■ No hay presupuesto gubernamental para resolver la problemática de la colonia: habitantes
■ La carencia de asfalto genera afectaciones con las lluvias por el arrastre de tierra, denuncian
La memoria de Francisco Villa está presente en Zacatecas. No en estatuas ecuestres, libros ni en celebraciones millonarias. No. El recuerdo permanente de este gran protagonista de la Revolución mexicana duerme en la actualidad entre casas de lámina o adobe y calles de tierra, sin pavimentación.
La colonia que lleva el nombre de este importante revolucionario se ubica frente a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y, pese a la inversión de 400 millones de pesos por parte de las autoridades estatales en la conmemoración de la Toma de Zacatecas, donde Pancho Villa fue protagonista, sus vecinos hace años que no han visto mejoras en las condiciones en las que viven.
No ha habido presupuesto gubernamental, ni de la entidad ni del municipio de Guadalupe al que pertenecen, para terminar ni siquiera la pavimentación de sus calles. Y los problemas que genera este mal estado de algunas vialidades de la colonia encuentran su más vivo ejemplo en la historia de Ismael Tiscareño.
Hace tres años, este zacatecano sufrió un derrame cerebral que lo dejó paralizado casi por completo. Ahora, los pocos metros que separan su casa de una tienda de abarrotes parecen insalvables. Y llegar hasta la vialidad pavimentada supone un reto aún más complicado.
Ismael, de 36 años, puede caminar; pero no tiene buena coordinación en sus articulaciones ni tampoco equilibrio. Sobre un suelo liso puede andar a duras penas pero, si en lugar de asfalto, la vía es de tierra, está plagada de piedras y hoyos, y tiene una pendiente pronunciada, la dificultad se multiplica.
La recomendación del médico fue clara: debe caminar para que no se entumezcan sus piernas. No obstante, la falta de pavimento hace que esta necesidad sea prácticamente imposible de satisfacer.
El argumento que las autoridades le dan para no haber adecuado las calles con asfalto en la colonia Francisco Villa ha sido la presencia de numerosos terrenos baldíos en este lugar.
Luis Manuel Silva Solís, propietario del comercio que está a pocos metros de la casa de Ismael, explica que en el ayuntamiento de Guadalupe les han dicho que no tiene sentido pavimentar las calles hasta que los terrenos desocupados se hayan conectado a la red de drenaje y a los demás servicios básicos.
El problema, señalan los vecinos, es que estos lotes, que no tienen ni siquiera una vivienda en construcción, llevan años sin visos de poblarse, lo cual les indica que seguirán sin buenas condiciones de tránsito por mucho tiempo más.
El asta bandera monumental y las plazas cívicas de todos los municipios, las cuales han sido denominadas por las autoridades como “obras sociales”, pues aseguran que tendrán impactos positivos para la población, no les sirven de nada en la colonia que lleva el nombre de Francisco Villa.
Así lo exponen sus habitantes, como Ismael y Luis Manuel, quienes advierten que “todo el dinero que se gastaron ellos (las autoridades del estado)…hubieran visto por estos héroes de la Revolución”.
Además, lejos de esperar una mejora en su situación, por ejemplo, con las reformas impulsadas en el país y que tanto presumen los gobiernos de todos los niveles, Luis Manuel asegura que “no veo que esté bien lo que están haciendo”.
Este zacatecano de 51 años habla por experiencia. Recuerda que ya con la Reforma Laboral perdió su empleo. Durante 23 años trabajó en la fábrica de Coca Cola, pero hace un año que lo liquidaron y tuvo que destinar todos sus esfuerzos para poner en funcionamiento de nuevo su tienda de abarrotes.
Luis Manuel debe levantarse temprano para atender el negocio, pero a menudo enfrenta problemas para descansar las horas suficientes. Se queja del ruido que por las noches hacen un grupo de jóvenes de entre 16 y 17 años que se juntan en su calle.
Con el escándalo no logra dormirse pronto, aunque tiene que levantar a las 6 de la mañana, todos los días, para empezar una jornada de trabajo que concluirá hasta pasadas las 9 de la noche.
Los adolescentes que viven en la colonia se juntan en las calles, como en la de Luis Manuel, debido a la falta de espacios públicos habilitados tanto para el disfrute de las familias como de los grupos de amigos.
Pese a que ya tienen una zona que las autoridades reservaron para crear un área verde, este parque aún no existe. No se han invertido recursos ni se ha iniciado trabajo alguno para lograr este objetivo.
Así, la falta de pavimentación que genera problemas de tránsito y también afectaciones con las lluvias por el arrastre de tierra; la ausencia de espacios verdes que sirvan de recreación para los vecinos; y la falla ocasional de los servicios públicos como la iluminación, son tan sólo algunos de los problemas que aquejan a los habitantes de esta colonia que lleva el nombre de un personaje clave de la tan celebrada por Gobierno estatal, Toma de Zacatecas, por su Centenario.
Aunque Luis Manuel comenta que, en su opinión, no habría esperanzas de cambio con un nuevo levantamiento en armas de la sociedad mexicana, recuerda la frase de uno de sus vecinos, “de un viejito de por aquí”, que dice: “Ojalá y ahorita resultara otro Pancho Villa”.
