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viernes, 26 abril, 2024
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Ai Weiwei: La poesía es la piedra angular de la humanidad*

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Por: Javier Aranda Luna •

La Gualdra 390 / Entrevistas / Arte

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Javier Aranda Luna: A veces parece que es un provocador a la manera de Duchamp o de Andy Warhol. ¿Así es?

Ai Weiwei: No soy una especie de provocador, soy un provocador y.… creo que estamos en un mundo muy problemático ahora.

 

JAL: ¿Por eso es un activista?

AW: Creo que yo nací como un activista, la vida misma y cualquiera que esté al tanto de lo que es la vida debería ser un activista.

 

JAL: Su propuesta estética ¿no pierde por su activismo?

AW: Sí… si gano algo siempre pierdo algo y eso es muy normal, cuando cualquiera crea algo… puedes perder mucho…

 

JAL: Recuperar la memoria ¿para qué sirve?

AW: La memoria es la manera en que nos reconocemos a nosotros mismos, para entender de dónde venimos a qué tipo de valores respondemos y qué podemos compartir con otras personas. Sin memoria los humanos se vuelven locos, dementes, se vuelven autodestructivos porque simplemente no tendríamos racionalidad. Nuestra racionalidad está construida en nuestra memoria.

 

JAL: ¿No cree que las grandes corporaciones deciden cuál debe ser nuestra memoria, nuestra idea de libertad?

AW: Creo que los gobiernos, muchos de los gobiernos y las estructuras de poder, y las grandes corporaciones actuales están tratando de borrar nuestra memoria a propósito, es por eso que hay tantos secretos, algunas condiciones indescriptibles. Al hacer eso obtienen ventaja sobre las personas comunes e individuos, obtienen ventaja en la concurrida competencia.

Nuestra memoria está siempre en riesgo. Pero la memoria debe de ser construida por el individuo, por la familia cuyo hijo nunca vuelve, por quien te puede decir cómo era cuando el hijo estaba con él en el campo, y la mamá puede decirte que su hijo prometió convertirse en un maestro. Es el deseo de la gente humilde que vive en una pobreza inconcebible, convertirse en un profesor, convertirse en alguien respetable, no sólo un campesino.

Entonces, si no tenemos esa memoria nunca entenderemos al ser humano… y si no respetamos esa memoria entonces el desarrollo no significa nada porque no beneficia a la humanidad.

 

JAL: ¿La memoria no se la dejamos a empresas como Google o como Facebook? ¿Qué podemos recordar, ellos lo deciden?

AW: Creo que las grandes corporaciones están buscando ganancias, que es lo más importante para ellas y porque así es como las grandes corporaciones existen. Pero también pueden ser peligrosas porque tienen tan íntima relación con los individuos que ponen a las personas en una posición muy vulnerable; es por eso que tenemos que regular las políticas gubernamentales para proteger la memoria, proteger la privacidad… nuestros propios secretos, nuestros sentimientos.

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JAL: Hay tantos crímenes como en la migración, los refugiados o los estudiantes de Ayotzinapa. ¿Qué hace el artista para recuperar su memoria?

AW: Aquellas personas desafortunadas en casa, que tienen que salir de su país tratando de ser aceptadas… es también la condición típica de los artistas, tenemos que dejar nuestra patria espiritual para buscar un nuevo lugar e impulsarnos a encontrar el sentido de la vida. Un verdadero artista es exactamente como un refugiado. Pronunciarse, comunicarse y hacer entender a la gente que los refugiados o personas desafortunadas son parte de nosotros… creo que eso es todo lo que podemos hacer.

 

JAL: ¿Hemos perdido el sentido de humanidad?

AW: La humanidad es quizá todo lo que tenemos. Sabes, la riqueza, la pobreza o lo que sea, todo está relacionado a nuestra humanidad y en el fondo de nuestro corazón somos humanos, somos diferentes y sabemos lo que nos importa, como pensar en el futuro, como tener compasión sobre otras personas. Ésas son cualidades muy valiosas de la sociedad humana, entonces no podemos permitirnos dejar que la humanidad se destruya; ésa es la última línea, defender a la humanidad.

 

JAL: Su papá fue un poeta y fue un poeta que estuvo fuera de lugar en China. ¿Usted se siente fuera de lugar también?

AW: Yo diría que el poeta… Sí, mi padre fue un poeta y sufrió a largo de su vida por ser un poeta. Yo no soy un poeta, soy un artista, pero también he sido expulsado de mi nación, soy un exiliado, entonces podemos ver que el espíritu de la poesía y el arte estarán siempre vivos mientras seamos seres humanos, una sociedad humana. La forma puede cambiar, como la poesía escrita quizá en Twitter o Facebook por alguien que nunca supo que él o ella era un poeta, pero la calidad espiritual es poesía.

 

JAL: ¿Cree que la poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre?

AW: Creo que la poesía es la piedra angular de la humanidad, incluso puedes ser analfabeta, nunca haber recibido educación y aún así tener el corazón de un poeta.

 

JAL: En un mundo tan globalizado ¿hemos perdido esa capacidad de asombro?

AW: En nuestro desarrollo científico y también en la globalización, nuestra alma, nuestro corazón se convierten en un refugiado, no hay suficiente tiempo para que pensemos en quiénes somos y en aquello que realmente importa para la vida humana. Todo está tomado por los conflictos diarios, por competencia innecesaria y los extraños estándares morales, y el lavado de cerebro por los medios masivos. Todo eso hace el razonamiento de las personas aún más difícil.

