■ En México, la estrategia sólo logró que haya en las cárceles 140 mil detenidos por posesión de estupefacientes
■ La política en el país en el tema es prohibicionista, “en realidad es una posición política y jurídica, pero no es una posición que prevenga, que impida, que trate, que rehabilite o que procure la reinserción social”
En toda la historia de la humanidad no hay registro de alguna etapa en la que los seres humanos no hayan consumido alguna sustancia que altere su conciencia, por lo que la penalización de quienes producen, distribuyen o consumen drogas no es una alternativa eficiente para atender las consecuencias directas o indirectas que ello genera, afirmó Juan Ramón de la Fuente Ramírez, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la conferencia impartida este viernes en la capital del estado, denominada ¿Y qué hacemos con las drogas?, aseguró que las políticas más permisivas no necesariamente han tenido como consecuencia un incremento en el consumo de drogas, de la misma forma que las políticas más restrictivas han logrado que se disminuya el consumo.
“Entonces ni unas son eficientes en contra del abuso de sustancias ni las otras realmente propician que se consuma más. Por eso hay que reflexionar sobre las políticas públicas, porque la solución no está en criminalizar a los consumidores”, indicó.
La política en México en el tema de drogas, expuso, es prohibicionista, “como si prohibir fuera la solución, cuando en realidad es una posición política y jurídica, pero no es una posición que prevenga, que impida, que trate, que rehabilite o que procure la reinserción social de quienes tienen un problema de drogas”.
De la Fuente Ramírez comentó el caso de Estados Unidos, el cual clasificó como ambivalente, sobre todo con la mariguana, ya que la han discriminalizando poco a poco y la han permitido para usos médicos y, aunque a nivel federal está prohibido, en 28 estados permiten su consumo.
En Portugal, por su parte, se ha implementado una política cada vez más permisiva en la que no se fomenta el uso de drogas, pero no se criminaliza a quienes la consumen, lo cual es coherente con la idea de que el consumo es un problema de salud, no un delito.
“El problema es que mientras no se reduzca el consumo en el mundo, el negocio sigue creciendo y el daño se sigue haciendo. Hay que centrarnos entonces en cómo bajamos el consumo y la demanda”, agregó.
Con la actual estrategia en México, lo único que se ha logrado es que en las cárceles haya más de 140 mil detenidos por el delito de posesión de droga, no por producción o venta, de los cuales 54 mil tienen averiguación previa y sólo 7 mil han sido remitidos a tratamiento, según De la Fuente Ramírez.
Por otra parte, manifestó que “la verdadera puerta de entrada a las drogas, es el alcohol, y mientras más temprano empiecen a beber, más altas van a ser las tasas de consumo de prácticamente todas las drogas”.
En dado caso que hubiese despenalización y regulación en la producción y la distribución de drogas, lo preocupante será que “el poder comercial que tiene un esquema de capitalismo sin reglas, avasalle y se vaya el péndulo para otro lado y empiecen a sintetizar formas de cannabis más potentes o más peligrosas”.
Sin embargo, Portugal es un ejemplo de que es posible despenalizar todas las drogas sin que aumenten los indicadores de consumo. Los usuarios, en caso de tener adicción, son remitidos a un tribunal de salud y se les ofrece un tratamiento o pagan una multa casi impagable, de forma que todos aceptan la primera opción.
En ese sentido, consideró que es importante implementar políticas que permitan retrasar lo más que se pueda el consumo de alcohol, y para ello podría sancionarse severamente su venta a menores de 18 años y hacer corresponsables a los padres.
De la Fuente Ramírez concluyó que “es importante retrasar el consumo de alcohol y drogas porque todas estas tienen un efecto mucho más dañino cuando actúan sobre un sistema nervioso que no está lo suficientemente maduro. El sistema nervioso de todos los mamíferos tiene un proceso de maduración después del nacimiento, que consiste en un recubrimiento de las capas neuronales que protege a las neuronas, cuya maduración en los humanos es alrededor de los 18 años”.
