Entró febrero y cada día pasa sin poder eludir el tema electoral, algo que hoy pareciera, más que nunca, imposible y no por los poderosos, sino ¿por un pueblo harto de poses y errores presidenciales? Uno ya ni sabe, si es presa de los medios o un ethos que raya en “patología”; ni tampoco si lo electoral se multiplica por sí mismo con base a cada impulso de los medios que una y otra vez, de múltiples formas, hacen olvidar pronto la historia acaecida durante el reciente “super tazón”, celebrado el domingo a favor de una triunfante escuadra que llevaba muchos años sin alcanzar la gloria como local, para ello, los anfitriones ofrecieron y lucieron, su nuevo estadio, el US Bank de Minnesota, después de ser designados para ello.
De bien a bien, desconozco si asistió de incógnito el señor Trump, después de afrentar políticamente a futbolistas que mostraron su disidencia al protestar ante él por su comportamiento ¿ofensivo y vulgar. Muchos americanos sufren ¿soportan? un Presidente al que, por fortuna, dejaron fuera de cuadro, como antes se dice, por las tonterías cometidas antes contra destacadas personalidades del gremio futbolero, y los ayer triunfadores no dudaron en cobrársela olímpicamente con desprecio, tal y como él lo hiciera antes contra futbolistas que protestaban ante él.
Y no dieron su brazo a torcer, para ellos era más importante celebrar y comentar el venturoso e histórico triunfo de Filadelfia, marcado por años de “sequía”, ¿52?, que recibir la opinión de un Trump; quien, a la chita callando y en vano, intentó compartir la gloria ajena, de quienes triunfaron, a pesar del abandono en que tenía al Estado del equipo triunfante, Indianápolis. Así se cobró el “gremio” las ofensas previas a otro equipo de futbolistas y que Trump les asestó por una inusual forma de protesta deportiva, que lo ridiculizó. Así, los de Indianápolis le cobraron su abandono con ignorar su felicitación y le dieron su merecido por su falta de atención y de respeto. El Trump(as) va trumpeando el camino, habrá que esperar (y allá se abona y apuesta), al fracaso de su eventual reelección; indeseada, por muchos, desde antes y hoy. Vergüenza le había de dar el abandono en que tiene a Indianápolis.
Con las reservas del caso, de la mención al Súper Tazón hay que pasar al tema electoral en México, del que se inicia a decir, con más fuerza propagandística que otra cosa, que el voto de la generación millenial, o sea, el voto de los nacidos entre 1980 y 2000, podría definir la elección del próximo Presidente de México.
“Mientras que en 2012 los jóvenes entre 18 y 34 años conformaban el 17% del padrón electoral, para las elecciones de 2018 será el 40%, con alrededor de 34 millones y medio de votos potenciales. “Los millenials podrían poner a un presidente”, señala la consultora Oliva Barros, quien actualmente realiza un estudio sobre el comportamiento electoral de esta generación en el contexto mexicano y latinoamericano.”
Oliva Barros, con sapiencia a compartir y bastante buena onda hacia el pueblo de México, señala y sugiere: “Si los políticos mexicanos quieren saber quiénes votan por primera vez, deben tener la mira en estos temas: derechos humanos, medio ambiente, defensa de libertades, educación y seguridad.” Sin pasar la charola, por parte de Oliva, vale la pena intensificar el trabajo político con y entre la juventud, para contener la grilla, ¿o cómo provocar e intensificar el debate con y entre los jóvenes?
Del Sur: Los ecuatorianos aprobaron, con el 64% de los votos, suprimir la reelección indefinida, en el referendo de este domingo, convocado por el Presidente Lenín Moreno, con el fin de cerrar el paso al poder a su ex-aliado y antecesor Rafael Correa. ¿Dejará la izquierda de ser dominante allá o se reestructurará con democracia y sin violencia?
Lo cierto: Estamos ante y con una ciudadanía joven, actuante, memoriosa y pensante, nos lo recuerda… el investigador de la UNAM y experto en temas digitales, Raúl Trejo Delarbre; quien, en entrevista con Vice, asegura que los efectos del terremoto de septiembre de 2017 podrían tener repercusiones electorales en 2018.
Además: “Muchos jóvenes decidieron no votar por Peña poco tiempo antes de celebrarse los comicios. Y eso se le atribuye en gran parte a lo ocurrido en mayo de 2012 en la Universidad Iberoamericana”, aseguró el investigador de la UNAM y experto en temas digitales, Raúl Trejo Delarbre, en entrevista con Vice, en la cual asegura que los efectos del terremoto de septiembre de 2017 podrían tener repercusiones electorales en 2018.
¿Qué pasó en la Ibero? Jesusa Cervantes, con sencillez, describió para Proceso (11 mayo, 2012): “Enrique Peña Nieto detonó la indignación de los estudiantes de la Universidad Iberoamericana cuando buscó justificar su actuación en la represión de San Salvador Atenco en 2006. Adelantó con ello lo que podría ser su gobierno en caso de llegar a la Presidencia de la República.” ¡UPS! y qué sigue con los actuales candidatos, AMLO, se cuece aparte, ¿o no?
