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jueves, 25 abril, 2024
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Un placer, poder compartir lo que hago; es una parte de mí: Humberto Ramos

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Por: ALMA RÍOS •

■ El clarinetista fresnillense cumple 50 años como ejecutante de este instrumento

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■ Se muestra satisfecho por el primer Festival Internacional de Música de Cámara

Satisfecho, tanto de la calidad de las audiciones ofrecidas dentro del primer Festival Internacional de Música de Cámara que está por concluir este sábado 27 de julio, de la disponibilidad que han mostrado los músicos de alto nivel que participan en él también impartiendo clases magistrales, así como de la amplia asistencia del público que ha convocado el evento, Luis Humberto Ramos,  destacado clarinetista mexicano nacido en Fresnillo, confiesa que “ya no pensaba hacer ninguna actividad más en Zacatecas” fuera de los conciertos esporádicos que presenta y las visitas que realiza a sus amigos.

En este evento Luis Humberto Ramos participa como director. El mismo coincide calendáricamente con sus 50 años como ejecutante al clarinete y 30 de haber dejado los ensambles orquestales para llevar una vida profesional independiente.
 Su salida de lo que denomina “la rutina del músico profesional de orquesta” le ha permitido ofrecer pocos conciertos que sin embargo, ejecuta con la gente y el repertorio que quiere.
 
Esta decisión también implicó el incremento de su actividad como docente, que desarrolla en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Autónoma de México, el Conservatorio Nacional de Música y la Escuela Superior de Música de Bellas Artes, “las tres escuelas más importantes del país”, acota.
 
De su participación como maestro en la entonces Escuela de Música de la Universidad Autónoma de Zacatecas quedaron nexos a los que les da continuidad, entre ellos, tener aquí una casa y cultivar amistad con amigos con los que comparte intereses.
 
Durante 15 años el músico organizó el Coloquio Musical de Zacatecas, evento iniciado en 1994. Mismo que sustentó mediante fondos federales pues expone “casi todas las cosas que he hecho, como son demasiado especializadas no llegan a ser entendidas por el funcionario de cultura del estado”. Resume, que tras haberse cumplido la meta en años que se había propuesto, decidió “que ya era suficiente de tanto batallar para traer esa actividad cultural a Zacatecas”.
 
“Y como antecedentes de este festival están esos 15 años y ahora yo de hecho, confieso ya no pensaba hacer ninguna actividad más en Zacatecas salvo mis visitas y conciertos esporádicos que a veces presento”.
 
Sin embargo, en esta ocasión, comentó, se dejó contagiar por el optimismo y el deseo de Alfonso Vázquez Sosa, coordinador de área de Arte y Cultura de la UAZ, “de que se volviera a tener música de ese nivel en Zacatecas”.
 
En el Festival Internacional de Música de Cámara confluyeron al 50 por ciento los recursos que el clarinetista nacido en Fresnillo obtuvo mediante el Fondo Epro México Música de INBA-Conaculta y el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI).

“El festival ha sido para mi sorpresa sumamente exitoso desde el punto de vista de público. Es increíble la recepción que hemos tenido. Si me remonto a cuando inicié los coloquios y lo comparamos al día de hoy, bueno el avance que ha tenido Zacatecas en su desarrollo musical es enorme”.

También ha habido una respuesta positiva a la convocatoria para el programa académico aparejado al evento en el que se han impartido clases durante dos semanas con músicos nacionales y extranjeros “del más alto nivel que se ha podido” según la planeación del mismo y sus condiciones particulares.

“Realmente estoy muy satisfecho con el resultado que hemos tenido, con el nivel de calidad que se ha logrado en cada uno de los programas, cada uno de los maestros que ha llegado a impartir sus clases con una extraordinaria disponibilidad”, incluso extralimitando los convenios planteados en el mismo, dice.

“Todo mundo se ha involucrado. De repente en lugar de dar clase de tres horas ahí se la pasan, hasta que ya les dicen que tienen que ir a otra cosa, ensayar o comer”.
 
Dependerá una próxima emisión de este festival no de la capacidad probada de los profesionales que lo organizaron sino del acceso a recursos, “y si tenemos un estado que no quiere dar un solo centavo para la cultura de nivel profesional y lo único que le interesa es la cultura a nivel plaza pública, a nivel feria…bueno pues ahí ya nos cuesta trabajo el estar planeando nuestros siguientes pasos”, dice cuando le cuestionan del futuro de este evento.
 
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La palabra generosidad es una con la que Luis Humberto Ramos se identifica, expresa como un placer el poder compartir lo que hace y lo considera parte de su esencia como ser humano. También está su inquietud para que se desarrolle al máximo nivel “lo que hacemos” igual en Zacatecas que en México donde ha formado generaciones de clarinetistas que hoy concursan internacionalmente y ganan distinciones.

De sus vivencias internacionales donde ha escuchado “la mejor música del mundo” proviene su deseo de que México viva “en ese nivel”. Esto lo califica de “una utopía” misma de la que el festival  ha sido una “probadita”.

Ser profesionales en la música requiere calidad, estudio, información cultural que nutra a los intérpretes. Todo ello puede resultar auditivamente complejo para quienes están acostumbrados a la música popular o comercial. Pero señala “no hace falta entender la música porque si sólo asistiéramos a lo que entendemos sería muy poco lo que frecuentaríamos”.

Aquí equipara a la música con el arte abstracto, al igual que la melodía no es de fundamental importancia en la música moderna, la figura también se difumina en la plástica, “no todo puede ser paisajitos”. Su invitación es a “estar abiertos a un universo al que nos está llevando la música”, uno que comparten lo mismo un alemán (Beethoven) que un mexicano (Silvestre Revueltas).

Luis Humberto Ramos se inició a esta disciplina que “me cautivó, me apasionó verdaderamente” en 1963 en el estudio de la Banda Municipal de Fresnillo de Don José María Venegas. De ahí partió al Conservatorio Nacional de Música y más tarde realizó estudios en Europa en dos periodos, uno en Viena y otro en Londres.

Sobre su 50 aniversario como ejecutando del clarinete, instrumento que ha buscado llevar al máximo nivel en el contexto mundial, comentó que significa para él “de repente voltear y darme cuenta que hace 50 años empecé a tocar clarinete y que no ha sido nada mal, que aún me sigue apasionando intentar hacerlo bien”.

Esta vocación le ha ofrecido bienestar emocional y en todos los aspectos, así como viajar y estar “en muchísimos rincones del mundo” participando con orquestas y solistas destacados nacional e internacionalmente.

Ha habido momentos difíciles que son solamente eso, momentos, agrega, pero su vida aunque “no ha sido perfecta” va acompañada de una determinación tomada desde la infancia: “decidí desde niño tenerme a mí de mi parte, entonces mientras de que yo no me abandone a mí,  cualquier dificultad se resuelve”, concluye

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