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viernes, 26 abril, 2024
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Ataque a maestros, un paso hacia atrás en ser una sociedad moderna: Enciso

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Por: ALMA RÍOS •

■ Peticiones de docentes en Oaxaca no ponían en peligro la seguridad nacional, señala

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“Que yo sepa ninguna de las peticiones de los profesores implicaban la puesta en peligro de la seguridad nacional o la estabilidad de las instituciones”, sino planteaban su inconformidad ante las políticas educativas, “respecto de las cuales la sociedad mexicana tiene el derecho a disentir o a estar de acuerdo. Lo que ocurre es que resolver este tipo de conflictos por la vía del ‘pistolazo’, nos convierte en un México atávico del que creíamos haber salido para siempre”.

Así opinó José Enciso Contreras, docente investigador jubilado de la Unidad Académica de Derecho, y connotado historiador, respecto del ataque del Estado mexicano a maestros de la CNTE y población civil de Nochixtlán, Oaxaca, que dejó como saldo 10 muertos y decenas de heridos.

Abundó al señalar que “esto que acabamos de malvivir los mexicanos, representa un paso hacia atrás en la construcción de una sociedad mexicana moderna, civilizada, que pueda resolver sus conflictos por la vía pacífica”.

Enciso Contreras dijo que no es novedoso que el Estado mexicano “sea, siempre haya sido, de gatillo muy fácil, y no le tiembla la mano” para responder con violencia a peticiones pacíficas de la población, pero observó que si lo hace de esta forma, o bien las organizaciones sociales “llevan al grado de la violencia la respuesta de la violencia estatal”, se le sigue el juego a una fuerza que desde el propio Estado le “está apostando por subvertir el estado de Derecho”.

Sobre lo anterior precisó que es necesario también “ser lo suficientemente críticos para entender que el movimiento social de protesta, de contestación a la política estatal debe ensayar mecanismos inteligentes para evitar caer en la provocación que siempre trae consecuencias lamentables”, pero reiteró que es triste que el Estado en lugar de argumentos “emita plomo a la población desarmada”.

El académico comentó que “accidentes”, ocurren en cualquier lugar del mundo donde se ejerza la autoridad, pues la autoridad misma es conflictiva, “pero creo que en México ya van siendo demasiadas las casualidades en donde el Estado suelta balazos ante peticiones pacíficas. Y eso creo debe alertarnos” para condenar este tipo de acciones.

En respuesta a por qué alguien ordenó disparar y qué efectos se buscaban con ello, contestó que con base en la lógica de que “nada es casual”, lo cierto es que el hecho tuvo consecuencias contrarias a lo que el Estado estaría buscando en la gestión del problema.

“Es decir, que surjan bases sociales de apoyo –a la CNTE- ampliadas, que antes no se interesaban por este tipo de cuestiones y eso es lo que estamos viendo. Por otro lado, esa cerrazón expuesta por el gobierno a escuchar a los profesores no es una actitud que esté en el escenario de una sociedad democrática en la que predicamos estar viviendo, y creo yo que deben de plantearse de otra manera”.

Enciso Contreras adelantó otra hipótesis que dijo no debe descartarse y sí alarmar, “la absoluta incapacidad de nuestras policías”.

Como respuesta a la criminalización de la sociedad mexicana que se evidencia en hechos “de los que todavía no acabamos de salir”, como lo demuestran las cifras que exhiben la pérdida de una vida humana cada día a causa del crimen organizado, “ha habido una respuesta por parte del Estado que consiste en la policialización”.

Se refirió al término como el que puede aplicarse a un proceso que durante los últimos 10 años ha multiplicado en el país el número de policías en todos los estados de la República, pero sobre el que hay que preguntarse “si se han incrementado esas filas con calidad. Yo creo que no”.

Esto puede percibirlo “un ciudadano común” en el comportamiento que exhiben los cuerpos policiacos al circular por la ciudad, pues son incapaces siquiera de respetar un semáforo.

“¿Quién no respeta un semáforo puede respetar la ley, los derechos humanos?”, preguntó.

Invitó entonces a que la sociedad se pregunte si caen más policías en el cumplimiento del deber o por la impericia tanto en el manejo de armas de fuego o en los vehículos en los que transitan.

“Está la hipótesis de una decisión que viene de arriba, lo cual es bastante creíble, pero otra que no podemos descartar, es la supina incapacidad de nuestras policías”, por lo que habrá que interrogarse si esos “gatillos fáciles” también pueden explicarse por ella, dijo.

 

En materia de Seguridad,

nada mejor que el sentido común

Al respecto del tema de la seguridad ahora trasladado al estado de Zacatecas, y señalando que no es experto en la materia “pero hay cosas que el sentido común está dictando”, José Enciso Contreras observó que la inversión de tanto dinero en policía implica el incremento de las armas que circulan en las calles.

“Las armas en sí mismas no son problema, el problema es quien las porta. Portar un arma es una responsabilidad grave, severa; debemos preguntarnos ¿tendrán la capacidad moral, ética académica, cultural esas manos que las portan?”, refrendó la pregunta sobre la capacitación que han recibido los efectivos policíacos.

Dijo entonces que más vale tener policía de calidad y no en cantidad, pues de la “policializacion” del estado así como la del país, se ha evidenciado que esas pistolas que se han distribuido entre los policías, “han servido para balaceras y asaltos”.

Volvió entonces al tema de los conflictos sociales, para señalar que “si juntamos la leña y la lumbre, van a arder. Sí hay cerrazón del Estado para escuchar a los profesores y éstos tienen estrategias de movilización fuerte, de acción directa, y por otro lado hay ‘pistoleros´ en las calles, “pues no sé por qué no hemos tenido más cosas que lamentar”.

Sobre el anuncio del gobernador electo, Alejandro Tello, de una modificación de la estrategia en materia de seguridad para el estado, que incluye el análisis de mantener o no en la titularidad de la Secretaría de Seguridad Publica a un mando militar, observó que existen diferencias de la labor de un militar de carrera y el un elemento policíaco.

La formación policial ya se ofrece en estudios a nivel licenciatura y en posgrados, de manera que han surgido especializaciones como la administración policial o la policía científica y otras técnicas diversas, mientras que un militar está orientado al combate más o menos convencional, y la defensa de la integridad territorial y la soberanía nacional, manejo de armamento y tácticas y estrategias de guerra, observó.

Luego de la Guerra contra el narco iniciada por Felipe Calderón se han visto las consecuencias de incorporar a la Seguridad pública a elementos de la milicia. Dijo entonces que para el aprendizaje de las funciones policiales hay escuelas, “no he me enterado que tengamos un profesional en ello en los altos mandos de la policía zacatecana. Y no sé si esta tradición autoritaria que ha tenido en muchas ocasiones un sector del Ejército, hoy la veamos reflejada en la policía”.

No ha sido suficiente el “empistolar” a la policía para contener la ola de violencia en el país y es preocupante la cifra de un muerto o muerta diario, pero también, el que se oculte información al respecto.

“Eso es lamentabilísimo. Cualquier persona que tenga un amigo o amiga médico, o enfermera o enfermero en los hospitales locales se entera de la cantidad de hechos violentos que finalmente van a parar ahí y de los que la prensa no informa”.

La “policializacion” y “empistolamiento” del país y por tanto de Zacatecas, son temas que habrá que revisar, refrendó, “porque es evidente que hay mucha gente en la calle que no sé qué hace armada”.

Otra vez respecto de las movilizaciones sociales, y concretamente la que fue atacada desde el Estado mexicano, la de la CNTE, dijo que al margen de lo que cada uno pueda pensar sobre la propuesta de Reforma Educativa, “no son maneras de solucionar los conflictos a balazos”.

Y observó que si el evento en que se vio involucrada la Policía Federal en Nochixtlán, Oaxaca tuvo que ver con una corporación “incapaz” a la que se le salió de control el problema, es responsabilidad del Estado, y el no tener una policía de calidad, “claro que es responsabilidad del mismo. Aquí la responsabilidad clara es del Estado mexicano, por donde le veamos”.

 

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