■ Por la manera en que murió habría sido víctima de la delincuencia organizada, señalan
Integrantes de la Cofradía de San Juan Bautista que prefirieron el anonimato, dijeron que la muerte, el pasado 24 de junio, de un hombre en cercanías del puente que conduce a Lomas de Bracho, fue un incidente ajeno a la celebración religiosa-popular realizada en la fecha.
El joven que se ha citado en medios locales con el nombre de Pascual Espinoza Torres, quien se ha mencionado, residía en Acapulco, no era cofrade ni participante del festejo como visitante o turista, aseveraron.
Versión que sostienen, luego de que recién acaecido el incidente, alrededor de las 19:30 horas, testigos pudieron verificar que su atuendo no correspondía con el de los morismeros, pero además, por el intercambio de expresiones que suscitó el evento al interior de esta comunidad, donde nadie lo reconoció como cercano.
En el relato de los dos hombres entrevistados, quienes sí precisaron que no fueron ellos mismos testigos de los acontecimientos sino se enteraron por testimonio de otros miembros de la Cofradía, el joven era perseguido por alguien que disparó en su contra.
Los peritajes recuperados en medios han señalado que dos de los impactos de bala se alojaron en su cráneo mientras que otro se incrustó en el tórax.
Los informantes, quienes tienen respectivamente entre 50 y 65 años de participar en las Morismas de Bracho, no refirieron la muerte de la persona como producto de una riña, tal como se ha expuesto en algunos medios de comunicación, sino propusieron por la manera en que murió el joven, esto es, en una persecución que culminó con su “ejecución”, habría sido víctima de la delincuencia organizada.