 

JAL: Cada vez hay más fronteras; económicas, financieras, geográficas. ¿Qué es una frontera y qué es un muro para usted?

AW: Creo que como artista o como ser humano siempre hago preguntas muy esenciales relacionadas a los derechos humanos, dignidad humana. En el sentido más amplio se trata de nuestra humanidad; libertad de expresión y desarrollo individual son siempre lo más importante para cualquier sociedad.

 

JAL: El arte es libre ¿qué tan libre es con estas fronteras?

AW: Normalmente se diría que el arte es libre, pero el arte no es libre si no se enfrenta a obstáculos. El arte es únicamente libre cuando puede liberar a un individuo o ser humano de todas esas dificultades. Sin dificultades el arte no está ahí y la libertad nunca está ahí.

 

JAL: ¿Qué les diría a los jóvenes mexicanos en este país tan contrastante y con tantos problemas?

AW: He estudiado las condiciones de los mexicanos ya que estoy realizando una película sobre la vida en México. La película saldrá dentro de unos meses, es una gran producción, entonces he visitado a muchas familias, hablado con los padres, en esos lugares al final del mundo donde ya no hay camino sobre el que puedas ir más allá. Esas personas ni siquiera hablan español, hablan una lengua indígena. Tenía que visitarlos y ver que son gente común que lo único que quiere es un futuro para sus hijos. No piden demasiado, tienen dignidad, están muy orgullosos de sí mismos, pero quieren un mejor futuro. Lo que amenaza su vida es la situación política, tenemos un sistema que no los protege, en muchas situaciones protege a los criminales y hace su vida un gran sufrimiento. Entonces necesitamos una sociedad que pueda reestructurar nuestro menospreciado sistema político democrático, para realmente confiar en las personas y esas personas tienen que generar políticas en favor de las personas.

 

JAL: ¿Cree que los artistas y los intelectuales han perdido contacto con la gente ordinaria?

AW: Creo que en general, no sé si en México, pero en general, los llamados intelectuales o personas de razonamiento liberal, están bastante desconectados de la realidad, en parte porque sus instituciones pueden cubrir todas sus necesidades, ya sabes, perteneces a la universidad, perteneces a las instituciones, pagan tu salario, garantizan tu bienestar, entonces ¿por qué tendrías que hablar por aquellas personas que no pueden ni siquiera costear su almuerzo? Es un problema global, y ese problema crea muchos otros problemas.

Primero, no tenemos un entendimiento claro de nuestra sociedad incluso si está podrida o corrompida, pero nadie puede señalarlo porque simplemente no hay intelectuales que quieran hacerlo, la sociedad no fomenta eso. Segundo, haría aún más extremas las condiciones de supervivencia de la sociedad, los pobres incrementan y empobrecen más, los ricos se vuelven más desarraigados e insensibles, entonces eso haría de la sociedad, una sociedad inestable.

JAL: ¿Cree que la educación y la cultura son indispensables para lograr algún cambio?

AW: Creo que para nuestra sociedad no hay muchas otras opciones. Los niños nacen y cada generación adquirirá sus ideas, necesitan ser informados sobre el tipo de mundo en el que vivimos. La educación es absolutamente necesaria. Pero la interrogante sobre la educación es, ¿de qué tipo de educación estamos hablando? La educación también, en muchos casos, en occidente, ha sido institucionalizada, sirve a propósitos de las ideologías dominantes. Así no funciona tan bien en realidad.

 

JAL: ¿Está leyendo actualmente a algún poeta?

AW: ¿Poesía? Leo poesía diariamente en Twitter, ahí la gente escribe en pocas palabras sus sentimientos privados, algunos pueden ser bastante políticos y otros muy personales, y son tan hermosos como cualquier poema.

 

JAL: Muchísimas gracias.

AW: Gracias a ti, fue una entrevista muy agradable.

 

 

*CDMX, abril 2019, previo a la apertura de su exposición Restablecer memorias.

 

 

 

 

Restablecer memorias

A pesar de la distancia geográfica, Ai Weiwei explora los traumas de las experiencias de China y México en un relato que apela a la obligación de construir la memoria social. Este proyecto une la inquietud que representa la destrucción del patrimonio cultural y nuestra relación con los ancestros; el trauma que significa el atentado contra el futuro, el cual supone la violencia contra los jóvenes.

Ai Weiwei (Beijing, 1957) exhibe en el MUAC su mayor readymade histórico-político: el Salón ancestral de la familia Wang (2015), un templo de madera de la dinastía Ming que registra la destrucción del patrimonio cultural chino bajo la violencia de la revolución, la pérdida de la sociedad rural tradicional y la comercialización de antigüedades. Esta ruina de cuatrocientos años de edad ejemplifica las complejas negociaciones entre lo nuevo y lo viejo; es también la obra que marcó el periodo de vigilancia constante que el artista sufrió en Beijing tras su detención en 2011, antes de exilarse en Europa.

            En 2016, Ai Weiwei visitó México y motivó el inicio de un nuevo proyecto acerca del trauma de la pérdida del futuro. A través de un filme documental y una serie de retratos fabricados con piezas Lego, el artista explora las consecuencias personales y sociales de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014. El proyecto apuesta por la construcción de la memoria como lazo invisible que nos liga con los ancestros y traza un deber hacia las generaciones que nos suceden.

 

Curador: Cuauhtémoc Medina (en colaboración con Virginia Roy)

Museo de Arte Contemporáneo (MUAC) / 13.04.2019 — 06.10.2019

https://muac.unam.mx/exposicion/ai-weiwei

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/390

 

 

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