Vitória, Brasil. Llegan a 14 las muertes provocadas por las lluvias que azotan desde hace una semana el estado brasileño de Espíritu Santo, vecino de Río de Janeiro, donde más de 46 mil personas tuvieron que abandonar sus casas, según se desprende del último balance divulgado este martes por la Defensa Civil.
El organismo informó además que hay varias personas que están desaparecidas.
La presidenta Dilma Rousseff, quien hoy sobrevoló la región junto con el gobernador Renato Casagrande, informó a través de su cuenta en Twitter que el gobierno federal autorizará la liberación de todos los recursos que sean necesarios para rescatar a las personas que están en peligro, salvar vidas y refugiar a los evacuados.
«Enseguida vamos a reconstruir las ciudades y los municipios inundados, reconstruir carreteras, hospitales, escuelas, viviendas.
Vamos, además, a realizar obras de infraestructura de prevención necesarias: diques, protección de laderas, drenaje urbano, para que frente a un periodo de lluvias de esta dimensión no tengamos una tragedia como esta», escribió la presidenta.
Antes de expresar su mensaje a través de la red social, Rousseff anunció la destinación de 608 millones de reales (unos 264.3 millones de dólares) para enfrentar desastres naturales.
En 45 de los 78 municipios que integran el estado de Espíritu Santo, la Defensa Civil decretó estado de emergencia, lo que permite agilizar la recepción de ayuda por parte del gobierno federal, que envió artículos de limpieza e higiene personal, medicamentos y todo lo necesario para equipar los albergues donde están refugiados los evacuados.
También puso a disposición dos helicópteros, uno de la Marina y otro de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, cinco vehículos del Ejército con capacidad para acceder a las regiones más aisladas.
Agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad -policía que depende del gobierno federal-, del Ejército y de la Fuerza Nacional de Bomberos también fueron trasladados a la región, donde se dedican a la búsqueda y el rescate de víctimas.
Las previsiones meteorológicas indican que las lluvias continuarán intensas y solo comenzarán a mermar a partir del domingo.
Debido a que se trata de la peor temporada de lluvias desde 1979, se teme que se produzcan nuevos deslizamientos de tierra y derrumbes, puesto que existen muchos barrios construidos en laderas de cerros y sobre barrancos.
En tanto, en el vecino estado de Minas Gerais, que al igual que Espíritu Santo pertenece a la región sudeste del país, junto con Sao Paulo y Río de Janeiro, tres personas murieron el fin de semana a raíz de las lluvias, que desde octubre pasado ya se cobraron la vida de 15 personas.
