La elección va

Pues, sí. La Semana Santa ha sido la de la Pasión y la de inquietud, por el tironeo y sufrimiento tenso para algunos, cuya consistencia ponen a prueba con la mira puesta nada menos que en la obra super millonaria obra para la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, por la tensión existente en una sucesión presidencial, cuyo protagonista principal es Andrés Manuel López Obrador, AMLO.
El asunto no es tanto la obra en sí misma, sino la coyuntura en que de alguna forma fue inscrita para dos cosas, la primera, la de los capitalistas cuyas fortunas deben ser de un tamaño considerable como para tener que acordar su participación entre ellos al fin de poder concluir dicha obra y tal vez lucrar de continuo con semejante obra por su magnitud.
¿A quién se le ocurrió, insisto, en emprender eso al final de sexenio y con unas elecciones federales en las cuales se renovarán los Poderes de la Unión y en muchos Estados? Por supuesto, habrá que echar la culpa a la prospectiva porque parece que no habrá de otra, sino que, como ha venido ocurriendo, se tendrán que sentar capitalistas y técnicos, nada menos que con Andrés Manuel López Obrador, para prever no se detenga dicha obra, no por las campañas electorales, ni por la elección, sino porque, hasta este momento, todo indica que siguen viento en popa las posibilidades de que Andrés Manuel López Obrador, hoy candidato del partido Morena, sea electo como el Presidente de todos los mexicanos.
De manera que todo lo relativo a la construcción del AICM, tiene que ser visto, no sólo por el candidato del PRI, sino sobre todo por AMLO, quien sigue como puntero, sin que hasta el momento ningún otro candidato le haga sombra. Y bueno, sobra decir, que también se cuenta con la expectativa de retener MOFRENA, la titularidad del Gobierno de la Ciudad de México.
No extraña pues que los medios de comunicación y los periodistas, den seguimiento estricto a las actividades de AMLO y que lo busquen e inviten para escucharlo o increparlo, como lo hizo Carlos Marín, de una manera más pedante que política a secas. Es decir, ¿por qué Carlos Marín no dejó a su hígado aparte y le exigió más a su cerebro e imaginación para interactuar con AMLO de manera sustanciosa para el público en general, más allá de sólo intentar acorralar a AMLO en Milenio, sin gran éxito para dicho diario.
En fin, lo anterior abre oportunidades a AMLO para volver el tema, hasta sin querer, un elemento más de su campaña y sin excesos. Por ejemplo, en una entrevista señaló,que sería “insensato” dar un carpetazo a la propuesta de revisar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), sin antes verificar los contratos firmados hasta ahora.
Quien conozca a AMLO sabe que será exhaustivo en la revisión y no la hará él sino que recurrirá, como es de esperarse, a especialistas en los dos grandes temas: uno, el propiamente científico –técnico de la construcción y otro, como es de esperarse, el de los dineros millonarios en ella invertidos.
No se trata de ninguna otra cosa, como embistió Marín, con más emoción, muy distinta a la densidad intelectual con la que se le conoce y se desenvuelve en Milenio.
Por lo visto, la obra continuará y será observada con lupa la culminación de su construcción para bien de todos los futuros viajeros, Por lo pronto, antes de la elección, eso habla bien de AMLO, quien, tranquilo sigue en campaña. ¿A qué hay que temer? A un eventual fraude.