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viernes, 26 abril, 2024
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Marriage story, de Noah Baumbach

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 413 / Cine

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Pocas películas en la actualidad logran diseccionar el colapso de un matrimonio como lo hace Marriage story (2019) el magistral filme de Noah Baumbach, donde el divorcio es descrito como “una muerte sin cuerpo”, una experiencia devastadora donde sólo hay enojo, frustraciones y negación. El cineasta captura la dolorosa naturaleza del divorcio enfocándose en la relación y posterior separación entre dos personas que se aman profundamente, pero que desde su vulnerabilidad se esfuerzan para dirigirse las palabras más crueles posibles, como un retrato humano y compasivo sobre las diferentes versiones, buenas y malas, en las que nos podemos convertir en ese tipo de situaciones de enorme aflicción.

La cinta abre de lleno con cada uno de sus protagonistas leyendo una carta que ambos escribieron, y en la cual describen las virtudes del otro. Así pues, nos enteramos de que Nicole (Scarlett Johansson) es una persona que le presta demasiada atención a los extraños, que disfruta jugar con su hijo Henry, que es una excelente actriz teatral y que le cuesta trabajo cerrar el cajón de una alacena. Por otra parte, Charlie (Adam Driver) es un talentoso director de teatro, que se alimenta con rapidez como si otra persona le fuera a robar su comida, que es organizado, pulcro y muy competitivo. Estos pequeños elementos pueden parecer de poca importancia, pero revelan la profundidad y el enorme cuidado al detalle en el guion de Baumbach. En lugar de sólo narrar los conflictos y el drama del divorcio, el director estructura el principio de la relación a la par de su ruptura para demostrar que las convenciones sobre el amor están basadas en verdades individuales. De tal modo, la experiencia entre ambos personajes al final de su relación se vuelve un proceso de autodescubrimiento, donde los dos revalorizan lo construido, tanto en pareja como en lo personal.

Sin victimizar ni condenar a ninguna de las dos partes, Baumbach explora la verdad universal de que no existe un lado bueno en el proceso de un divorcio, únicamente hay daños colaterales. Este balance funciona en enorme medida gracias a las estupendas interpretaciones de Johansson y Driver, que reflejan el conflicto doméstico entre ambos de manera emotiva, compleja y que evocan la intensidad de personajes escritos por Ingmar Bergman. En pleno estado de gracia cada uno de los intérpretes otorga las que se podrían considerar como las mejores actuaciones de su carrera; en medio de ellas, hay un monólogo lleno de honestidad dado por Nicole sobre las expectativas y decepciones de su matrimonio cuando se reúne por primera vez con su abogada Nora (Laura Dern). En contraparte y en el acto final de la historia, hay una desgarradora secuencia en la cual Charlie, con suma resignación y dolor, interpreta en un bar el tema “Being alive”, de Stephen Sondheim. Pero la secuencia que destaca por encima de todas es la pelea entre estos dos personajes donde, encerrados en una habitación, cada uno argumenta respecto a lo que siempre ha odiado del otro, y que cambia la relación entre ambos para siempre.

Como resultado Marriage story es una película brutalmente honesta, realista, llena de verdades incómodas y caótica como la vida misma, donde hay odio y resentimiento, pero también hay perdón y aceptación, tanto individual como hacia la otra parte. Una historia del final de un matrimonio, donde el amor, ante todo, prevalece. Un filme pequeño repleto de matices universales, sobre aceptar nuestra condición humana, la complejidad de las relaciones y donde poder decir adiós también es crecer.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_413

 

 

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