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viernes, 26 abril, 2024
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Sin Tomás y sin Santos

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Por: MANUEL ESPARTACO GÓMEZ GARCÍA • admin-zenda • Admin •

En Zacatecas pasa algo muy curioso y virtuoso a la vez, somos un estado territorialmente grande pero con una población binacional, concentrada mayormente en las urbes de las 3 ciudades más grandes del estado, lo que propicia dispersión, pobreza, carencia en los servicios públicos y un número de habitantes pequeño, con una economía precaria, un subsuelo cruel como su cielo y una de las regiones más áridas del país como lo es el semi-desierto, donde se encuentra uno de los municipios más pobres del país, con 300 comunidades, todas registradas bajo índices de analfabetismo, desnutrición y por su puesto y de manera general pobreza, Pinos. Como Pinos hay decenas de municipios pobres y en condiciones de inanición, su tierra es como sal, es blanca y alcalina y hace imposible el desarrollo de las hortalizas, si acaso da para pastura seca para ganado chico, además, como ya lo dije, esas 300 comunidades alejadas entre sí, hacen imposible conectar drenajes, hacer líneas de luz, teléfono e Internet, como tal, hay muchos ejemplos, no tiene caso profundizar.

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Lo virtuoso entonces, nace precisamente de éstas carencias, ¿cómo siendo un estado pobre, aunque rico en minerales, tiene una cultura del esfuerzo que permite ubicar a personajes tan destacados en los ámbitos de la cultura, de la política, de la ciencia y del derecho?

Supongo que el inclemente clima y el deseo de superación son la respuesta.

Hay quienes destacaron y siguen destacando en la abogacía y en la política a la vez, para hacerlo, es primordial ser un diestro en la administración de la justicia, en las relaciones personales y en el tablero de ajedrez. Hay quienes como Tomás Torres y Santos Antonio dejan un legado y sientan un precedente difícil de superar, ambos de municipios condicionados por la marginación, salieron adelante con esfuerzo y deseo de superación, el primero de ellos uno de los tres mejores parlamentarios de la historia reciente del estado de zacatecas y el otro leal con sus amigos como con sus clientes, un experto en la rama laboral del derecho. Obviamente, me refiero a ambos porque el segundo de ellos, apenas ayer falleció, dejando un vacio en el corazón de quienes lo conocimos. Santos Antonio en su faceta política era querido hasta por sus contrincantes, recuerdo por ejemplo que después de una negociación interna entre él y el actual diputado y amigo Iván de Santiago por la candidatura a la alcaldía de Villanueva,   lograron superar sus diferencias y terminaron forjando una amistad que materialmente termino ayer.

De Don Tomas hay tanto que decir, que este espacio le queda chico, pero me quedo con sus lecciones de derecho que recibí de su parte mientras ambos degustábamos un “vodka Tónico” en la casa de la ex gobernadora Amalia, mientras Don Tomás esperaba turno, después en un sinnúmero de ocasiones coincidimos en la casa de gobierno y el hombre del buen decir, siempre tenía una sonrisa para regalar y un tono de voz cuidado que provocaba a la tranquilidad, las últimas veces lo seguí por la televisión, dando la batalla en el periodo donde comenzaba el cabildeo de las reformas, debo subrayar que escuche en más de una ocasión a parlamentarios como Porfirio Muñoz Ledo decir que era muy difícil tomar el uso de la voz, después de las lecciones de Tomas Torres en tribuna. De ese tamaño era Tomás.

Se nos fueron dos grandes, la pérdida es irreparable, en distintos pero continuos años, dos extraordinarios abogados dejaron un legado a los zacatecanos, son precisamente estos perfiles los que Zacatecas necesita y afortunadamente no son los únicos ni los primeros, son el resultado de generaciones anteriores de abogados que al igual que ellos, con mucho esfuerzo y dedicación, fueron íconos de la abogacía y de la política. Con mucho respeto y corriendo en riesgo de que se me vaya algún nombre, por la naturaleza del texto vale la pena mencionar a los licenciados y licenciadas en derecho Irene Ramos, Francisco Espartaco García, Uriel Márquez  Valerio, Bernardo del Real y por su puesto Don Magdaleno Varela Luján, acompañado de un largo etcétera.

Todos los antes mencionados, seguro estoy tuvieron que ver con la nueva generación de abogados en donde se ubican a Tomás y a Santos, después de cursar la carrera de derecho en la UAZ, en la Facultad de derecho y recibir cátedra de algunos de ellos, emigraron a seguir preparándose a la Ciudad de México, contando con el apoyo moral y económico de Santos, quien por ser mas grande, apoyaba a ese grupo de estudiosos del derecho dentro de los cuales se encontraba el propio Tomás, Ricardo Monreal, Aida Alicia, Huicho Padilla entre otros.

Es así como se forja la historia, es con hombres surgidos de la cultura del esfuerzo que llegan a ser tan elocuentes que son reconocidos a nivel nacional, que se componen los ejemplos de éxito en la sociedad zacatecana.

En memoria de Tomás Torres Mercado y Santos Antonio Gonzales. Hasta pronto abogados.

Saludos respetuosos a las familias. ■

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