- El título expone el pasaje oscuro de la escritora, en 1968, cuando la tacharon de delatora
- Además de consultar diversas publicaciones, el comunicador visitó a la hija de Garro y una de sus profesoras
El comunicador Rafael Cabrera presentó su libro Debo olvidar que existí, dentro de los Foros de Libertad de La Jornada de Zacatecas. En ésta obra muestra el pasaje oscuro de la escritora Elena Garro, que tuvo en octubre de 1968, asimismo comprende y reconstruye ese periodo difícil en la vida de la escritora, cuya presentación estuvo a cargo del director de este medio, Raymundo Cárdenas Hernández.
“El 68 se vuelve un gran caos, que fue difícil de reconstruir. Fue un juego de enredos, y ella en afán de querer salvarse, se hunde. Cometió errores, porque sí dio información al gobierno y estuvo del lado de Echeverría, pero no significaba que se alegrara de la matanza de los estudiantes, sin embargo, vio el movimiento del 68 como un juego político”, explica.
Elena consideraba que este juego era entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los intelectuales, y estos últimos querían armar el movimiento del 68 para preparar las elecciones del 70. Era una mujer conservadora y crítica, pero veía a los intelectuales como “trepadores”. La imagen que se tenía de Garro era de una mujer traidora y delatora.
Rafael encontró información que se publicó parcialmente en espacios como Animal Político, Reforma, Mx, y el año pasado, en el centenario de Elena Garro, presentó su material a la editorial para aprovechar la conmemoración, el cual escribió después de la publicación del libro La Casa Blanca.
La hija de Garro conservaba parte de su archivo personal. Asimismo, Cabrera se contactó con la chilena Gabriela Mora, que fue profesora de literatura, y tuvo contacto con Elena Garro cuando ésta se refugió en Nueva York, ya que tenía algunas amistades “peligrosas”, entre ellas la del ex presidente Echeverría.
Cuenta que a Garro se le negó una visa de refugiada política, ya que tenía información de que en México la querían asesinar. Posteriormente se va a España, y deja pertenencias a Mora, entre ellas algunas fotos y cartas de correspondencia.
Algunas fotos que rescató eran inéditas, en sus aspectos de bailarina, en traje de baño, y varios negativos no revelados. Rafael cuando las vio les tomó fotos con su celular, sabiendo que no usaría ese material, pero se sorprendió cuando Mora se las regaló.
Del 50 al 68, la que fuera esposa del escritor Octavio Paz, tuvo un auge como escritora, producción en periodismo, teatro, entre otros, se mantenía a sí misma y era independiente, aunque no se administraba y no tenía ahorros.
Este libro forma parte de la tesis de licenciatura de Rafael. Confiesa que así como otras personas tienen un pasatiempo como ejercitarse, Elena Garro se había convertido en su pasatiempo favorito.
