■ Debe haber una modificación en la composición de la inversión
Entre otros datos, la Encuesta Nacional sobre Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México (Enpecyt) 2017 del Inegi, muestra que 75% de la población de 18 años o más radicada en zonas urbanas, tiene algún interés por los nuevos inventos, descubrimientos o desarrollo tecnológico, y que 92% está de acuerdo o muy de acuerdo en que es necesaria una mayor inversión gubernamental para impulsar la investigación científica en el país.
Con estos datos y ante el próximo relevo en la Presidencia de la República que implica siempre un replanteamiento de las políticas públicas, el director general del Consejo Zacatecano de Ciencia Tecnología e Innovación (Cozcyt), Agustín Enciso Muñoz expresó que “la ciencia nos invade y la población lo percibe”, por lo que el mensaje que ofrece esta información a quienes asumirán el gobierno es que “este país necesita de manera urgente una mayor inversión en Ciencia y Tecnología”.
Como los elementos más importantes que deberían incluirse en “la nueva era que tendremos para México”, mencionó tres sin los cuales sostuvo, fracasan los gobiernos: políticas públicas inclusivas que integren los intereses de toda la sociedad, esto es que no sean sólo dirigidas a respaldar al sector pudiente o al desprotegido, una economía inclusiva que suprima los monopolios que impidan u obstaculicen el emprendimiento de todo aquel que desee hacerlo, y un tercero que deriva de éstos, “un espíritu innovador, tecnológico muy importante” que permita al país estar a la altura de los retos que marca el mundo en una coyuntura de desarrollo científico y tecnológico, que calificó de “exponencial”.
“Sin esas características no sólo nosotros, muchos países han fracasado, por más interés que pueda tener un gobernante (…) lo hemos visto, cuando se cierra un país a estos aspectos no tiene más que políticas extractivas (…) porque genera grupos de poder y económicos que extraen recursos y una población que se sigue alejando de la esperanza de un bienestar”.
Observó que además del incremento en la inversión en Ciencia y Tecnología, ésta debe ser sostenida, pues lo que se ha verificado en los años recientes es un comportamiento oscilatorio del “apoyo” en la materia, que se eleva al principio de manera muy significativa como ocurrió en el actual, “pero después vimos una caída muy importante” en su segunda mitad, lo que trajo consigo “descalabros a los proyectos de largo aliento como es el desarrollo tecnológico y la formación de capital humano”.
Recordó que todos los candidatos se pronunciaron en el tercer y último debate por alcanzar el 1% del PIB en inversión a Ciencia y Tecnología, expresión que atiende al hecho de que la gente efectivamente percibe el tema como algo importante, “sin embargo esto también se dijo hace seis años y no fue posible por distintas circunstancias”.
En su opinión también debe haber una modificación en la composición de la inversión. Como ejemplo acudió al caso de Corea del Sur donde se destina cerca del 4% del PIB, 80 por ciento de cuyos recursos provienen de la Iniciativa Privada y apenas el 20% del erario.
“No es del gobierno, es una inversión que hace la empresa privada”, como también ocurre usualmente en los países europeos, observó.
En una proporción inversa, en México 80 por ciento de los recursos provienen del erario y apenas 20 por ciento dinero de la IP, que confluyen en una inversión total que apenas ha alcanzado entre 0.50 y 0.55 por ciento del PIB en los últimos años.
A colación, también surgió el ejemplo de China quien a diferencia de nuestro país, una nación dependiente de la tecnología extranjera, ha implementado una política de transferencia de este tipo de conocimientos.
Comentó que “el asunto de las patentes ha sido una política para no permitir a ciertas regiones en cierta medida acceder a esta información”.
“¿Qué han hechos los chinos? Hace unas décadas lo que vendían no era de muy buena calidad porque ellos se dedican a copiar, pero ahora tienen una cultura que copia, mejora e innova. Entonces les ha dado un buen resultado, yo creo que este país también tiene que tratar de ir en ese camino”.
El director general del Cozcyt también vinculó el tema de una mayor inversión en ciencia, tecnología e innovación por parte de la IP, con la necesidad de agregar valor a los productos en México y de dejar de vender sus materias primas a precios bajos justo por su falta de transformación.
