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jueves, 25 abril, 2024
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Bastante precipitada, decisión de enviar al reciclaje acervo histórico: José Enciso

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Por: ALMA RÍOS •

■ “Si no se puede recuperar, habrá que ver quién tiene que asumir esa responsabilidad”

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■ Advierte que las autoridades académicas o administrativas de la UAZ debieron haber dispuesto “un consecuente y muy recomendable inventario”

■ Dice que no le queda claro si estos materiales le pertenecían o no a la UAZ; fueron reunidos por el maestro Cuauhtémoc Esparza

 

El historiador José Enciso Contreras consideró la decisión de enviar al reciclaje parte del acervo que por muchos años reunió, y en que fundamentó su labor el que fuera “el primer investigador profesional” en la Universidad Autónoma de Zacatecas, como “bastante precipitada”, y dijo que en caso de que no tenga marcha atrás, “si ya no se puede recuperar ese rico acervo que alguna vez custodió nuestro maestro Cuauhtémoc Esparza, pues habrá que ver quién tiene que asumir esa responsabilidad, que es muy grave”.

Las autoridades académicas o administrativas de la UAZ debieron haber dispuesto “un consecuente y muy recomendable inventario” de lo que había en la que fuera la sede del Instituto de Investigaciones Históricas de la Máxima Casa de Estudios en el estado, y durante ese proceso o después, convocar a expertos en la materia a involucrarse, agregó.

“Da la casualidad que una de las fortalezas de la Universidad es precisamente la Historia, es donde más ha destacado en sus posgrados. Yo no creo que nadie le hubiera dicho que no al Rector o al Secretario Administrativo”.

Nadie con esta formación o en proceso de obtenerla, se hubiera negado a participar en la organización y discriminación de ese acervo, procesos en los que también pudo haber participado el propio Archivo General de la Universidad, la Licenciatura y aun el Doctorado en Historia, observó.

“No hay justificación para desechar así, sin dictamen, sin análisis previo, tanta cantidad de papel; lo que un burócrata cerrado, de mente obtusa, ve como un montón de periódicos viejos, constituyen realmente un riquísimo patrimonio histórico no sólo para la Universidad sino para el estado de Zacatecas y probablemente para México”.

Enciso Contreras sostuvo que no se justifica “ese botadero indiscriminado de documentos, diciendo que había muchos o que eran viejos, o bien, que sobraban; en un archivo nunca sobra nada, a la mejor hay cosas repetidas, pero no sobran”.

Lamentó lo ocurrido con estos materiales resguardados en el local que “alguna vez sirvió de espacio donde trabajara el primer investigador profesional que tuvo la Universidad Autónoma de Zacatecas”.

En 1968, recordó, Cuauhtémoc Esparza Sánchez ingresó “a la joven UAZ”, que recién había dejado de ser Instituto de Ciencias, contratado para hacer “investigación de frontera sobre Zacatecas”.

“Y vino a ser digamos que, durante mucho tiempo, el único historiador profesional que hacía trabajos serios y meticulosos”.

De aquella época, los años 70, trajo a la memoria haber visitado al investigador en ese local. “Tuve la fortuna de saludarlo, de encontrarlo ahí rodeado de sus papeles a los que hoy estamos echando de menos: alteros de periódicos antiguos, expedientes apilados…”.

El espacio aunque relativamente amplio, “no creo que haya sido suficiente para el nivel documental que por esos años tenía el profesor allí guardados, y más todavía si tenemos en cuenta que era aficionado a coleccionar todo tipo de máquinas y artilugios antiguos”.

En ese lugar, el antiguo edificio de la calle de los Gallos, de la Prepa uno, Esparza Sánchez realizaba su trabajo cotidiano auxiliado por una secretaria que se le asignó, “cuando no había empezado la investigación en la UAZ; cuando no había ningún precedente, de tal manera que ese trabajo lo hizo sobre ese acervo que él fue juntando”.

José Enciso Contreras dijo que no le queda claro si estos materiales le pertenecían o no a la UAZ, pero con sustento en la nota publicada sobre el asunto en este medio y por la entrega que hizo de ellos formalmente la hija del historiador y por algún tiempo encargada del espacio, Margarita Esparza Acevedo al momento de su jubilación, “asumimos que eran propiedad de la Universidad, porque nadie entrega lo que es suyo, por lo menos por inventario, lo que es propio, no. De tal manera que estuvo más o menos conservado”.

Refirió que la propia Margarita Esparza le comentó en algún momento que dedicaría parte de su carga de trabajo a la organización de este acervo, “no sé si haya contado con apoyo o espacio suficiente”.

No obstante observó que las autoridades académicas y administrativas debieron haber hecho al momento de su retiro, un “consecuente y muy recomendable inventario de lo que había en ese espacio”, y después o aun durante este proceso de organización, convocar a los expertos de la Universidad a que se involucraran.

Incluso dijo, si tenían alguna duda, pudieron haber consultado “al archivero de la UAZ o a la titular del Sistema Estatal de Archivos”.

“Pero se me hizo un asunto terrible para un universitario. Un universitario mínimo con preparatoria, ya no se diga con licenciatura, debe ya tener una idea de lo valioso que es el patrimonio del estado de Zacatecas, que no solo son piedras o procesiones de encapuchados, sino que también y sobre todo, la impronta documental que van dejando nuestros antepasados, sobre todo si son universitarios”.

“Esa es mi opinión sobre el asunto, y no dejo de lamentarme. Creo yo que en esto coincidirán mis colegas en la Universidad y fuera de ella”.

Agregó sobre el tema del conocimiento, y por tanto apego a protocolos legales al respecto del tratamiento y criterios para el manejo de este tipo de materiales, que si hubiera falta de claridad al respecto, “entonces no hay más que recurrir al protocolo del sentido común, que como universitarios consiste en que nuestros expertos opinen”.

“Claro que hay criterios a nivel federal que por analogía pueden aplicarse al caso de estos documentos, criterios de descarte; se puede ir desechando lo que el archivo efectivamente no necesita y estorba para su gestión (…) pero si no se quiere llegar a tanto, ¡caray, pues los profesores de la licenciatura en Historia, y ya si no es posible eso, pues tenemos el Doctorado en Historia, que ni siquiera supo de qué se trataba!”.

Dijo que con esta decisión sobre el asunto se privó no solo al público en general, a los ciudadanos de Zacatecas, sino a los estudiantes “que están formándose en la materia, de conocer un mundo documental poco explorado como el del que estamos hablando”.

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