En los mapas de homicidio doloso, de muertes por arma de fuego y de rivalidad delincuencial, Zacatecas aparece en los colores más fuertes, es decir, dichos mapas reflejan la realidad lacerante que vivimos. Es de las entidades donde existen menos policías respecto al tamaño de la población: hay 160 por cada 100 mil habitantes, mientras la media nacional es de 307. Estamos casi 100 por ciento abajo respecto a la cifra nacional. Pero no sólo es el problema del bajo número de policías, sino de su desempeño y, otra cosa más importante, respecto a la función que cumplen.
Existen muchos tipos de policías y de todos los niveles de gobierno; pero los municipales son los más vulnerables ante el poder corruptor de los grupos delincuenciales, y también los que enfrentan más riesgos de agresión personal porque están en contacto directo con un territorio específico, el cual es objeto de control de los criminales. ¿Se debe asignar a los policías municipales tareas de contención del crimen? ¿Tienen las capacidades humanas, sociales y técnicas para realizar dicha contención? Evidentemente NO. Así que meter a estos policías a tareas de combate al crimen es un error brutal, que tiene consecuencias bestiales: efectos humanos cuando los secuestran o les amenazan a sus familias, ya que son personas que los conocen en sus comunidades y no tienen forma de ocultarse de los mafiosos; es una medida que redunda en el fortalecimiento de los propios grupos delincuenciales porque su poder de reclutar a este tipo de agentes es muy alto, lo cual genera mayores capacidades de operación de los malos; y con ello, los resultados sobre la población de los municipios, (con policías reclutados o amenazados) están en doble situación de riesgo: por un lado las organizaciones negras y por otro la autoridad cooptada. En suma, articular a los policías municipales en estrategias de contención trae mucho más mal que beneficios.
Ahora, con la llegada del nuevo secretario de Seguridad esperamos se modifique la política en este tema. Es inefectivo e inhumano el papel que se les ha asignado a los municipales. Hay muchas propuestas donde se les convierte en las llamadas policías de proximidad que mejoran mucho su contribución, por un lado, y no se los pone innecesariamente en riesgo. Sin embargo, si se cambia de función de los policías municipales se deberá hacer con los perfiles adecuados. Lo que significa que muy probablemente de los actuales policías poco se podría aprovechar. Una policía que clava sus raíces en colonias, que acompaña, asesora, capacita y comunica, no se adapta con las personas que fueron contratados para las tareas actuales. Así las cosas, debería abrirse una carrera de técnico superior universitario para policía de proximidad, y formar expresamente a esos perfiles que se necesitan. En resumen, hay que formar lo que necesitamos, porque evidentemente no está hecho.
