Perro de ataque se desarrolla cuando se desata “la inventada” guerra contra el narco

Perro de ataque (Ediciones B México, 2017) es una novela que se desarrolla entre 2008 y 2012 cuando se desata “la inventada” Guerra contra el narco. Un momento en que el reportero de nota roja se convirtió “en una figura de poder” sin posibilidad de ejercerlo. Si bien ganaba primeras planas con información de primera mano no podía “exprimirla como quisiera” ante los intereses de los medios oficialistas o del crimen organizado, expuso su autor, Darío Zalapa.
Ya los primeros podrían tergiversar la información presionándolo; “no, no, no, si hubo 20 muertos tú vas a decir que hubo tres, y que fueron de ellos”.
Está también, dijo, el reportero “que se engancha, se cobija con el crimen organizado, si hubo 20 muertos tú vas a decir que hubo 30, y que 35 eran federales”.
La nota roja se convirtió en “una manzana de la discordia pero no porque te van a pagar más o porque te va a llegar más en tu cheque o te va a ir mejor en la secretaría de comunicación, no, sino porque te cortan los dedos o la lengua”, dijo el escritor michoacano nacido en 1990.
Perro de ataque habla también de Morelia, donde se registró en 2008 durante una celebración del 15 de septiembre el primer narco ataque terrorista que registra la historia del país, “el granadazo”.
Así el ejercicio ficcional “está calcado sobre su mapa”, pero que no se nombra porque puede ser ya cualquiera de las capitales de los estados de la República donde se impone una realidad que se ha ido “apropiando de nosotros”.
La novela es también el primer proyecto surgido del taller “Zacatecas, ciudad de lectores” que se desarrolló en la capital del estado el año 2016 coordinado por Poética AC que encabeza Juan José Romero, y que dirigió el escritor Martín Solares.
Ayer tuvo su segunda presentación en la entidad, esta vez en el contexto del 6 Encuentro Regional de Narrativa Centro Occidente Zacatecas “Acortes de Narrativa y Música” que se desarrolla del 21 al 24 de febrero en el Centro Cultural Ciudadela del Arte con comentarios de Erika Varela y Ezequiel Carlos Campos.
La trama de Perro de ataque arranca con el asesinato de un niño de 13 años “que quería asaltar un Oxxo y le toca la mala fortuna de estar frente a una persona obesa que había sido ‘buleada’ toda su vida y que se desquita con el morro al grado de asesinarlo a golpes”, expuso Zalapa.
Es asimismo una novela negra de estructura coral, que su autor no sabía que sería lo uno ni lo otro al principio de redactarla, y que por cierto, “tuvo mucho de su crecimiento aquí” en Zacatecas; involucra entre las voces, la de un reportero que resuelve crímenes mejor que la policía, pistoleros, una femme fatale, un agente ministerial que reprime su homosexualidad, una adolescente de 16 años hipersexualizada, y la gama de funciones que involucra el mundo de las redacciones periodísticas, donde campea el machismo.
“Me doy cuenta de que cada uno merece determinada atención durante distintos momentos de la novela y que es necesario prestar atención a su cotidianidad aunque no se involucren tanto en las tramas principales que son las de Roque y El Masacote”.
Mediante “este manojo” de personajes ficticios Darío Zalapa logró representar una ciudad y una época que “terminan explotando en la novela”.
Para escribirla también mencionó, porque “yo jamás he sido periodista, no he sido reportero”, entrevistó a quienes ejercieron el oficio en la fuente policíaca “entre los años que me interesaban, 2008-2012, con el chaparro borracho que teníamos como Presidente, enfermo de sangre, con Leonel Godoy como gobernador de Michoacán, escondiendo todo lo relativo a los atentados del 15 de septiembre”.
“Eso es lo que me interesaba, cuáles eran las condiciones laborales y de vida en sí de esos reporteros de los que de repente empezaron a ganarse no una ni dos, sino cinco o seis primeras planas a la semana con decapitados, desmembrados, con tambos de ácido y pozoleros, con casos de niños sicarios con los que también se metió un poco la novela”.