■ El son del corazón
El dirigente nacional del PRI nacional, Manlio Fabio Beltrones, ya entró al terreno donde es complicado hablar del PRI realmente existente. No es poca la erosión sufrida por este instituto desde 1976, cuando dejó de tener dirigentes ideológicos, y profundizada a partir de 1988, cuando se separó de los principios y las tesis que lo presentaban como el partido de la Revolución Mexicana.
El PRI no es, como muchos idealizan, un aparato integrado con gente que sabe olfatear la orientación de los aires políticos. Su plana mayor está constituida por grupos balcanizados que representan a distintos grupos empresariales, tanto nacionales como extranjeras, y ya no tiene el rostro limpio para diseñar discursos de profundo sentimiento nacional. La nomenklatura del PRI se las ha arreglado para vivir a espaldas de la población y, en la actualidad, sabe poco de las tendencias generales del movimiento social.
El PRI de estos días sólo puede ser explicado desde los sistemas inestables. Ahí va, al garete, apoyándose en la piedra que encuentra a su paso y, lejos de ser un aparato con ideología y programa, se adapta con versatilidad al más rapaz de los pragmatismos. Hasta ahora, ha podido resolver los nudos inmediatos, pero ha perdido mucho, casi todo, de su visión estratégica.
Sólo fueron frases de tanteo
El pasado 7 de marzo, Manlio Fabio Beltrones tomó protesta en Fresnillo a Alejandro Tello Cristerna, como candidato a la gubernatura del estado de Zacatecas. En su discurso, no logró manifestar una o dos ideas de peso que respaldaran su prestigio de dirigente y su mito de líder astuto, experimentado e invencible. Más allá de soltar algunas frases para adular al público y sin alentar la militancia del PRI local, el dirigente nacional reveló la endeblez e irrelevancia de su retórica política.
El dirigente del PRI ofreció retazo y pepenas, porque no hay para más. La presunta fuerza de su discurso se diluyó en frases para entusiasmar a la familia, a la hora de la sobremesa: “Existe una alta posibilidad por seguir gobernando, porque [Tello Cristerna] es un candidato serio, con propuestas serias, y ésta es una contienda seria”. Además, soltó la típica fraseología para despertar las matracas de gayola: “Los priístas estamos listos para darle a Zacatecas una elección ejemplar y un triunfo para el PRI, ya que no se trata simplemente de ganar las elecciones, sino de darle un excelente gobierno al estado”.
La intervención de Beltrones sólo registró un deseo de llenar el expediente: tomar protestas a granel, dar muchos abrazos, ceder brevemente a la petición de los reporteros y fotógrafos, correr nuevamente al avión y juímonos. Todo fue artificioso, con actos en serie, al vapor.
Lejos de la mística partidaria, Manlio Fabio ni siquiera intentó regalar una intervención más o menos memorable, porque sabe que el actual programa para desarrollar el país no necesita una teorización profunda, ni de una explicación política aplicada. No tiene su mente dispuesta ni un discurso preparado. ¿Para qué hacerlo, si se sabe defensor de un modelo de modernización neoliberal que carece de fundamento político?
En el evento de Tello Cristerna se reveló, una vez más, que el PRI perdió la carnita ideológica para interpretar el gris resultado de sus últimas correrías por el poder nacional. Manlio Fabio Beltrones demostró que carece de un proyecto político-ideológico que permita consolidar la correlación de fuerzas internas, proponer argumentos para convencerlas y participar con ellas como aliados en el actual esquema del poder.
Las intervenciones de Manlio Fabio carecen de funcionalidad. No puede introducirse al discurso de la Revolución Mexicana ni puede aludir al Liberalismo Social de los tiempos de Salinas de Gortari. Peor aún: carece de otro alternativo.
Dejó una impresión de fragilidad aletargada, de desencanto producido por el corsé triunfalista de la maquinaria electoral, que disminuye su intención ideológica y organizativa. El PRI hoy camina al azar, a merced de buitres y ladrones.
El comedimiento intelectual de Tello Cristerna
Hace dos meses, quizá tres, aludí en mi colaboración semanal a los huecos observables en la formación intelectual de Alejandro Tello Cristerna. Pero algunos camaraditas advirtieron en mi texto un ejercicio de rudeza innecesaria.
“¿Para qué queremos intelectuales, si lo que necesitamos es gente que sepa conducir el proyecto de nuestro estado?”, me reclamó con gran sabiduría un compita de los tiempos de la prepa-ICAZ. Y añadió: “Lo que pasa es que eres un anciano pedante”. Chin, eso sí que calentó el nervio orgulloso del que esto escribe, sobre todo por lo de anciano.
Pero sostengo que todo dirigente político, encargado de la administración pública, debe adquirir una formación que lo describa como hombre capacitado para manejar ideas, sistemas y, sobre todo, asuntos del pueblo, para ser denominado hombre de Estado. Después de los años dorados de la posrevolución, y con la llegada de una realidad mundial contaminada de basura informativa y de las nocivas seducciones del consumo, ya no es posible mantener la cosa pública con decisiones provenientes del azar o el contentillo.
Finalmente, santo niñito, la campana me salvó de una felpa segura, propinada en una bizarra arena de boxeo. El pasado 18-3-16, apareció en la sección opinión de La Jornada Zacatecas, un extenso artículo denominado “Plagio”, firmado por la maestra Socorro Martínez Ortiz, donde hace un comentario acerca del ensayo titulado: “Participación ciudadana en las políticas públicas”, firmado por Alejandro Tello Cristerna.
¿Qué es lo quecuestiona la maestra Martínez Ortiz? Ella afirma que María Teresa Villarreal Martínez, Doctora en Política Pública, Investigadora Nacional nivel I, SNI-l de Monterrey, Nuevo León, es la autora original de dicho ensayo: “La Doctora da cuenta que ese artículo es en gran parte copia de un ensayo de su autoría publicado en un libro editado por la Comisión Estatal Electoral de Nuevo León, en diciembre de 2009 y que se encuentra disponible en internet. Dicho libro cuenta con el siguiente ISBN: 9786077895Q15”.
Según parece, al candidato del PRI-PVEM-Nueva Alianza le urge completar una hoja de vida más o menos vistosa, que lo redima de sus limitaciones cognitivas, y cuya ausencia sería penosa a la hora de mostrar sus cartas-credenciales ante el culto público de la clase política mexicana.
Presumiblemente, Tello Cristerna cayó en el garlito, al buscar un camino fast-track que le dé apariencia, rostro y estilacho, para codearse de tú a tú con las lumbreras que aparecen en sus sueños.
Para la maestra Socorro Martínez Ortiz este fusil, repleto de piratería y malas costumbres, debe ser examinado responsablemente, pues “No existe justificación alguna, para que sin medir ninguna consecuencia de tipo legal ni moral se le haya causado un daño a la Doctora Villarreal Martínez. Y menos si se trata del precandidato de Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal) a la gubernatura de nuestro Estado, ya que con este antecedente, surgen muchas dudas: de llegar a ocupar el cargo de jefe del ejecutivo ¿en quién se habrán de delegar no solamente discursos y elaboración de escritos y todo tipo de documentos, sino el mando que se debe ejercer?”
Seguramente, para el Lic. Tello, toda observación es prescindible, frente a la luz prematura que despide su próximo triunfo. ■
