Entrega Rectoría a Consejo Universitario principios que regirán reforma institucional

Ante la crisis financiera que enfrenta la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), la Rectoría presentó al Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de la institución, los principios que regirán la reforma “Por el rescate, fortalecimiento y proyección de la Universidad pública”.
Estos principios son Autonomía responsable, plural y crítica, Universidad como agente de desarrollo y transformación social, Pensamiento crítico, creativo y propositivo, Universidad pública como espacio común y libertario, Gobierno universitario democrático y participativo, Gratuidad, inclusión y acceso universal a la educación universitaria, Pedagogía crítica para la formación integral, creativa y emancipadora, Debate académico y político de grandes problemas nacionales, regionales y locales y sus alternativas, Honestidad, eficiencia y transparencia administrativa y rendición de cuentas a la sociedad, e Internacionalización de la educación.
El objetivo general de la reforma es “iniciar un proceso colectivo e incluyente de fortalecimiento y transformación académica en la UAZ, basado en un conjunto de principios que dignifiquen y proyecten a la universidad pública, a través del cultivo de la ciencia, el avance tecnológico y el fomento a la cultura, como un derecho fundamental para la promoción del desarrollo humano, la democracia, el bien común y la justicia social para las presentes y futuras generaciones de zacatecanos y mexicanos”.
La justificación de la reforma reside en que, a pesar de su larga historia, sus importantes contribuciones al desarrollo de la entidad y sus innegables avances académicos, “la UAZ se encuentra sumergida en una profunda crisis financiera que ha llegado al extremo de impedir con regularidad el pago de nómina y prestaciones ligadas al salario, lo que compromete seriamente su viabilidad y futuro como universidad pública”.
La crisis financiera por la que atraviesa la UAZ, al igual que otras universidades públicas del país, es de naturaleza esencialmente estructural derivada de una política de mercantilización y privatización de la educación superior que hace necesario exigir al gobierno federal y estatal un presupuesto digno y justo que contribuya a saldar la enorme deuda social que el Estado mexicano tiene en materia educativa y particularmente en el ámbito de la universidad pública.
Según se expuso, resulta apremiante que desde la UAZ y en alianza con el conjunto de universidades públicas del país, “emprendamos un proceso de profunda reestructuración académica que nos permita cumplir el compromiso que, como instituciones al servicio de la sociedad, tenemos con el desarrollo y la transformación que requiere el país y la entidad para hacer frente a la profunda crisis económica, política, social y cultural en la que nos encontramos inmersos”.
Uno de los principios que destaca es el de Universidad como agente de desarrollo y transformación social, en el que se plantea que la vocación de la universidad pública ante los graves problemas económicos, políticos, sociales, ambientales, demográficos y culturales por los que atraviesa la sociedad en su conjunto, consiste en analizarlos críticamente para proponer alternativas de solución en beneficio de la mayoría de la población.
“En tal sentido, la universidad pública tiene entre sus cometidos generar la capacidad científica, tecnológica y cultural para formular proyectos de desarrollo y transformación social a nivel local, regional y nacional orientados a la satisfacción de las necesidades sociales y en armonía con la naturaleza”.
Respecto al principio de Pensamiento crítico, creativo y propositivo, el documento señala la necesidad de pensar, organizar, innovar y promover un nuevo tipo de educación, con gran flexibilidad y adaptabilidad desde la sociedad a la que se aspira, pero con referencia directa a los problemas que hay que enfrentar tanto cotidiana como estratégicamente. No se trata de impulsar un tipo degradado de razón instrumental, abyecta ante los poderes fácticos, burocratizados y carentes de perspectiva, sino todo lo contrario: un pensamiento libre.
Se refiere también a una Pedagogía crítica para la formación integral, creativa y emancipadora, en la que la libertad de cátedra y la democratización del proceso educativo permita el establecimiento de sistemas de enseñanza-aprendizaje y difusión inter, trans y multidisciplinarios que articulen ciencia, tecnología y sociedad en proyectos temporales y permanentes, con objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Por último, plantea un Debate académico y político de grandes problemas nacionales, regionales y locales y sus alternativas, tales como la deuda social, la inequidad, la desigualdad, la pobreza, la marginalidad, la violencia, la ingobernabilidad, la corrupción, la impunidad, el deterioro ambiental, la frustración y desesperanza de millones de personas.