El gobierno no es homogéneo. Hay áreas donde se nota, sino resultados claros, al menos trabajo y esfuerzo por conseguirlos; y otras áreas donde francamente las cosas no van bien. Observamos (a manera de muestra) un Instituto de Cultura (IZC) con muy poco recurso y haciendo de tripas-corazón para sacar el trabajo; contra un Instituto del Deporte (Incufidez) donde hay muchos conflictos y nulos resultados. Los contrastes internos en este gobierno son muchos. En ese contexto, presentaron una plataforma donde cualquier ciudadano puede verificar las obras públicas que están en acción, quiénes son los contratistas, cuánto costó, el nivel de avance y demás información que puede servir para mostrar que la obra pública se pone en una vitrina digital. Se trata, en suma, de un sistema de monitoreo de la obra pública.
Después de presenciar los casos nacionales donde gobernadores se han enriquecido como príncipes de Persia a partir de manipular los contratos de la obra pública, y también de casos locales donde hay dudas razonables sobre el manejo de la obra en los sexenios anteriores, la cual se expresa en una parte importante en la deuda heredada, y en los pagos en efectivo (se argumenta) que representaban un impuesto privado por asignación de obra. Prácticas todas generalizadas a lo largo del país y documentadas por la propia Auditoría de la Federación que, a la vuelta del procedimiento eran congeladas por la Procuraduría. Por ello, el hecho de que anuncien la puesta en marcha de una vitrina digital (plataforma) para monitorear el estado de la cuestión de la obra pública, sin duda en un avance en el tema de transparencia y prevención contra la corrupción. Organizaciones de ciudadanos y la propia prensa podrá sacarle mucho jugo a dicha plataforma.
Ahora bien, habría que ver cómo se alimenta realmente la plataforma y que los datos de las obras anunciadas y monitoreadas se puedan corroborar en tiempo real: la verificación de la información exhibida es esencial para lograr la confianza social en la medida. Es decir, la iniciativa es buena, sólo falta conquistar la confiabilidad en la misma cuidando que la operación de la plataforma supere las evaluaciones que habrá que realizar después de un tiempo de funcionamiento.
En suma, el lanzamiento de la plataforma para monitorear la obra pública es una buena acción, pero como reza el dicho popular, “la mula no era arisca…”. Esperamos que en verdad se convierta en lo que pretende, de ser así será un buen paso en el propósito de este gobierno: ser reconocido como honesto. Un buen gobierno, claro está, no sólo es transparencia, sino decisiones acertadas que cambien la realidad del estado de Zacatecas. Pero tampoco podemos negar que, dadas las circunstancias actuales del país, se agradecen iniciativas que redunden en la prevención de la corrupción. Así que recibimos con beneplácito esta vitrina digital y esperamos que en poco tiempo estemos recibiendo anuncios sobre la corrección de las políticas que redundarán en el desarrollo humano de los habitantes de la entidad. Como decíamos al inicio, el gobierno no es homogéneo: sí hay personal que se pone las pilas.
