En meses pasados el equipo de Pedro de León mandó a realizar una encuesta en todo el estado para conocer las simpatías de los ciudadanos. A grandes rasgos, la encuesta marca una lucha a tercios, donde Morena y el PRI se disputan el primer lugar y el Frente Ciudadano se afianza en el tercer lugar sin despegarse de los punteros. Nada nuevo, lo que es de llamar la atención es el nivel de rechazo que acumula Alejandro Tello. El principal lastre del PRI en las elecciones del 2018 será el desastroso inicio de gobierno de Alejandro Tello, pero no es el único. Miguel Alonso también acumula un enorme descrédito, sobre todo en las zonas urbanas del estado.
Pero la incapacidad para gobernar de Alejandro Tello y la corrupción de Miguel Alonso no son los únicos problemas del PRI rumbo al 2018, también tendrán que enfrentar el descrédito de algunos gobiernos locales, en ese sentido destacan Judit Guerrero y Pepe Haro, ambos con altos niveles de rechazo entre los ciudadanos de sus municipios.
En el caso de Judit Guerrero además del rechazo ciudadano, también enfrenta el desprecio de la clase política local. Quienes asistimos al informe del Diputado Luis Medina Lizalde observamos la triste escena de Judit entrando con titubeos al evento, sin saludar a nadie y sentándose en una orilla esperando que el equipo del Diputado o la gente de la Secretaría General de Gobierno la invitaran a pasar al frente, cosa que nunca sucedió, y también vimos como finalmente Judit salió del evento entre las sombras, arrastrando su falta de legitimidad y sin despedirse de nadie.
Pepe Haro no canta mal las rancheras, el municipio no tiene rumbo, todo se reduce a trámites burocráticos. Es un gobierno sin chispa que no comunica nada y que sigue acorralado por las deudas y por el desabasto de agua. Este desastre quedó enmarcado en una estampa, cuando la semana pasada el alcalde fresnillense compartió una imagen de su directora de agua, posando entre los charcos provocados por la ruptura de un tubo que abastece a la ciudad. Parece que buscaban comunicar que si hay agua, pero son incapaces de hacerla llegar a los ciudadanos. En fin, patético.
Estos lastres locales se suman al descrédito nacional de Peña Nieto y a la creciente inconformidad por la inseguridad que vivimos. Por eso los dirigentes tricolores le apuestan todo a la división de la izquierda y a la compra masiva de votos.
Frente a este escenario, morena tiene una oportunidad única, debemos asumirnos como una opción viable, necesitamos demostrar que somos una alternativa frente al desastre, pero la única forma de hacerlo es manteniendo la unidad. Tenemos posibilidades reales para derrotar al PRI, por eso resulta indispensable que el monrealismo se mantenga en morena, luchando desde la izquierda para que las cosas cambien.
Sinceramente pienso que la unidad en morena es posible, por eso no dejaré de insistir en un dialogo respetuoso y democrático. Los ciudadanos están listos para sacar el PRI del gobierno y en la izquierda debemos estar unidos para que el cambio ocurra. No podemos ir contra la historia, por eso debemos estar fuertes para canalizar pacíficamente el descontento popular y demostrar con hechos que las cosas se pueden hacer mejor.
Con diálogo y respeto podemos fortalecer a morena para que los lastres del PRI lo hundan definitivamente. Por respeto a la confianza de los ciudadanos, deberíamos poner toda nuestra disposición en conseguir la unidad al interior del partido, concentrarnos en postular candidatos competitivos y de probada honestidad en todos los municipios para ponerle el último clavo al ataúd tricolor y lograr el cambio que tanto anhelamos.
Morena y los Monreal deben caminar juntos, la historia los obliga.
