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domingo, 19 mayo, 2024
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Los mismos perros con distinto collar

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Por: FERNANDO SANTACRUZ MORENO •

  • Punto & Aparte

Días sin sol, visita de reyes, campesinos desesperados, si porque llueve, si porque no llueve, ahora llueve, son días y semanas continuos de constantes chubascos que causan daño a frágiles viviendas, tierras sin cultivar, ganaderos felices con agostaderos rebosantes, una entidad la nuestra de constantes contrastes. Reclamos acallados y a punto de respuestas, tal vez buenas, no es posible adelantarnos a negociaciones, pero son estos, días de presión y desesperación que no se acaban.

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La Feria Nacional de Zacatecas ya está cerca, cerca está también el penúltimo informe de gobierno y lo que había que destapar, destapado está, desde febrero, así que esa carrera dispareja por llegar a la meta, agarró fuerza (no tanta), en estas últimas dos semanas, cuando unos, que hace unos años hicieron lo mismo, se organizaron para repetir “la hazaña”, aunque en esta ocasión, involucraron a personajes considerados priistas. Alejandro Tello apechugó y sale a querer dar la pelea, contra el que se le pare en frente, porque trata de decirle a juan pueblo que “él es como la carne seca y en cualquier gancho se atora”.

Triste panorama para México, para Zacatecas con una minería gravemente afectada por los bajos precios de los metales, por los numerosos impuestos y una industria sin chimeneas que aunque le pongan moños o trenzas, no acaba de prender como debiera. El Centro Histórico siente los embates de la madre naturaleza. Las constantes lluvias encueran obras de drenaje mal hechas, carentes de supervisión al momento de su ejecución, baches aquí, baches allá, por todos lados; es difícil el tránsito para los vehículos, más lo es para los transeúntes, sobre todo por el deprimente servicio del transporte urbano que ni respeta zonas para bajar o subir pasaje, ese monstruo que no deja ver la cara de la bizarra capital y sus colonias aledañas, plasmadas éstas de banquetas ausentes de cunetas, al igual que los tramos carreteros que provocan accidentes que causan pérdidas considerables.

Aunque el agua ha estado constante y sin discusión ha sido buena, porque se recargan los mantos acuíferos, se llenan “los tanques y presas” y las actividades pesqueras podrían crecer y generar ingresos, pero lamentablemente las hectáreas que normalmente se preparan para la siembra cada año, un número elevado de las mismas está a la espera. Mucha humedad no permite el desarrollo normal del tractor, del arado, de las yuntas, los que todavía las utilizan. Este año, difícilmente los que hablan de cosechas abundantes o regulares, no podrán hacerlo porque el ciclo agrícola se ha movido, ya terminó el mes de junio, con todo y sus votaciones;  inicia julio con sus períodos vacacionales y ya pronto iniciarán las acciones para la elección de la nueva reina de la feria nacional, luego, ya los funcionarios de primer nivel preparan sus “informes” para la integración del documento (extenso) que almacenará los hechos de estos últimos doce meses y que deberá de darse a conocer sin cortapisas a la soberanía popular.

Que la educación, que las reformas y la visita de don Felipe y doña Letizia han sido de lo más destacado en esta semana, sería aceptable aprobarlo, aunque no del todo, mejor sería dar seguimiento al trabajo que aún no desarrolla en su máximo esplendor la procuraduría, porque siguen los temores y las inseguridades en un territorio que sigue siendo regado con sangre, tanto en la cabecera como en sus comunidades.

Los alucinados siguen así, alucinados y creen que con la sonrisa y no con la eficiencia, podrán alcanzar sus pretensiones. Una gubernatura, 58 presidencias municipales y las 30 diputaciones locales, requerirán esta vez de una “reingeniería” electoral, pero del pueblo, para que a quienes elijan los vean bien y no les vayan a dar gato por liebre. Los tiempos que vienen son nada halagadores y si Juan Pueblo se descuida una vez más, Juan Pueblo seguirá una vez más chiflando en la loma.

Estas lluvias, esperemos, sin ser un tanto pesimistas, pueden traer buenas cosechas (en el campo), los agostaderos, ya lo decíamos, servirán para que el ganado de Zacatecas sea mucho mejor en calidad, cantidad y precio y los mineros pequeños y medianos, que sigan así, a la espera de mejores precios y a la lejana posibilidad de que se les castigue lo menos posible con tantos impuestos porque no hay el respaldo financiero para dar continuidad a los trabajos de exploración y desarrollo. El que tiene una mina, necesita y quienes lo dicen lo señalan con certeza, de otra mina para poder subsistir.

Aquella comisión de fomento minero se convirtió ya en una institución prestamista, opera más como banca que como institución de fomento a la minería, actividad generadora de múltiples empleos. Todo puede suceder, las cosechas podrían ser buenas, el ganado, de lo mejor, las elecciones, si el Instituto Nacional Electoral no se convierte otra vez en pasalón, podrían marcar el parteaguas que se necesita, el cambio de rumbo para no seguir los zacatecanos siendo parte de una entidad que, no alcanza a crecer en lo económico, en lo turístico e industrial, mucho menos en la modernización del campo, porque aunque haya miles de tractores, no es visible aún la llegada de proyectos generadores de la agroindustrialización tan cacaraqueada, el valor agregado a los productos del campo no se ve, se ve más el aumento a los insumos como los derivados del petróleo, o las llantas y deudas imposibles de pagar ante la voracidad del agiotismo y la indiferencia de los gobiernos.

Hasta aquí mi comentario…nos leeremos en la próxima entrega. ■

 

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