Un aniversario más del aterrador episodio que vivió el país en el fatídico año de 1968 y a la vez, un año más sin que se castigue a los responsables, a los que ya murieron con el destierro de la historia y a los que aun viven, con todo el rigor de la ley aunque sea atreves de la laxa justicia que aquí se imparte. No abundaré mucho en el tema porque considero que lo que puedo aportar es sólo lo que he leído y puedo recomendar, como lo es La noche de Tlatelolco, de Elenita Poniatowsca, pero es prudente decir que lo que a varias décadas parecía un acontecimiento irrepetible, sólo queda como un antecedente más de los episodios macabros que vive México. Es pues la matanza en la plaza de las tres culturas, el antecedente de las injusticias que viven los vulnerables, concretamente los jóvenes en este país, como por ejemplo los desaparecidos de Ayotzinapa.
Cuando decimos la consigna “2 de octubre no se olvida” pareciera que sólo a los que estamos estigmatizados como revoltosos no se nos olvida, el primero en olvidarlo es el gobierno y lamentablemente después, son los ciudadanos apáticos, que son sin temor a equivocarme los más. Miles de jóvenes no conocen y no interesan en darle un repaso a la historia de su patria y por eso les parece normal el estado y las condiciones en las que estamos, nacieron y crecieron por decirlo de alguna manera en el México de los tecnócratas, en el México de la crisis, en el México violento, en el México del subdesarrollo, en el México de los “ninis”, en el México de Peña y Calderón, en el México que ya no es nuestro…….. En el México que ya no es México.
¿Cómo andamos con los jóvenes de este país?, ¿Qué les ofrece el Estado a los 38 millones de ciudadanos con menos de 30 años? Veamos:
Casi la mitad de la población es joven, oscila pues, entre los 12 y 30 años, así lo indica el Inegi. Lo que quiere decir que el bono demográfico de este sector, no pudiera ser mejor para un país productivo, debiéramos ser en los próximos 20 años una de las cinco primeras economías a nivel mundial, debido a que somos y seremos durante los próximos 50 años un país joven. Los expertos indican que la india será una potencia económica en los próximos años y la India tiene una pirámide poblacional idéntica a la nuestra, los expertos omiten a México porque no ven condiciones de crecimiento como si las ven en ese país de Asia. Por otro lado Alemania vive exactamente lo contrario, casi toda Europa envejece y se pronostica el declive de sus economías porque no tendrán mano de obra para producir en los próximos años.
Con estos antecedentes la pregunta seria ¿porque son los jóvenes los más castigados por su propio país, por su propio gobierno?
La juventud en México padece de todo, carece de trabajo, se le excluye y se le criminaliza, se le hace a un lado, se le relega, no se piensa en ella al momento de diseñar políticas públicas y lo peor, se le asesina. El gobierno no ha tenido a bien elevar a Secretaría de Estado al Instituto Mexicano de la Juventud ni siquiera por simular, aunque esa hipotética secretaría poco pudiera hacer ante la crisis económica por la que atravesamos, pero por lo menos tendría el gobierno un diagnóstico más acertado sobre esta situación.
Las reformas estructurales de Peña en teoría proyectarían a mediano y largo plazo una economía solida y con capacidad de hacer de México un país súper competitivo y productivo y para eso se necesitarían millones de jóvenes para trabajar en las áreas de oportunidad que dejarían las “bondadosas” reformas. Se supone pues que en los próximos años los jóvenes que lograran sobrevivir y lo digo con franqueza y con negritas: sobrevivir, llegarían a una especie de bonanza nacional o al milagro mexicano versión 2.0……….. ¡Nada más falso!
México no crece porque la riqueza está mal distribuida, pero en unos cuantos años no existirá tal riqueza y lo único que se distribuirá ahora sí, equitativamente será la pobreza; en términos concretos México no crece porque a quienes nos gobiernan no les interesa que así suceda, si les interesa que haya mano de obra por millones, les interesa que existan jóvenes que estén dispuestos a trabajar en las maquilas, ensambladoras o cualquier tipo de negocio con estas características por un mísero salario y en las peores condiciones laborales, el gobierno le hace la chamba y le pone la mesa a las grandes trasnacionales y nos quieren como trabajadores de la gran maquila de Estados Unidos, Inglaterra y España llamada México.
Por otro lado a los jóvenes mexicanos poco les interesa, son ajenos a la realidad, se abstraen de sus problemas y son apáticos y poco solidarios con ellos mismos y con el resto de la sociedad, son pues, la generación perdida.
En memoria a Juan José Torres Gurrola. ■
