer, sin haber a la mano, compensación posible, ¿sólo ideología? ¡Ding, dong, dang! ¡Jo, Jo, Jo, Jo!

La empatía del PINK con la multitud fue clara, directa, grupo europeo culto, con integrantes intelectual y culturalmente activos, inquietos, desde hace años son un grupo con historia y trayectoria consistentes: por el medio ambiente, la EDUCACIÓN, la vida y sus accidentes que intentan negarla. De pronto, Waters, ¿increpó?: “¿Dónde están? ¿Qué les pasó?” No era pregunta al aire, ni sólo Ayotzinapa, sino una referencia significativa más abierta que un año sin respuestas y a la que, por extensión, en México, cabría agregar – incluir a los miles de desaparecidos, víctimas del autoritarismo y la vieja diaria guerra contra el narcotráfico, iniciada durante el mandato de Felipe Calderón, en 2006. Recordadlo: El Presidente, ¡¡je, je, trepado en un vehículo militar y con un kepí, a medio cráneo!! ¡Vaya espectáculos polares: uno ridículo, el de Calderón y otro, el de Pink Floyd,  con potencia humana, culta, artística, política y militar, por ser militante de causas justas, cada álbum y rola vale! ¡Je, je, ojalá pronto salga y llegue el disco! ■

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