Hoy toma posesión Trump. ¿Pero eso realmente qué expresa? ¿Es un hombre el que toma el poder? Y un hombre con expresiones éticamente condenables. Pero no es así: aunque un hombre toma la Presidencia quien asciende al poder es, en realidad, un sector de la sociedad que tiene cierta visión de las cosas, intereses específicos y estrategias para actuar. El señor Trump está en la Presidencia representando a ese sector social: blanco, de poca escolaridad, consumista y creyente de los mitos de la ‘forma de vida americana’. Así las cosas, se trata de un enfrentamiento o lucha de sectores sociales (no así de clases sociales). ‘Sectores’ que hacen referencia a una mezcla de nacionalidad u origen étnico, características raciales, ingresos, nivel educativo e ideas políticas. El ascenso al poder de este señor significa la situación de polarización social en Estados Unidos. Y una nación así de dividida no puede ser ‘otra vez grande’. Su intención es justo el anuncio de su fracaso.
Así las cosas, hay dos preguntas en el aire al momento de su toma de posesión: ¿cuál será la correlación en el Congreso respecto a las iniciativas que tiene que aprobar para conseguir sus fines? Y, ¿cómo se organizará la oposición de los otros sectores sociales a los cuales no representa Trump, y qué efectos políticos tendrá dicha oposición activa? Por lo pronto 50 demócratas no irán a su toma de posesión, más lo que se acumulen en las últimas horas. El signo de la oposición activa de un amplio sector social es público y contundente. Pero no es todo: naciones poderosas se han adscrito como antagonistas a este gobierno, tal es el caso (nada más y nada menos que) de China y Alemania; dos cabezas continentales. En suma, el poder que asume esta persona en la Presidencia en EEUU lo hace con una oposición cuantitativa y cualitativamente de gran relevancia. Al interior y exterior de su país. La pregunta es, ¿esa posición se podrá articular de alguna manera? ¿Podrán construir acuerdos Alemania, China y México en temas comerciales? Y, ¿los representantes de estos países podrán crear acuerdos con la oposición interna de ese país? Eso aún no lo sabemos.
Como podemos ver, el ascenso a la Presidencia de los EEUU de este sector social racista, ignorante y xenófobo, a través de un sujeto delirante como Trump, no lo hace en condiciones fáciles para actuar. En cuanto los electores que creyeron que con este gobierno resolverían sus demandas no lo hagan, dicho gobierno perderá legitimidad y, si eso ocurre, las metas funestas de este gobernante se podrán convertir en polvo en el viento. Sin embargo, para que esto ocurra se debe trabajar muy duro en integrar los intereses de Alemania, China y México; además de hacerlos coincidir con la activa oposición interna en USA. Pero esa determinación, al menos del gobierno de México, no la vemos. En suma, el reto de la humanidad es articularse alrededor de proyectos concretos que eviten el daño que Trump pueda ocasionar en el mundo. La lucha (muy polarizada) de sectores sociales está en curso, esperamos que los que quieren la justicia y los valores de la igualdad terminen por imponerse.
