17 C
Zacatecas
jueves, 25 abril, 2024
spot_img

Anatomía de la corrupción y mejores capacidades para combatirla

Más Leídas

- Publicidad -

Por: La Jornada Zacatecas • admin-zenda • Admin •

Hay quienes piensan que la corrupción es un problema moral, y que el llamado a evitarla equivale a construir una sociedad más buena. Y pues no es así: la preocupación por la corrupción se debe a que tiene “retornos negativos”, lo cual significa que los costos son tan altos que a nadie ya conviene. Las políticas públicas son bloqueadas y con ello su precio se hace impagable. Así pues, la exigencia de erradicar esas prácticas no tiene motivos morales, sino económicos y sociales. Y dado que es muy grave el problema en México, que mantiene el deshonroso lugar 125 de 139 países en desvío de recursos públicos y en favoritismo (mecanismos que se saltan, por ejemplo, licitaciones); es que se ha emprendido un vertiginoso camino de medir y pesar el problema: se han generado índices, indicadores y bases de datos; se han investigado los mecanismos institucionales que la hacen posible, y con todo ese conocimiento se ha caracterizado la anatomía, fisiología y las supuestas medicinas para curar el mal. Se han emprendido medidas desde 2008, donde ya había conciencia de lo que ocurre, pero en lugar de avanzar, de ese año a la fecha hemos retrocedido 23 lugares en el ranking mundial en corrupción, y tenemos ahora un país donde 61 por ciento de los ciudadanos acepta haber cometido actos de corrupción. Es un panorama negro y llama a la impotencia.

- Publicidad -

Sin embargo, los esfuerzos de la sociedad civil y la academia  han crecido y han empezado a ser efectivos: en mucho, el reciente Sistema Nacional Anticorrupción es obra de esta cooperación (sociedad civil y academia). Están proponiendo políticas (en lo práctico) al mismo tiempo que afinan su reflexión ampliando los conceptos (en lo teórico). Esto es, se hace una espiral positiva de capacidad analítica con capacidades de incidencia. Esta es una buena noticia. Para resolver un problema debemos conocerlo mejor y desarrollar armas para atacarlo, y la dupla sociedad y academia organizadas están avanzando en eso. Así las cosas, parece que tenemos un escenario donde existe la urgencia social de resolver este problema estructural, y dos trincheras, la del avance de esas prácticas y la trinchera del combate a las mismas. Ciertamente la primera no se ha detenido, pero la segunda ya se organiza y afina la puntería. Eso se llama técnicamente ‘Esperanza’. Y la paradoja: cuando hay estos indicios de esperanza, la mayoría de los mexicanos tiene la expectativa que la corrupción crecerá aún más en los próximos 5 años. Como la paradoja de que no hay correlación entre transparencia y percepción de la corrupción. Estamos en calles cruzadas, como ha sido nuestra historia. Esperamos que las nuevas estructuras institucionales y el financiamiento a la anticorrupción empiecen a surtir efectos para que la economía mejore y los programas públicos cumplan sus objetivos. Y como dijimos al inicio, no es por cuestiones morales, sino de conveniencia de todos.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -