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viernes, 26 abril, 2024
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Pérdida de credibilidad, finanzas y clientelismo, problemas que enfrenta la UAZ: Nydia Castillo

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Registró un descenso de 21 puestos en el ranking nacional de universidades

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■ La pérdida de valores se ha ido asentando en casi todas las unidades académicas

La pérdida de credibilidad en la sociedad zacatecana, el descenso de 21 puestos en el ranking nacional de universidades y el privilegio de asuntos políticos por encima de la academia y la investigación, sin dejar de lado la problemática financiera, son los principales aspectos que deberá combatir la próxima administración rectoral en la Máxima Casa de Estudios del estado, opinó Nydia Castillo Pérez, docente de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

“La dosis de clientelismo como eje del poder y el patrimonialismo han llevado a la pérdida de valores educativos que se han ido asentando como prácticas regulares de trabajo en casi todas las unidades académicas de la UAZ, al punto de llevarlas a una situación de parálisis”, expuso.

Para lograr que se erradique la extrema politización de los grupos al interior de la Universidad, dijo que es necesario priorizar la calidad y la docencia y una cultura de la democracia y la diversidad, pero para eso “se requiere estudiar la historia social de la UAZ y desentrañar las causas de los múltiples problemas que hoy se interponen en su camino al tiempo que la divide, la frena y la restringe”.

Superar el estilo de organización política de los grupos internos  y el modelo de autoridad y gestión, implica desde su punto de vista la promoción de una formación teórica, científica y técnica diferente, mediante la cual pueda crearse una concepción filosófica distinta a la que ha prevalecido en la institución.

Castillo Pérez señaló entonces que la UAZ puede asumir retos y paradigmas que los tiempos actuales exigen y plasmarlos en su forma de gestión, organización, misión, identidad, contenidos y respeto a sus programas y a la academia misma, a fin de superar los esquemas que vienen del pasado y construir un modelo académico de investigación y organización que le garantice desarrollar gobernabilidad y procesos de cooperación e internacionalización.

Sobre las prácticas de incorporación de personal académico y administrativo en función del clientelismo político y los procesos de endogamia que conducen a nombrar a familiares o integrantes de los grupos sin que tengan idoneidad académica, dijo que, contrario a ello, la Universidad debe generar armonía, prestigio y productividad en relación a lo que la sociedad necesita.

Expuso que la UAZ ha pasado por procesos de cambio que a su vez presentaron nuevas disyuntivas, aunque algunos de ellos “sólo fueron un reflejo de las contradicciones que ha vivido la sociedad zacatecana, como lo fue el Foro de Reforma de 1971 y de 1977, este último que generó fracturas que no han sanado. Posteriormente, en 1988 y 1999, se realizaron otros foros que derivaron en la creación del modelo académico que “ahora se resquebraja, porque en Ingeniería no es viable y en Ciencias de la Salud lo dejaron atrás”.

Castillo Pérez reiteró que en la Máxima Casa de Estudios de la entidad es más importante pactar con los partidos políticos que la investigación, la gestión o la vinculación con la sociedad y las empresas. Es decir, tienen más valor las actividades adjetivas (administrativas y gerenciales) que las sustantivas (la academia y la investigación).

“Lo importante es la capacidad de negociar con grupos, ser un gerente que busque fondos y a través de ellos fortalecer sus programas y grupo. Entre los aspectos que más lo han debilitado para llegar a esta situación, es la creación de relaciones internas movidos por intereses políticos, económicos, personales o caudillistas, lo que va en detrimento de lo auténticamente académico”, explicó.

También aseguró que durante mucho tiempo ha prevalecido en la UAZ el tráfico de influencias de todo orden: político, familiar o amistad, lo que ha tenido como consecuencia que pequeños grupos se hayan apoderado paulatinamente de espacios que incluso son de carácter académico.

Aunado a ello, también hay un empobrecimiento del pensamiento teórico, político y cultural al restringirse el desarrollo conceptual, ello mediante la imposición de un discurso  que no responde a las necesidades de los jóvenes.

Asimismo, para entender la Universidad es necesario contextualizarla en su entorno nacional y mundial, lo que implica analizar cómo el desarrollo, el nivel de vida y los cambios institucionales y políticos, son influenciados por las estructuras del poder, según Castillo Pérez.

En el caso de la UAZ, señaló que la institución misma y sus recursos se volvieron el patrimonio de grupos, “algo así como la privatización de los recursos al servicio de individuos y grupos. Se lo distribuyen y no necesariamente a la investigación, porque los que están al frente de los grupos no les interesa ni le entienden ni está dentro de sus fines políticos pues son minoría”.

Siendo la misión principal de la UAZ la educación superior y la investigación, cuestionó los motivos por las cuales ésta se ha desatendido y por el contrario se ha ampliado la educación media superior, lo que ha arrojado que 75 por ciento de los docentes sólo tienen nivel de licenciatura.

En ese contexto, manifestó que el rector electo, Antonio Guzmán Fernández, deberá quitarse de encima la lápida de todos quienes lo llevaron al poder, lo cual será posible si su administración tiene la capacidad para emprender un nuevo proyecto de Universidad.

Sugirió una nueva misión y visión institucional, construir en conjunto el andamiaje que sustente una institución de calidad democrática, abierta a las líneas de pensamiento y pertinente a la actualidad: “sólo así podrá haber un modelo universitario que responda a lo que la UAZ necesita”.

Castillo Pérez agregó entonces que la UAZ ha crecido “acorde a las necesidades de los hijos o parientes de los grupos políticos, y sin contextualizarla a nivel nacional e internacional”.

Afirmó entonces que la organización de los grupos políticos al interior de la Universidad repercute en el ambiente en el que se desenvuelve la academia, pues las relaciones se polarizan y las actividades sustantivas de la institución son desatendidas y la prioridad es responder a las necesidades de esos grupos para el ejercicio del poder.

“En este momento en el que el mundo está desarrollándose de una manera muy acelerada y todas las universidades están invirtiendo en ciencia, tecnología y calidad académica, están avanzando más aceleradamente que otras. Yo diría entonces que el que la UAZ haya descendido 21 puestos en el ranking de universidades no es solamente por los problemas históricos, estructurales y coyunturales, sino también por la velocidad que van tomando otras instituciones para resolver esos problemas”, indicó.

Subrayó que la UAZ es producto de complejos procesos políticos y sociales a lo largo de su historia que derivaron en la conformación de grupos que “ahora tienen otro ropaje, ya no por la misma lucha”.

En ese sentido, aludió a Olac Fuentes en cuya expresión se refleja ese fenómeno en la Universidad: “la izquierda renunció a la construcción de una alternativa cultural genuina y se incorporó inadvertidamente al proceso del credencialismo”.

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